Capítulo IV

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"Disculpas y anécdotas pasadas"

LA BRISA era fuerte, pero aún así el calor era notable. Todos en el campamento lo sabían. Y estaban de un humor terrible.

Había pasado ocho horas desde la llegada de Jasper al campamento y sus gritos cada vez eran peores. La gente no pudo dormir bien.

Adeline caminaba con seguridad hacia la tienda de Bellamy. Unos minutos antes había estado en el transbordador hablando con Clarke y ella le indicó que tendrían que buscar medicinas para Jasper. Así que la pelinegra se dirigió hacia la carpa de su amigo para pedirle ayuda.

Pero la escena que se encontró no se la esperaba, para nada.

Un gemido se escuchó en los oídos de Adeline. Está frunció el ceño confundida, al adentrarse más a la carpa pudo visualizar como el cuerpo de una chica estaba moviéndose sobre el de Bellamy.

—O mierda— susurró Adeline, quería retirarse sin que la vieran. Pero no fue posible gracias a que tropezó con un tronco causando un sonido sordo contra el suelo.

—¡Pervertida, nos estabas viendo!— chillo la castaña con una cara de molestia total.

—Claro que no, yo solo quería avisarle algo a Bellamy— respondió Adeline con voz hostil. No solo le molestaba la manera de la que la estaban tratando, si no también la escena con la que se había encontrado.

—¿Que quieres, Adeline?— cuestionó el mencionado enrolladoce una sabana al rededor de su cintura.

—¿En estos momentos? Que te vayas al infierno, Blake— la vos de Adeline salió áspera y gruñona.

En ese mismo instante la chica se retiro de la tienda. Necesitaba tomar aire y aclarar sus pensamientos. Habían llegado hace menos de dos semanas y ya habían pasado tantas cosas que no sabía que orden poner en su cabeza.

Adeline se introdujo en el bosque con intenciones de estar completamente sola. Luego de un rato caminando choco con un pequeño río cristalino. Inmediatamente se sintió insegura de su idea, pues Octavia le había contado sobre su ataque. Pero decidió dejar ese pensamiento enterrado y despojarse de su ropa. Luego se introdujo al agua fría.

Aquello la ayudo mucho, el frío la ayudaba a relajarse y poder divagar entre sus pensamientos, intentando ordenar estos mismos, ponerles una etiqueta que contuviera la información básica, que había sentido y que lo había causado.

A la chica de ojos diferentes le aterro el hecho de poder sentir nuevamente algo por el hermano mayor de su mejor amiga. Estaba totalmente cerrada a aquella idea, el le había arrancado el corazón y no pensaba arriesgarse nuevamente.

—Te morirás de hipotermia— una voz sonó tan cerca  de su oído que la sobresalto. Inmediatamente la chica pensó lo peor, hasta que se percató de quien se trataba.

Bellamy Blake, otra vez.

Adeline bufo cansada. Solo quería estar un momento sola, y ni eso podía.

—Ojalá ese sea mi trágico destino— respondió ella. Detallo inconsciente al chico que tenía enfrente de ella. También iba sin ropa, solo con su ropa interior. Como ella.

Bellamy también se dio la libertad de examinar a la chica. El pecoso admitía que el cuerpo de Adeline había madurado, y eso estaba muy bien. Sus pechos eran más grandes y sus curvas más marcadas. El solo pudo garantizar una cosa; se veía más sexy.

—¿Por que te enojaste?— preguntó. Bellamy no comprendía muy bien a las chicas, aunque siempre quiso hacerlo.

—Todos estamos preocupados, intentando buscar la manera de que Jasper no muera o no matarnos entre si, y tu te estas acostando con chicas— respondió Adeline tranquila. Aunque no era totalmente la razón por la cual aquello le molestaba, si era parte de ella, pero no toda la verdad.

  XODÓ I /Bellamy Blake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora