Han Jisung, un omega con un delicado aroma a lirios y frambuesas, está harto del constante acoso de alfas que no lo dejan en paz. Decidido a poner fin a esto, busca una pareja que lo proteja de tanta atención no deseada.
En medio de su búsqueda, con...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos semanas pasaron luego de ello. Minho y Jisung llevaban ya un mes pretendiendo ser pareja. Y ninguno de los dos podía creerlo.
La madre de Minho había detenido de forma abrupta las citas a ciegas que acostumbraba prepararle cada cierto tiempo y Jisung disfrutaba de una clama entre clases que todavía no podía asimilar.
Al llegar a la universidad, Jisung salió rápido del auto de sus hermanos. Emocionado por la idea de poder ver a Minho. Estaba acostumbrándose a su presencia, a su aroma y a su sonrisa.
—¡Nos vemos en casa! —gritó sonriente, ya lo suficientemente lejos. Ellos, ya acostumbrados, se despidieron con una sonrisa.
—¡Salúdame a tu novio! —dijo Jooheon, Changbin no pudo hacer más que reír. Ver esa faceta de su hermano menor era una de las mejores cosas que podrían llegar a pedir.
Jisung fue directo a su facultad, esperando que Minho ya estuviera ahí, o por lo menos llegara pronto.
En todo el trayecto llamó la atención de la poca gente del lugar, después de todo, ver a alguien correr por los pasillos era extraño, más cuando parecía estar llegando temprano. Pero a Jisung eso no le importó y en el momento en que miró a Minho esperándole, se dirigió hacia él.
El alfa le recibió con una sonrisa, abrazándole casi de inmediato. Jisung no pudo evitar reír ante la escena que estaban montando en los pasillos. Se sentía como un adolescente al hacerlo, más cuando Minho parecía encantado con ello.
—No puedo creer que vinieras corriendo —susurró Minho, riendo de la misma forma. Jisung se veía muy lindo en su papel de novio. Lo que el alfa no sabía era que Jisung no estaba fingiendo su emoción.
—Es bueno hacerlo de vez en cuando —susurró Jisung, tratando de recuperar el aliento. No se habían separado del abrazo.
—¿Seguro que no fue porque me extrañabas? —preguntó Minho con una pizca de diversión. Las mejillas de Jisung se tiñeron de un leve rosa.
—Oh, también, sí. Te extrañé como un tonto enamorado —admitió Jisung, con diversión en su voz. No mentía, pero el tono que usó hizo que Minho se sintiera extraño. Él había extrañado a Jisung, su aroma a lirios y frambuesas era lo único que había querido oler durante toda la tarde anterior.
Minho se alejó un poco del abrazo al verse desilusionado por un motivo que no terminaba de entender. El omega le soltó al ver que Minho no se veía cómodo. Minho se sintió como un tonto casi de inmediato, le había extrañado lo suficiente que se regañó a sí mismo por ello. Su relación era falsa, no debía comportarse de esa manera frente a Jisung.
—¿Tus padres no han dicho nada todavía? —preguntó Jisung, intentando desviar el tema.
—Mi padre es un poco distraído, pero mi madre está comenzando a sospechar, tu aroma es muy fuerte últimamente —respondió el alfa, con una sonrisa nerviosa—. ¿Tus hermanos qué han dicho?
