-11.

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-Señorita Acebal, llega tarde.

-Lo sé y lo siento.

-Ya sabe que le toca ¿Verdad?

-Sí, no sé preocupe.

En principio iba a correr para llegar pronto pero cuando vi que Abraham me había contestado bajé el ritmo hasta quedarme sentada en un banco. Segundo castigo Abraham, lo apunto a tu cuenta.

Las dos clases que me quedaban antes del recreo se me han pasado volando y ahora estoy sentada en la sala de retenciones gracias a mi brillante puntualidad. A mi lado hay dos chicos de segundo curso hablando sobre video juegos y fútbol y detrás de mí hay dos chicas de unos doce años hablando sobre One Direction. 

-Silencio por favor. Sacad algo para hacer y no molesten. -Acaba de entrar una profesora que solo había visto dos veces en mi vida.-Por allí atrás, he dicho silencio.-protesta de nuevo. Las niñas inmediatamente se callan y sacan unas libretas.

Como siempre, saco los cascos y me dedico a mirar a todas partes sin intención alguna de hacer algo productivo.  Miro el reloj viendo como pasa el tiempo con ''Olvidé respirar'' de David Bisbal de fondo. 

-Ya podéis iros.-anuncia la profesora.

Se levantan todos y se van quedando solas la profesora y yo. 

-¿No va a salir?

-¿Eh? A sí, claro.-cojo la mochila y me voy.

El pasillo está desierto. Soy la única que prefiere quedarse dentro a salir a hablar al patio. Hace tiempo que preferí quedarme en clase pero hoy voy a hacer una excepción. Bajo las escaleras con la mochila colgada a la espalda y voy a donde me solía reunir con los demás, y allí están. Algunos de pie y otro sentados en el banco cercano a la pared. Me ven llegar y se dan la vuelta perplejos.

-¡Hombre Manuela!-grita Nerea sonriéndo a la vez que se coloca dos de sus mechas azules tras las orejas.

-Ya era hora de que volvieras ¿No?-comentan Lucía, Laura y Lorena al unísono.

-Yo también me alegro de veros...-digo escondiendo la sonrisa tras los labios.

-¿Qué tal tu mundo de solitaria por los pasillo?

-Laura, te veo a todas horas, no dramatices.-Todas reímos y nos ponemos a hablar de cualquier cosa retomando los viejos tiempos del patio.

Tan solo queda una hora y seremos libres. Bueno, ellos serán libres porque yo me tengo que quedar en casa todo lo que queda de día. Aunque en cierto modo, no será tan malo si consigo volver a hablar con él.

Ya he llegado a casa después de un corto pero lento camino de vuelta y estoy tirada sobre la cama esperando a que mi madre me llame para comer y deseando que la semana se acabe cuanto antes.

Viernes llega ya, te necesito.

×Una simple fan.×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora