Capítulo XIII

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{Pueblos Triku}

BELLAMY VEIA la carpa angustiado. Si Jaha no lo liberaba no tenia otra opción que huir. Y el no quería eso.

—Estarás bien, tengo un plan— ánimo la pelinegra con una pequeña sonrisa. El pecoso asintió no tan convencido por las palabras de Adeline.

—Ya pueden pasar— avisó Clarke, dándoles paso libre y privacidad total a los dos chicos.

Ambos pasaron a la carpa con los nervios a flor de piel. En la pequeña pantalla estaba un Jaha serio viendo fijamente a los dos jovenes.

—Con usted quería hablar señor, Blake— murmuró el canciller entrecerrando los ojos—. Ward— dijo en forma de saludo.

La oji-diferente asintió devolviendo el saludo. Pero se adelantó rápidamente a hablar antes de que pudiera hacerlo alguno de los dos hombres.

—Antes que todo, Jaha. Quiero decirle algo— el moreno asintió, dándole permiso de palabra—. Cuando nos envió a la tierra, nos envió a morir. Tenemos suerte de estar vivos ahora mismo, y nuestra suerte se llama Bellamy.

El canciller asintió viendo a la chica. Le recordaba bastante a su padre, la determinación y seguridad de cada palabra.

—No es tan fácil, Ward— respondió el mayor dudoso. Después de todo Bellamy casi lo había matado.

—Si lo es, canciller. Lo es si quiere saber quien lo quiere muerto— murmuró el pelinegro. Blake dijo cada palabra que le había indicado la chica con cautela antes de entrar a la carpa.

—¿Quien te dio el arma Bellamy?— cuestionó Jaha. Adeline quiso dar pequeños saltitos de felicidad, su plan estaba funcionando.

—Shuwmay— indicó el chico—. Me ordeno que lo matara a cambio de un puesto en la nave.

El canciller asintió asimilando las palabras del pecoso.

—Quedas exhumando de todos tus crímenes, así como los cien— sentenció el canciller con seguridad, pero antes de finalizar la llamada soltó una confesión—. Lo siento mucho, Ward. Por tu perdida.

La chica frunció el ceño nuevamente sin entender muy bien de que hablaba.

—No lo entiendo señor canciller— respondió dudosa la chica. Jaha levantó la vista nuevamente.

—¿No te han informado?— preguntó. La chica negó aún más confundida—.Liam a muerto, junto las doscientas personas flotadas.

Esas palabras le cayeron como un balde de agua a la chica. Ella era totalmente consciente de que le habían quitado el oxígeno a doscientas personas del Arca, pues ya el sistema estaba fallando.

—¿Fue por cuenta propia?— murmuró la chica. Una pequeña lágrima salió de sus ojos.

—Estaba sufriendo— asintió el canciller. Para luego cortar la llamada, dejando en la carpa un silencio sepulcral.

—¿Quien era Liam?— preguntó Bellamy dudoso. La curiosidad estaba calando sus huesos, pero le daba miedo que la chica reaccionara mal.

—Liam Ward— susurró la chica con una pequeña sonrisa desganada. El pecoso abrió su boca sorprendido—. Mi padre se acosto con una mujer, dejándola embarazada. Cuando se enteraron que era niño la obligo a tenerlo. El era de estación granja. Era divertido y energético, pasábamos mucho tiempo juntos.

—¿Que sucedió?— Bellamy no quería sonar preguntón, pero era una de las pocas veces que Adeline soltaba información importante de su vida, y eso le interesaba.

—Su madre era lo más importante para el. Murió con la explosión que causo Murphy, desde ahí se distancio de mi. Aunque no tuviera nada que ver con el problema— respondió. Las lágrimas rodaban libremente por su cara, no sabía si era la noticia dada o que llevaba semanas comprimiendo sus sentimientos lo máximo posible.

Aunque Bellamy y Adeline salieron en el Arca, Adeline jamás dijo mucho de su vida. Ya que para ella Bellamy era un escape de la realidad, así que no quería llevar sus problemas a su único lugar seguro.

—Así que tenías un medio hermano y jamás supe— intentó bromear el pecoso. La pelinegra rio un poco.

—Tenía una doble vida— bromeó también la chica, haciendo que Bellamy se relajara y le dedicara una sonrisa.

—Soy libre.

—Te dije que funcionara, Bell.

El pecoso se acerco a Adeline dejando un escaso beso en sus labios. El tenía que ir a hacer guardia, y Adeline tenía otros planes para pasar la tarde.





(...)





La pelinegra se encontraba nuevamente en el campo de flores. No volvía a ese lugar desde hacer un par de largas semanas. La vida había cambiado realmente mucho, la última vez que fue ahí se sentía sin rumbo alguno. Y ahora tenía cabeza fría y mil preguntas en ella.

—Adeline del cielo— saludó. La pelinegra no se sobresaltó, sabía que el estaría ahí.

—Asael Krom Triku— la oji-diferente se volteo para poder detallar mejor al chico frente a ella.

—Nuevamente desterraron a alguien de tu pueblo— bromeó el terrestre. Adeline entrecerró los ojos confirmando su teoría.

—¿Desde cuando nos espían?— preguntó. Asael soltó una pequeña risa, reconocía que la chica era inteligente.

—Anya no esta muy feliz con su presencia— asintió el chico, dándole a entender a la pelinegra que sus dudas eran ciertas.

—¿Quien es Anya?— preguntó curiosa. Adeline era como una niña pequeña en ese momento, quería saber todo del mundo exterior.

—La líder de los pueblos Triku— dijo, pero eso no aclaró ninguno duda para la oji-diferente.

—¿Ahí es donde vives?— Adeline se acerco unos pasos más al chico. Era la primera persona en hablar con un terrestre.

—No— negó—. Por ahora no puedo darte demasiada información, no quiero asustarte.

Adeline asintió no muy complacida, aunque sea dejo la posibilidad de que en un futuro pudiera saber todo sobre ellos.

Y si que lo sabría.

Se algo de tu amigo— informó el chico. Haciendo que Adeline sienta una pequeña presión en su pecho.

—¿John?— susurró. Y el pelinegro asintió.

—Esta en una aldea Triku, vivo.

Aquellas palabras no la tranquilizaron, sabía que no le estaba diciendo toda la verdad. Pero no quería presionarlo, tal vez así el hablaría más.

Lo que no sabía Adeline era que Asael sabía exactamente lo que hacía. Había planeado y vigilado a la chica desde su llegada.

—Debo volver, ya la noche cae— aviso la pelinegra. Ganándose un pequeño asentimiento de parte del chico como despedida.



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Nuevo encuentro de nuestro duo dinámico!!!. Ustedes todavía no lo saben, pero los amaran.

Nuestra Adeline sufre por muertos todos los días, pobre.

  XODÓ I /Bellamy Blake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora