Estaba frente a la puerta del director, los nervios consumiéndome. Era raro para mí enfrentarme a los problemas de esta manera; siempre he sido de las que evitan los conflictos, pero hoy era diferente. Hoy iba a demostrar mi inocencia. Había sido acusada de algo horrible y tenía pruebas para probarlo.Respiré hondo y toqué la puerta. Entré cuando me dieron permiso. El director, al verme, dejó a un lado los papeles que tenía en la mano, se ajustó los lentes y cruzó las manos sobre la mesa.
—Señorita Valtier, bienvenida de vuelta. ¿Ya aprendió la lección? Tiene suerte de que los padres de la señorita Westbrook decidieron no poner la denuncia.
Cada palabra suya me encendía más. ¿Suerte? ¿Suerte de que no presentaron una denuncia, a pesar de que no había ninguna prueba en mi contra? Sentí la ira burbujeando dentro de mí, pero la canalicé para lo que venía a hacer.
—Director, con todo el respeto, ¿acaso vió alguna prueba que me acuse de haber difundido las fotos y videos íntimos de Vanessa? Porque sinceramente, no entiendo cómo pudo creerle solo con unas cuantas palabras de ella. ¿Eso fue suficiente para suspenderme e incluso pensar en ponerme una denuncia por algo que jamás hice ni haría? —dije, tratando de mantener mi voz firme, aunque estaba molesta.
El director frunció el ceño y se ajustó nuevamente los lentes antes de responder.
—Señorita Valtier, claro que hay pruebas. La señorita Westbrook nos mostró el chat con usted donde está toda la evidencia —dijo, mirándome con seriedad.
Mi corazón dio un vuelco. Eso no podía ser cierto. Ni siquiera tenía a Vanessa entre mis contactos. Aquí había algo muy extraño, y este era el momento de desenmascararlo.
Mientras pensaba en cómo abordar la situación, me vino a la mente un plan. Me di cuenta de que el supuesto chat de Vanessa era la clave. Tenía que demostrar que esas pruebas eran falsas y manipulado. La situación requería una estrategia precisa.
—¿Ah sí? Entonces llame a la señorita Westbrook, porque al parecer, la única que tiene pruebas verdaderas soy yo —dije, sintiendo la tensión recorrer mi cuerpo.
El director presionó un botón, y su voz resonó por los parlantes de la universidad.
—Por favor, necesito la presencia de Vanessa Westbrook en mi oficina de inmediato.
Pocos minutos después, Vanessa entró. Su expresión cambió al verme, pero se recompuso rápidamente, mostrando su típica máscara de inocencia. Se sentó en la silla junto a mí mientras yo me acomodaba también.
—Buenos días, señorita Westbrook. La he llamado porque la señorita Valtier afirma tener pruebas que demuestran su inocencia —dijo el director.
Vanessa se puso nerviosa, pero trató de ocultarlo con indignación.
—¿¡Qué?! Eso no es verdad. Ella fue la que eliminó todo y yo tomé capturas de las evidencias. Incluso las tengo aquí en mi celular —exclamó, agitando su teléfono como si fuera un trofeo.
Madre mía, ¿por qué demonios se alteraría así si es inocente?
Claramente esconde algo
—Por favor, muéstranos —dije, tratando de sonar serena mientras mi mente corría a toda velocidad, preparándome para lo que vendría.
Vanessa desbloqueó su celular, tomándose su tiempo, como si quisiera parecer tranquila y abrió un chat donde supuestamente yo había hablado con ella. Tuve que reprimir una risa al ver cómo me tenía guardada en su teléfono, "Zoe la mejor". Qué irónico, viniendo de alguien que claramente me odiaba.
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Rivales y Amantes en la Ciudad Eterna
RomanceZoe Valtier y Erick Hallwort, enemigos desde la infancia, se reencuentran en la universidad de Zoe, donde ambos son seleccionados para un intercambio a la universidad de Roma. En la vibrante Ciudad Eterna, la rivalidad que ha definido su relación co...