-23.

226 26 1
                                    

El tiempo pasa demasiado lento desde que se fue. El trimestre está llegando a la recta final y ya van tres meses desde que se ha ido. Es uno de marzo y el diecisiete es mi cumpleaños, mis esperados quince están a la vuelta de la esquina y ya no tengo ganas de celebrarlo como tenía pensado hacerlo  desde hace dos años. Tan solo tengo ganas de quedarme en casa encerrada en mi habitación estudiando para los examenes como hasta ahora y sin nadie molestándome. Desde el día que quedé con Selina, no he vuelto a salir al patio con ellas, me empecé a sentar sola en uno de los bancos vacíos de la pista de baloncesto con mis auriculares puestos y con un libro entre las manos. La gente ya se ha acostumbrado a verme allí sentada porque ya no me miran como un bicho raro al pasar. Excepto mis amigas, que aún no han comprendido el cambio repentino que he vuelto a dar. He pasado de estar con ellas ha quedarme dentro del instituto, de estar dentro del instituto a estar con ellas y ahora, he vuelto a querer estar aislada y es algo que les cuesta asimilar.

Mi madre ha empezado a preocuparse y a hacerme preguntas sobre mi cambio de humor y es algo que me enfada muchísimo y siempre acabamos enfadadas. Pero pese a mis malas contestaciones, sus preguntas no cesan. Me siento mal por tratarla de tal forma pero no soy capaz a controlar mis impulsos en esos momentos de agobio y exploto como si fuera un volcán en erupción provocándome en más de una ocasión llantos desesperados para que me deje sola.

Cada vez que podemos, ponemos vídeo-llamada en Skype para poder vernos pero después de estar durante horas hablando, llega el momento de la despedida y aunque sé que seguramente lo veré-a través de la pantalla, obviamente- al día siguiente, se me hace duro el hecho de tener que pulsar el botón de colgar.

He guardado el peluche que me regalo dentro del armario para no tener que recordarlo cada vez que lo veo encima de la cama ya que lo que intento es no pensar en él durante este tiempo que está fuera y aunque sea un poco imposible ya que es imposible olvidarse de alguien que amas más que a tu vida, cualquier intento es válido y por eso lo hago. Tampoco es que me esfuerce al cien por ciento porque sigo teniendo el marco con nuestra foto encima de la mesita de noche que tengo al lado de la cama y que veo cada vez que me voy a dormir o que me levanto ya que es donde suelo dejar el móvil por las noches. Más de una vez me he quedado dormida con la foto entre las manos y una lagrimilla cayendo por mi cara, pero son pequeños placeres dolorosos por los que estoy dispuesta a pasar y  los que sin duda alguna, repetiría sin dudarlo el resto de mi vida. O por lo menos, por ahora.

Últimamente me quedo hasta altas horas de la madrugada estudiando y he de decir que la media de mis notas a subido bastante durante este tiempo y es una satisfacción para mí ver reflejado mi esfuerzo en las notas.

-Hija, ¿No vas a salir de tu habitación ni para cenar con tu madre?

No tengo ganas de discutir por lo que prefiero sonreír de lado y contestar amablemente.

-Sí, ahora voy.

Me levanto de la cama y aparto un montón que tengo de libros encima de las mantas y me pongo mis zapatillas para ir hasta la cocina.
-¿Qué te apetece cenar?
-Abro la nevera-la verdad, nada de lo que hay me apetece.
-¿Pedimos unas pizzas?
-Estaría bien.
Espero a que mi madre marque el número de la pizzería y después de pedir esperamos mientras colocamos la mesa en el salón para cenar mientras vemos una película.
-¿Alguna película en especial?
-Me gustaría ver 'Karate Kid'
-Sigo sin entender como puede ser una de tus películas favoritas la verdad...-dice mi madre.
Yo sí que no entiendo cómo no sé da cuenta del significado que tiene esta película para mí, se ve perfectamente como Dre Parker a pesar del miedo y del dolor no se da por vencido y hace todo lo posible por llegar a su meta y ganar ese torneo. Es algo que me llama la atención ya que no conozco a nadie que le vea ese significado a parte de mí a la película y me cabrea mucho.
Tocan al timbre y claramente es el pizzero con nuestro pedido. Mi madre se levanta del sofá y yo aprovecho a ir a mi habitación a por la película. Cuando mi madre llega de nuevo a la sala de estar, le doy al play y empieza la película.
Acabamos de cenar y seguimos viendo la peli hasta que se acaba. Como todavía es pronto y mañana es domingo, ponemos otra y después otra y otra hasta que mi madre ya no puedo aguantar el sueño y decide irse a la cama. Voy a mi habitación y por primera vez en meses, enciendo la televisión y meto otra de mis películas favoritas; 'Bajo la misma estrella'. Sé que suena muy típico pero como todo, para mí tiene un significado distinto al de las demás personas. Me gusta ver como Hazel Grace y Augustus Waters luchan por su amor a pesar de todo y de todos. Y como se quieren a pesar de sus imperfecciones debidas a sus problemas de salud. Se aman tan y como son sin importar nada.
Reconozco que lloro demasiado con esta película y me da igual reconocerlo ya que para éstas cosas soy muy emotiva.

Continuo viendo la peli hasta que se acaba y ya dadas las cuatro de la mañana, decido dormir. Me recojo el pelo en una coleta alta y tras poner en silencio el móvil para que nada me despierte mañana por la mañana, lo dejo en la mesita y me acomodo en la almohada.
-Que sueñes con los angelitos, Manuela-pienso para mí misma antes de cerrar los ojos.

×Una simple fan.×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora