━ 𝐕𝐈: Primer sorbo de desafío

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SISSEL Y AUNDREY TERMINABAN DE DISFRUTAR de un humeante plato de sopa de cordero

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SISSEL Y AUNDREY TERMINABAN DE DISFRUTAR de un humeante plato de sopa de cordero. Las hermanas se sentaban frente a los platos vacíos, el aroma aún persistente en el aire. La menor aún podía sentir el eco de la noche anterior resonando en su mente. Recordaba vívidamente su primera jornada laboral en el Nordic Nights, un torbellino de emociones y desafíos que la había dejado exhausta.

La noche había comenzado con una mezcla de nervios y emoción. Sissel había llegado con una sonrisa, lista para enfrentar lo que creía sería un trabajo divertido y dinámico. Sin embargo, desde el primer momento, Zina había marcado el tono. Con su mirada penetrante y su actitud exigente, no parecía estar dispuesta a ofrecerle una cálida bienvenida.

—Necesito que prepares las mesas —le había ordenado casi de inmediato, sin siquiera mirarla—. Y asegúrate de que todo esté limpio. No quiero sorpresas.

Sissel había asentido, y pesar de la presión, se esforzó por cumplir con cada tarea que le asignaba. Desde organizar las botellas hasta cortar frutas y preparar ingredientes para los cócteles, se lanzó a cada actividad con dedicación. Quería demostrar que podía manejar el ritmo del bar, aunque Zina no le facilitara las cosas.

Mientras la noche avanzaba y los clientes empezaban a llegar, Sissel sintió cómo sus piernas comenzaban a cansarse y sus brazos se volvían pesados. Sin embargo, cada vez que Zina le lanzaba una nueva orden o una mirada crítica, apretaba los dientes y se mantenía firme.

Sissel no podía evitar sentir cómo la frustración de Zina se cernía sobre ella como una sombra. A pesar de eso, trató de no dejarse afectar; quería aprender y ser parte del equipo. Finalmente, cuando terminó su turno a la una de la madrugada, sintió un alivio profundo pero también una agotadora sensación de haber dado todo de sí misma.

Se dió cuenta de que había sobrevivido a su primer día; aunque Zina no le había mostrado ninguna señal de apoyo o amabilidad, ella había dado lo mejor para demostrar su valía.

—No puedo creer que estés ganando más que yo, ¡esto es increíble! —exclamó Aundrey, su rostro iluminado por una sonrisa genuina—. Te lo mereces.

Plegarias vindictas © [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora