SISSEL TERMINÓ DE COMER un estofado humeante de carne de reno con zanahorias y patatas que había cocinado su hermana mayor. Había sido un almuerzo breve, como siempre, ya que la rutina de sus trabajos les dejaba poco tiempo juntas. Aquella comida cálida había sido reconfortante para ese mediodía frío de finales de enero.
El aroma del guiso aún flotaba en el aire, mezclándose con el olor del café recién hecho que terminaba de preparar. Se recostó en el sillón del living y miró por la ventana, donde la nieve cubría el jardín con un manto blanco inmaculado.
Con la taza humeante en una mano, tomó el diario de poemas y se acomodó un poco más en su lugar. Pasó sus dedos, ya casi curados totalmente, por la cubierta desgastada y no pudo evitar sentir una punzada de culpa al pensar en cómo había llegado a sus manos, pero la curiosidad era más fuerte. Hizo la promesa silenciosa de devolverlo en cuanto terminase de leerlo.
Las palabras la esperaban pacientemente en las páginas, y sus orbes verdes comenzaron a recorrer los versos:
"Chetyre"
"Esta es su memoria de la tormenta.
Aquel niño valiente, de alma tan pura,
En defensa de su amiga más dura.
En la noche de miedo, su valentía afloró.
El corazón soportando el peso de cadenas,
su espíritu se forjó.
Y en su pecho quedó marcado su luchar.
Asumió el dolor que estaba destinado a alguien más.
Su historia resuena,
una canción para los valientes.
En su dolor y lucha, el guerrero abrazó su corazón."
—Sissy —la llamó Aundrey, abrigándose nuevamente con su chaqueta para regresar al hospital. La aludida levantó la mirada y le prestó atención—. Recuerda dejar la calefacción encendida antes de irte a trabajar. La noche promete ser muy fría, y no quiero regresar a una casa helada.
Sissel asintió comprendiendo, tomando un sorbo de su café para luego relamer sus labios quitando la espuma que había quedado en ellos.
—¡Ah! Casi lo olvido. —Aundrey llevó la palma de su mano a su frente. Se envolvió en la bufanda que Sissel le había obsequiado y se acercó hasta ella con paso apresurado—. Lysander me dejó un mensaje para ti.
Sissel dejó el diario a un costado de su cuerpo, y tomando la taza con sus dos manos, su total atención se centró en su hermana mayor.
—¿Qué te dijo? —preguntó intrigada.
—Que esta noche debes ir de gala al bar. Hay un evento especial —respondió Aundrey, como si fuera algo trivial, observando su reflejo en el cristal empañado de la ventana a su costado y arreglando su vestimenta.
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Plegarias vindictas © [#PGP2024]
Action𝐏𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑𝐈𝐀𝐒 𝐕𝐈𝐍𝐃𝐈𝐂𝐓𝐀𝐒 || ❝¿Por qué no te acercas?❞ Dijo el lobo antes de devorar a Caperucita. Después de la dolorosa pérdida de su madre, Sissel decide regresar al pueblo de su infancia en Noruega. Su intención es sencilla: reconstr...