XODÓ I /Bellamy Blake/

Capítulo XV

"Wawki II"

SI LE preguntabas a Adeline como se sentía ella respondería con un gesto exagerado y una sonrisa. Pero realmente su cuerpo decía todo lo contrario, sentía que el mundo le daba vueltas y el dolor de cabeza la estaba matando.

—Tuviste un leve desmayo— continuó informándole Clarke mientras veían a su alrededor—. La flecha contenía líquido alucinógeno. Entre eso y los sentimientos acumulados por un momento de angustia, hicieron que te desmayaras.

Adeline asintió asimilando sus palabras. Estaban caminando por el lugar donde la nave Exodo se había estrellado. Bellamy le había negado varias veces la salida, hasta que se rindió y decidió acompañarla.

—¿No tendrá efectos secundarios?— preguntó el pecoso. Quien se mantenía al lado de la chica muy alerta de que nada le pasara.

—Limpie la herida muy bien, así que no creo. Pero tal vez alguna alucinación— respondió encogiéndose de hombros. Clarke estaba intentando no perder la cordura, después de todo en esa nave iba su madre.

—Ya es el tercer susto que me das, por favor mantente viva— susurró Bellamy, para que solo pudieran escucharlo los dos pelinegros. Pero no fue necesario, gracias a que Clarke se había alejado de la escena para hablar con Raven.

—Lo siento por no decirte. Ni siquiera me dio tiempo para asimilarlo— se disculpó la chica algo apenada. Si la situación fuera al revés y ella estuviera en la posición de Bellamy. Se sentirá ofendida por el secreto.

—Esta bien, solo no mas secretos por favor— murmuro. La chica asintió con una pequeña sonrisa. Pero antes de poder caminar el grito de Raven se hizo presente.

—¡Hay que volver al campamento, o entre poco seremos pure!— exclamó. Bellamy ordeno una formación y empezaron a marchar nuevamente hacia el campamento.

—Anden con cuidado, tal vez los terrestres ataquen— aviso el Blake. Quien dirigía la fila.

—¿Y los culparas?— respondió sarcástico Finn. Quien desde lo ocurrido se mantenía sumamente molesto con Clarke y Bellamy.

Todos quedaron en silencio. Simplemente se dedicaron a acatar las órdenes que los lideres daban. Era impresionante la manera en la que seguían a Bellamy sin rechistar, ni poner sus acciones en duda.

Al llegar al campamento todos se fueron dispersando, para seguir con sus tareas diarias. Menos Bellamy, Clarke y Adeline, quienes se quedaron expectantes viendo a Miller acercarse a ellos.

—Murphy esta aquí— susurró, esas simples tres palabras fueron demasiados sentimientos en Adeline—. En la nave.

Ward no lo dudo dos veces, y corrió hacia el lugar indicado. Su mejor amigo estaba vivo, y nuevamente en el campamento. Jamás pensó escuchar aquellas palabras.

Adeline sintió su pecho cálido al ver a su mejor amigo recostado en un rincón de la nave. La pelinegra pensó que jamás volvería a verlo, que jamás volverían a hablar.

—John— su voz salió en un débil susurro. Pero fue lo suficientemente alto para que el volteara a verla.

—Linn— su voz fue rasposa, se notaba cansado. Y más allá su aspecto era patético.

—Todos fuera menos Miller y Connor— la voz autoritaria de Bellamy resonó en la nave. Haciendo que todos salieran seguido de la orden.

—Lo encontramos intentando entrar— informo Miller viendo fijamente la escena de los dos mejores amigos. Adeline y Murphy se abrazaban con efusividad, cosa que a Bellamy le causo cierta molestia.

—No estaba intentando entrar, estaba huyendo de los terrestres— respondió John defendiéndose. Bellamy hecho una última mirada a los dos chicos para luego mirar a Nate.

—¿Vieron terrestres?— preguntó. El moreno negó, así que inmediatamente Bellamy saco un arma y apuntó al rubio.

—¿Que mierda haces?— la voz de Adeline fue dura, cosa que hizo que por unos segundos Blake se desconcertara.

—Lo ahorque, lo exilie y ahora lo matare— respondió simple. Aquellas palabras hicieron que Ward se interpusiera entre el chico que amaba y su mejor amigo.

—Lo torturaron— murmuro Clarke viendo el deplorable estado del chico—. Le quitaron las uñas.

A Adeline se le retorció el estómago al escuchar aquello. Murphy había estado sufriendo mientras ella jugaba a ser líder en un campamento lleno de delincuente.

—Deberías compartir notas con los terrestres— respondió sarcástico Finn, refiriéndose al mayor—¿Por que?

—Me obligaron a decir todo— respondió. La nave quedo en un leve silencio, todos analizaban aquellas palabras.

—¿Por eso te torturaron?— preguntó Ward con la voz rota. Odiaba ver a sus seres queridos en aquel estado.

—No, lo dije todo— confesó. Todos lo miraron con caras de desconcierto, sin entender sus palabras—. Me torturaron porque no quise hablar de ti, Adeline.

John Murphy movería el mundo entero tan solo para proteger a Adeline Ward. Llevaba enamorado de ella desde que tenían doce años, y habían pasado tantas cosas juntos que nadie jamás entendería porque se querían tanto.

—Se quedara— afirmó Clarke—. Pero si intenta hacer algo más, lo mataremos.

(...)

—Eso duele— se quejo Murphy por sétima veces. Adeline curaba sus heridas superficiales.

—Dolerá más si no paras de moverte— dijo, apretando con un poco más de fuerza de la necesaria. Escuchando como un gruñido se escapaba de los labios de el rubio.

—¿Como te ha ido sin mi?— preguntó, con una sonrisa sarcástica adornando su rostro. Adeline se sintió tan feliz de ver aquellas sonrisas nuevamente.

—Morí, por tres minutos, según Clarke— Murphy soltó un suspiro, que se podía camuflar como una pequeña sonrisa.

—Ya veo que Bellamy no ha hecho su trabajo de protegerte tan bien— bromeó. Ambos rieron por lo bajo, con miedo de despertar a alguien más.

Después de todo era de noche, y ellos dos eran los únicos despiertos en ese momento. Pero no les molestaba,  llevaban semanas sin verse.

—Digamos que un noventa de cien— siguió la broma. Murphy inclinó su cabeza un poco, dándole mejor visión de Adeline—¿Que?

—¿Como va todo con el?— preguntó. Adeline llevo su cabeza de un lado a otro, pensando muy bien su respuesta.

—Me he acostado con el— respondió simple. A John no le sorprendió para nada, era algo que se esperaba completamente.

—No, yo hablo emocionalmente— Adeline suspiro. Murphy sabia que había algo, una espina.

—Es difícil, nos entendemos bien y todo eso. Pero sabes que es difícil confiar en el nuevamente— respondió en un pequeño susurro. Adeline era una persona que iba por la vida desconfiando de cada acto y palabra de las personas, tal vez por eso había sobrevivido tanto.

—¿Que te hace creer que volverá a hacerlo?— cuestionó. El rubio sonrió, dándole la confianza de siempre.

Lo que más le gustaba a Adeline de su amistad con Murphy, era la confianza y confidencialidad que había entre ellos. No importa cuando o como, pero siempre hallaban la manera de tener aquel vínculo que desbordado confianza y amor.

—Que me hace creer que no lo hará— respondió simple, encogiéndose de hombros—. Espero que esta vez sea diferente.

—Siempre estaré yo esperándote— murmuró. Adeline asintió, dándole un pequeño beso en la mejilla de su mejor amigo, para luego seguir limpiando sus heridas.