Llega la segunda hora de clase y mis nervios están volviéndome loca. ¿Y si por cosas del destino me toca con él? ¿Sería muy loco no? Apenas hemos intercambiado un par de palabras y nuestro primer encuentro no fue como creí que sería. ¿Será que sigue siendo igual de molesto que en el colegio, o ya por fin maduró y me verá como una chica o amiga más? Pronto lo descubriré.
—Bien, chicos, llegó la hora de asignarles sus grupos de trabajo y lo haré de manera aleatoria: cada uno escribirá su nombre en un papel, lo doblará y pasaré por cada lugar para ponerlos en este bowl de sorpresas —anuncia la profesora Isabel con entusiasmo, sacudiendo el bowl aún vacío, sabiendo que esta es la forma de que todo el curso se lleve bien y no se repitan los mismos grupos.
Isabel es la mejor profesora del mundo. Me ha ayudado en tantas cosas que no tenía ni idea de que trataban, al igual que a mis mejores amigas. Es la única profesora con la que tengo la confianza de contarle cualquier cosa, y siempre tendrá una solución.
Saco mi libreta, donde tengo varios apuntes, y empiezo a escribir mi nombre. Mis compañeros y mis amigas también tienen sus nombres listos. La profesora empieza a recogerlos por cada uno de los puestos y, cuando llega al mío, beso el papel rogando para que no me toque con él.
Lo meto en el bowl y la profesora me sonríe levemente antes de regresar a su escritorio. Una vez allí, sacude el bowl con todos los papelitos dentro. Entonces empieza a sacarlos y llega a los últimos seis papeles. Primero salen mis mejores amigas con otros dos compañeros más, y es cuando me doy cuenta.
Me tocó con él.
¿Cuánta probabilidad había de que nos tocara a ambos juntos y al final? Esto tiene que ser un chiste del universo, que ahora se está riendo de mi sufrimiento.
Vale, es momento de hablar con él de una vez por todas, porque no será él quien arruine mi mejor momento y oportunidad de ir a la universidad que tanto deseo.
El timbre suena y empiezo a guardar las cosas para poder hablar con él, pero cuando me giro para levantarme, veo que ya se ha ido. Me levanto lo más rápido que puedo y lo empiezo a llamar para que se detenga y venga conmigo, pero no lo hace. En su lugar, sigue caminando despreocupado. Gira un poco la cabeza y veo su perfil, ahora más definido que antes. Alza la mano y la mueve en señal de despedida hasta llegar a las escaleras y perderse de mi vista.
Será imbécil. ¿Así quiere empezar después de que ya tuvimos nuestro tan... especial encuentro? ¿Ahora solo me va a ignorar y hacer como si no me conociera? Entonces no se lo pondré fácil; va a conocer a Zoe Valtier si se mete conmigo.
Voy directo a la cafetería, donde ya están mis amigas. Se fueron en cuanto la campana sonó porque yo me quedé organizando las cosas de mi idea para el collage mientras la profesora le explicaba y le ponía al corriente con todo lo que ya hemos visto y hecho. Cuando llego, las veo sentadas comiendo y veo una de sus mochilas en mi silla, siempre guardándome sitio.
—Hola chicas, he llegado —digo mientras dejo mi mochila en una pata de la silla y me siento.
Les cuento lo que hizo él, mientras su enojo ya es visible.
—Vaya idiota. Tantos años sin verse y cuando quieres hablar con él, ¿solo se va? —dice Kai, rodando los ojos.
—Sí... y no entiendo por qué se comporta aún así. Pero no me va a arruinar mi proyecto, no le dejaré.
—Esa es nuestra mejor amiga —ambas sonríen y nos abrazamos todas. Ahora ya me siento mucho mejor.
Voy a hablar, pero la vibración de mi celular me distrae de lo que iba a decir. Veo que es mi madre, Julia, es simplemente la mejor mujer que existe y la mujer más importante de mi vida.
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Rivales y Amantes en la Ciudad Eterna
RomanceZoe Valtier y Erick Hallwort, enemigos desde la infancia, se reencuentran en la universidad de Zoe, donde ambos son seleccionados para un intercambio a la universidad de Roma. En la vibrante Ciudad Eterna, la rivalidad que ha definido su relación co...