Capitulo 58:

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Mientras caminábamos, Minho se acercó con una sonrisa en el rostro y algo en las manos. "Mira, lo hice para ti", dijo, mostrándome una hermosa pechera de cuero. Su acabado era impecable, y los detalles dejaban en claro que había puesto mucho esfuerzo en su confección.

"¡Wow, Minho! Es increíble", exclamé, sorprendida por el gesto. Minho se acercó y, con un movimiento cuidadoso, me ayudó a ponérmela. Mientras ajustaba las correas alrededor de mi cintura, no pude evitar sentir el calor de su toque y la atención en sus acciones.

Noté cómo Gally nos observaba a pocos pasos, con una expresión de celos evidente en sus ojos. Sus cejas se levantaron de una manera que no pude evitar encontrar divertida. Era esa mezcla de ternura y celos lo que hacía que su personalidad fuera tan encantadora.

"Me encanta", dije sinceramente, admirando la pechera que ahora llevaba puesta. "Gracias, Minho, eres el mejor".

Minho sonrió con orgullo, satisfecho de que su regalo hubiera sido bien recibido. "Te protegerá en el Laberinto. No puedo dejar que nada te pase allí", comentó con seriedad, aunque una chispa de picardía brillaba en sus ojos.

Gally dio un paso adelante, acercándose a mí. "Sí, es genial", dijo, pero su tono delataba que quería ser el único en recibir mis agradecimientos y atenciones. Sus cejas seguían levantadas, y esa mirada de falsa seriedad me hizo reír suavemente.

"Vamos, Gally", le dije, tomando su mano. "No tienes nada de qué preocuparte".

Le lancé una sonrisa tranquilizadora, y él me devolvió la mirada con una mezcla de desafío y afecto. Era un juego que habíamos jugado antes, donde las sonrisas y los celos eran parte de nuestra dinámica única.

Minho, por su parte, simplemente observó con diversión mientras Gally y yo compartíamos un momento de conexión silenciosa.

"De todos modos, gracias otra vez, Minho", repetí, dándole un abrazo rápido antes de volver a centrar mi atención en Gally.

Mientras continuábamos nuestro camino, no podía dejar de sentirme agradecida por tener a personas tan increíbles a mi lado. En medio de la incertidumbre del Laberinto, había encontrado una pequeña familia que me apoyaba incondicionalmente, y sabía que, pase lo que pase, siempre estaríamos allí el uno para el otro.

Thomas se acercó a mí con una mirada decidida en su rostro. Podía ver la urgencia en sus ojos mientras me hablaba con voz firme. "_______, ya es momento de irnos al Laberinto. Es ahora o nunca".

Sentí una mezcla de emociones al escuchar sus palabras. Habíamos estado esperando este momento, planeando la mejor manera de salir del Laberinto y descubrir la verdad detrás de todo esto. Sin embargo, la idea de enfrentar lo desconocido también me llenaba de miedo.

Miré a Gally, que estaba a mi lado, y vi el mismo conflicto reflejado en sus ojos. Él siempre había sido mi apoyo, y ahora teníamos que tomar una decisión crucial. "Es una locura", murmuró Gally, pero sabía que entendía la necesidad de actuar.

Minho y Newt se unieron a nosotros, cada uno asintiendo con determinación. El grupo estaba listo para enfrentar lo que viniera, y sabíamos que no podíamos darnos el lujo de esperar más.

"Si vamos a hacerlo, será juntos", afirmó Minho, su voz llena de resolución. "No hay vuelta atrás una vez que entremos al Laberinto, así que tenemos que estar preparados para todo".

Asentí, tratando de dejar de lado mis temores y concentrarme en la tarea que teníamos por delante. "Estoy lista", dije, mi voz más segura de lo que me sentía por dentro.

Los otros corredores se unieron a nosotros, formando un pequeño grupo en la entrada del Laberinto. Podía sentir la tensión en el aire mientras nos preparamos para enfrentarnos a los desafíos que nos esperaban.

Thomas me dio una sonrisa alentadora. "Hemos llegado tan lejos, _____. No podemos detenernos ahora".

Respiré profundamente, sintiendo el peso de la responsabilidad y la determinación en cada latido de mi corazón. Sabía que lo que hacíamos era peligroso, pero también sabía que era la única forma de encontrar respuestas.

Con una última mirada a Gally, que me devolvió una sonrisa alentadora, me uní al grupo que se preparaba para entrar al Laberinto una vez más. Era un momento decisivo, y juntos, estábamos listos para enfrentar lo desconocido y luchar por nuestra libertad.

Mientras la puerta del Laberinto comenzaba a abrirse, sentí una mezcla de miedo y esperanza. Estábamos a punto de embarcarnos en una misión que podría cambiarlo todo, y aunque el futuro era incierto, estaba decidida a enfrentar lo que viniera junto a mis amigos.

Hasta que te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora