Capitulo 40: Continuación

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Finalmente, algo pareció ceder, como si un peso invisible se hubiera levantado de mi pecho. "Despierta, despierta," susurré para mí misma, sintiendo cómo la neblina comenzaba a despejarse, aunque la voz del niño aún resonaba en mi mente, un recordatorio de que esto no había terminado.

Con un último esfuerzo de voluntad, abrí los ojos, esperando encontrarme en un lugar seguro, lejos de las sombras y los recuerdos que acechaban en mi mente.

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue un techo de madera toscamente ensamblado, apenas iluminado por la tenue luz que se colaba a través de las rendijas. Mi corazón latía con fuerza, y podía sentir el sudor frío en mi piel. Mis venas estaban marcadas, un recordatorio del veneno del penitente que había recorrido mi cuerpo.

Miré a mi alrededor y vi a Clint y Jeff, los dos médicos del área, moviéndose con urgencia a mi alrededor. Sus rostros estaban concentrados, y sus manos trabajaban con rapidez para asegurarse de que estuviera bien.

"Tranquila, _____, estás a salvo," dijo Clint al notar que había despertado. "Solo respira profundo."

El zumbido de sus voces se mezclaba con otros sonidos provenientes del exterior de la enfermería. Podía escuchar claramente el sollozo de Chuck, lleno de angustia y desesperación, como si el mundo se le hubiera venido abajo.

"¡Déjenme entrar! Necesito verla, por favor!"La voz de Gally resonaba con fuerza, llena de una mezcla de ira y preocupación. Cada grito era una puñalada en el silencio, y podía imaginarlo tratando de abrirse paso por la fuerza.

"¡Gally, cálmate!" la voz de alguien más —probablemente Newt— intentaba calmarlo. "No es el momento, los médicos están trabajando."

Pero Gally no parecía escuchar. "¡Déjenme entrar!" gritaba nuevamente, su voz llena de una desesperación que nunca antes había escuchado en él.

Cerré los ojos un momento, tratando de procesar lo que estaba ocurriendo. La intensidad del dolor, tanto físico como emocional, me había dejado exhausta. Sabía que había personas afuera que se preocupaban por mí, pero ahora mismo, lo único que podía hacer era tratar de centrarme en respirar y dejar que Clint y Jeff hicieran su trabajo.

"Todo va a estar bien, ______," dijo Jeff suavemente, colocando una mano reconfortante sobre mi brazo. "Estamos aquí para ayudarte."

A pesar de sus palabras, no podía evitar sentirme atrapada entre el caos del exterior y el tumulto dentro de mi mente. La realidad se mezclaba con las imágenes y voces que aún resonaban en mi cabeza, dejándome en un estado de confusión.

"No te preocupes, _____," me dije a mí misma, tratando de calmar el torbellino de emociones. "Solo concéntrate en estar aquí, ahora."

Los minutos pasaban como horas mientras me esforzaba por encontrar algo de paz en medio de la tormenta. Afuera, los gritos continuaban, una evidencia de la conexión que había formado con las personas del área, una conexión que, a pesar de todo, me daba fuerzas para seguir luchando.

Hasta que te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora