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-El doctor quiere que vayas luego a hablar con él para que le expliques cómo sucedió para que Manuela recordase eso.

-Vale, María. Ahora voy a comer algo que me muero del hambre-contesto y echo a caminar hasta las escaleras.

Por primera vez en este mes y medio me siento en una de las mesas de la cafetería del hospital y como mi comida con una sonrisa en la boca. Cuando a dicho 'Always my Red Girl' algo se volvió a encender en mí. Tiene que ser una buena señal eso de que se haya acordado de eso nada más despertar. Espero que le den el alta pronto y podamos irnos de aquí de una vez por todas. Echo de menos mi casa en Cádiz y a mis amigos. También sé que dentro de poco me voy a tener que enfrentar a las miles de abrahamers enfadadas en las redes sociales y sé que les debo unas cuantas disculpas. No sé cómo se lo van a tomar y tengo el presentimiento de que más de una se ha ido del fandom.

Acabo mi sándwich y me bebo lo que queda de coca-cola a sorbos chiquititos mientras veo la gente pasar de un lado a otro. Menos mal que dentro de poco voy a salir por esas puertas para no volver a entrar más.

Subo a la segunda planta andando ya que le han cambiado de planta hace una hora y pico a la puerta antes de entrar. Cuando me dicen que pase abro la puerta y veo a Manuela y a María viendo la televisión. Las dos desvían la mirada para mirarme.

-Hola-dice María.

-Hola-contesto.

Miro a Manuela y esta me regala una pequeña sonrisa, una de esas sonrisas que hacen que se te derrita el corazón y que sientas todo un nido de mariposas locas revoloteando en el estómago. Es una sensación tan bonita lo que provoca el escalofrío que recorre mi espalda y me deja la piel de gallina gracias a ese pequeño gesto de ella... Si es que es imposible no quererla. No enamorarse de ella es completamente inhumano e inexplicable... Con esos ojos color miel que te miran brillantes entre esas largas y rezadas pestañas, con ese color sonrojado natural de sus mejillas y con ese mechón rebelde que siempre le cae sobre los ojos. Es tan adorable... Y la amo tanto...

-Se ha pasado el doctor de nuevo hace cinco minutos, ¿podrías ir?

-Claro, ahora voy.

Salgo y camino por los pasillos en busca de los departamentos donde se supone que estarán los médicos y como antes, pico a la puerta y espero a que me dejen pasar.

-Buenas tardes.

-Buenas tardes-contesto.

-Ya me han dicho ese pequeño recobro de memoria de Manuela. ¿Podrías explicarme cómo fue?

-Pues la verdad es que no tengo ni idea. Le estaba abrazando y de repente susurró eso.

-¿Y no te fijaste si hizo algún gesto antes?

-La verdad es que no... Siento no servir de más ayuda.

-Hemos comprobado que tu presencia le hace mejorar. Y muy rápido. Primero aquella noche en la que pudimos desconectarle del respirador y ahora este repentino recuerdo. Tengo que decirte que es totalmente temporal y que no sabemos cuánto va a tardar en recobrar la memoria. Si van a ser días, semanas o meses no sé sabe. Va a tener constantes dolores de cabeza algunos más fuertes que otros por lo que le mandaremos medicación para calmarle esas horribles molestias. Si todo va como lo previsto, estará de vuelta en casa dentro de cinco días y tendrá que venir cada semana a hacerse un tac y pruebas durante un mes. Todo esto ya se lo he explicado a la madre y normalmente no se lo explicaríamos a un menos de edad y menos sin ser familiar de ella, pero como vuestro caso es diferente, hemos pensado que es lo mejor.

-Se agradecen todas las atenciones y molestias que os habéis tomado todo el equipo de médicos y enfermeros en nosotros.

-Sigue cuidando de ella durante mucho tiempo más como has hecho hasta ahora. Estoy seguro de que en cuanto esté sana del todo te va a estar muy agradecida de todo lo que has hecho por ella. Y pensar que me llegaste a caer mal cuando mi hija pequeña no paraba de ponerme tus discos en el coche...-los dos reímos y tras estrecharnos la mano, salgo del cuarto y vuelvo a la habitación de Manuela.

Entro y la veo a ella sola recostada en la cama durmiendo. Cierro la ventana ya que está entrando mucho viento y doy la vuelta hasta la camilla. Tiene la piel de gallina y me doy cuenta de que está sin tapar. Cojo la sábana y la manta y la arropo con cuidado de no despertarla y le doy un beso en la frente.

Son casi las once de la noche y a pesar de no ser muy tarde estoy realmente cansado. Me echo en el sillón y decido que mañana será el día en el que encenderé el móvil y me enfrentaré a mis problemas como cantante.


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⏰ Última actualización: Jul 11, 2015 ⏰

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