Capítulo 8

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Terminé de arreglarme, me miré al espejo una última vez y, satisfecha con el resultado, agarré mis cosas y salí de casa. Era una mañana soleada, y sentía que el día prometía algo bueno por más que la amenaza de Vanessa siga latente en mi cabeza. Salí de casa y me dirigí al carro de mis papás ya que el mío aún seguía en mantenimiento, sentía la brisa matutina mientras abría la puerta y me acomodaba en el asiento. Sabía que para ponerme realmente en marcha necesitaba el acompañamiento perfecto, así que conecté mi teléfono al Bluetooth del carro y abrí mi playlist.

En cuanto vi el título "Windows Down" de Big Time Rush, sonreí. Esa era la canción que necesitaba. Pulsé play y el ritmo comenzó a llenar el carro mientras arrancaba el motor. Con cada nota que salía de los parlantes, sentí cómo la energía se apoderaba de mí.

"You're pretty baby, but you know that"
"Wish I could bring ya"
"Across the map, yeah"

Empecé a cantar, primero despacio, dejándome llevar por la melodía. Al salir del estacionamiento, mi voz comenzó a ganar fuerza, como si estuviera en un concierto y el público esperara que lo diera todo.

A medida que la canción avanzaba, no podía evitar sumergirme por completo en ella. Mis manos golpeaban el volante al ritmo, y mi cabeza seguía el compás de la música.

"I can feel it in the air that it's on tonight"
"I don't really care if it's wrong or right"
"Petal to the metal baby hold me tight"
"Anything you want I can get that girl"
"If you're with that girl"

Canté con entusiasmo, sin preocuparme por si alguien en la calle me escuchaba o veía. Era mi momento, solo yo y la música, como si todo lo demás se desvaneciera.

El estribillo estaba cerca, y con él, la parte más emocionante de la canción. Mientras seguía manejando, subí aún más el volumen, dejando que la música llenara cada rincón del carro. Justo cuando la mejor parte.

"Party people!"
"Woo hoo, all the windows down"
"Woo hoo, when I'm rolling through your town (Woo hoo)"
"Saying yeah yeah, (Woo hoo)"
"Saying yeah yeah"


Sin pensarlo dos veces, bajé la ventana con un rápido movimiento. El aire fresco entró de golpe, despeinándome, pero lo único que hice fue reír.

"You drive me crazy, but you know that"
"Feel the breeze girl, let's take a lap(Yeah)"

Canté con todo lo que tenía, mi voz resonando por encima del viento y la música. Con la ventana baja y la brisa golpeándome la cara, sentía que podía conquistar el mundo. Aceleré un poco, disfrutando de la libertad que el momento me daba. No había preocupaciones, no había estrés, solo yo cantando a pleno pulmón una de mis canciones favoritas.

El estribillo volvió a repetirse, y esta vez, lo canté aún más fuerte, con más energía.

"Party people!"
"Woo hoo, all the windows down"
"Woo hoo, when I'm rolling through your town (Woo hoo)"
"Saying yeah yeah, (Woo hoo)"
"Saying yeah yeah"

Gritaba, sintiendo cómo mi corazón latía al compás de la música. El paisaje pasaba rápidamente a mi alrededor, pero todo lo que importaba en ese momento era la felicidad pura que sentía. Esa sensación de estar viva, de estar disfrutando cada segundo.

El viento seguía entrando por la ventana, enredando mi cabello y trayendo consigo el aroma de la mañana. Mientras continuaba cantando, pensé en lo afortunada que era por tener estos pequeños momentos de alegría. A veces, una simple canción puede transformar por completo tu día, y eso era exactamente lo que estaba sucediendo.

Finalmente, la canción llegó a su fin, y aunque mi corazón aún latía con fuerza, comencé a disminuir la velocidad al acercarme a la universidad.

Rivales y Amantes en la Ciudad EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora