AQUEL LUNES LA MAÑANA SE PRESENTÓ SOMBRÍA, con un cielo cubierto de nubes grises que parecían pesar sobre el pequeño pueblo pesquero. El aire era fresco y húmedo, y una neblina ligera se deslizaba entre los árboles. Los copos de nieve que habían caído durante la noche comenzaban a derretirse, dejando charcos reflectantes en las calles asfaltadas.
A medida que avanzaban, las montañas se elevaban más imponentes con sus cumbres adornadas con un manto blanco de nieve y los fiordos comenzaron a aparecer en la distancia; con sus aguas tranquilas y profundas que reflejaban el cielo grisáceo como un espejo. Las laderas estaban cubiertas de un verde intenso, salpicadas de pinos que parecían resistir el peso del invierno. En algunos lugares, pequeñas cascadas se precipitaban desde las alturas, creando un suave murmullo que acompañaba al sonido del motor.
Sissel se encontraba sentada en el asiento del copiloto del Jeep. Lehiv, a su lado, lucía diferente a su habitual vestir elegante. En lugar de su característico traje a medida, llevaba ropa negra abrigada que se ajustaba perfectamente a su figura atlética. Un abrigo de lana gruesa cubría su fuerte torso, y debajo asomaban unos pantalones de corte chino que le daban un aire casual pero sofisticado al mismo tiempo. La gorra deportiva negra que llevaba calada hasta las cejas, proyectaba una sombra que hacía lucir sus ojos azules aún más intensos.
Aun así, no se podía ignorar cómo incluso con ropa cómoda y abrigada, mantenía una aura majestuosa; cada movimiento suyo era seguro y decidido, mientras maniobraba hábilmente por la ruta serpenteante de la carretera 7, que conectaba Geilo con Oslo.
El pronóstico indicaba lluvia intensa durante toda la semana, anunciada a través de la radio que sonaba suavemente, sin embargo, los pensamientos de Sissel estaban lejos de cualquier melodía; en su mente, la idea de pasar horas juntos en ese camino angosto solo aumentaba su inquietud.
¿Qué había llevado a una chica como ella a salir de la ciudad con alguien como él? La misma persona que había visto portando un arma hacía apenas unos días, un ex militar galardonado con un pasado envuelto en sombras. Y encima de todo, era ruso.
Recordó entonces los autos lujosos, oscuros y polarizados, en los que se movían los Zhadanov, los hombres que siempre parecían estar al acecho; esos guardias que no solo custodiaban el Nordic Nights, sino que también eran sombras protectoras de los hermanos. La imagen de Shest lastimado, con cortes en su rostro, volvió a atormentarla; recordaba al menos dos ocasiones en que lo había visto así. Su mente divagó hacia aquella noche en el VIP cuando Lysander, Vlad e incluso Zina habían golpeado a Cristóbal y sus hombres. La violencia había sido brutal y rápida, un espectáculo que la había dejado sin aliento. Ni hablar de aquella ocasión en la que Gunter se había retirado con la cara tajada, después de visitar a Lehiv.
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Plegarias vindictas © [#PGP2024]
Action𝐏𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑𝐈𝐀𝐒 𝐕𝐈𝐍𝐃𝐈𝐂𝐓𝐀𝐒 || ❝¿Por qué no te acercas?❞ Dijo el lobo antes de devorar a Caperucita. Después de la dolorosa pérdida de su madre, Sissel decide regresar al pueblo de su infancia en Noruega. Su intención es sencilla: reconstr...