La muerte del Rey demonio no significo la paz del mundo, y quien creyera eso es un iluso.
Una amenaza de muchas que esté mundo tiene, ahora las fronteras no significan nada.
Fue lo único que pude pensar al ver cómo nuevamente me había encontrado con la misma piedra.
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Ignrando esos detalles seguí avanzando, buscando un refugio en el cual poder pasar lo que durará la tormenta helada.
¿Cómo termine en un lugar tan peligroso?
Resulta que la estrategia "sigue tu intuición" no es la mejor cuando no tienes ningún mapa.
Y ya era demasiado tarde para sólo pensar en dar media vuelta, cuando ni siquiera sabía si estaba avanzando.
. . . . . Ko-no-su-ba . . . . .
Después de un largo tiempo bajo la tormenta logré salir, pudiendo al fin ver algo además de blanco.
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Es mejor, aunque no mucho.
Manteniendo mi paso decidí conservar la estrategia de mantenerse siempre en movimiento.
Él quedarme quieto era algo inútil, podría avanzar mientras seguía meditando lo demás.
Al cabo de otro tramo de tiempo donde la única actividad divertida que tenía era contar los latidos de mi corazón, recibí la habilidad de detectar enemigos enloquecer.
Siendo tacleado y retenido con bastante fuerza desde abajo.
La única razón por la que no saque ningún arma o intente resistir siendo que lo que me retenía eran unas manos humanas.
Y Eris-Sama sabría cómo deseaba hablar con alguien que no fuera yo mismo, habiendo un límite de cuanto tiempo podría contarme los mismos chistes a mi mismo.
- ¿Quien eres?
Con un cuchillo en mi cuello evite cualquier movimiento brusco, detectando la voz joven y femenina.
Honestamente que me pudiera retener era algo que no podría ignorar, aunque no evitando mi alegría de oir otra voz aparte de la mia.
No era ésto lo que pedí cuando dije que me sentía sólo.
Kazuma: Soy un aventurero, vengo de paso.
Contra mis pensamientos él cuchillo abandona mi cuello para regresar a una funda oculta dentro del propio abrigo de la chica.
- Y que hace un aventurero aquí?.
Dandos unos pasos de distancia ella inclina la mirada, obviamente no creyendo mis palabras.
Pero agradecía no tener una amenaza a mi vida, él morir era doloroso y no tendría ninguna resurrección en esté inospito lugar.
Kazuma: Viajando, o algo así.
Encogiendo mis hombros force una sonrisa, decir que me había perdido y mi único plan era seguir adelante era algo que me gustaría.
- Bien, y lo siento por lo anterior, tenía la impresión de que podías ser un bandido, viajar sólo no es algo común.
Kazuma: Y tu?, tampoco deberías él viajar sóla, o es que hay un pueblo cerca.
Con mis palabras ella cambio su expresión por una pequeña sonrisa, pareciendole divertida mi pregunta.
- ¿Quien dijo que estaba sóla?.
. . . . . Ko-no-su-ba . . . . .
Y así fue como termine cambiando mis planes por uno mejor, y no era difícil decir que cualquier plan era mejor al que tenía.
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