Han Jisung, un omega con un delicado aroma a lirios y frambuesas, está harto del constante acoso de alfas que no lo dejan en paz. Decidido a poner fin a esto, busca una pareja que lo proteja de tanta atención no deseada.
En medio de su búsqueda, con...
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Para el día siguiente, Jisung se encontró nervioso durante toda la mañana. Nadie más pareció notarlo, ya que ningún alfa se le acercó; esto porque las feromonas de Minho seguían sobre su piel como un bonito recordatorio de que Jisung tendría una cita.
Seungmin, sin embargo, lo leyó casi de inmediato en el momento en que Jisung no paraba de ver su celular durante todo el trayecto de la clase que compartían.
—¿Esperas alguna llamada? —susurró, notando que era la quinta vez que Jisung desbloqueaba la pantalla.
—Tengo una cita —respondió casi angustiado. Era su primera cita real con Minho, y todo lo real con él le daba una especie de cosquilleo en el estómago que le tenía actuando nervioso.
—¿Con tu novio? —canturreó en un susurro emocionado.
El omega asintió, llevando un lápiz a sus dientes. Seungmin apartó, con un suave movimiento, el objeto de las manos de Jisung.
—¿Y cuándo lo conoceré formalmente? —preguntó el beta, todavía susurrante, estaban en medio de una clase después de todo.
—Comenzamos a salir hace poco... si lo conoces ahora y no duramos, ¿luego qué? —preguntó Jisung. La preocupación era real.
Otra cosa que le preocupaba aún más era cómo distinguir entre lo fingido y lo real, ya que Minho enviaba señales mixtas la mayoría del tiempo y la otra mitad se encargaba de acelerar el corazón de Jisung como si ese fuera su único cometido de vida.
Si Jisung comenzaba a ignorar la regla de mantener todo falso, pronto todo acabaría. Minho solo quería dejar de tener citas arregladas por sus padres y Jisung había pedido que le ayudara con el acoso. Si perdía el propósito de la relación que habían acordado, todo se acabaría.
"Si no duraban" era una suposición valida para él, ya que, desde que se habían perfumado, todo su mundo parecía girar alrededor del alfa. La probabilidad de no poder volver a verle le hacía sentir un nudo en la garganta.
Seungmin entendió a lo que Jisung se refería. Él y Bangchan habían esperado dos meses para conocer a los amigos del otro ya que al ser Seungmin un beta, temía que su novio eligiera a un omega por sobre él y todas las formalidades que hubiesen llevado a cabo quedaran en nada, pero llevaban ya ocho meses de relación y parecían más enamorados del otro cada día que pasaba.
—Y... ¿a qué hora es tu cita? —preguntó Seungmin con una sonrisa.
—Irino dijo...
—¿Quién?
—Minho —repuso Jisung de inmediato. Había usado el apodo sin pensarlo. A Seungmin le pareció gracioso—. Minho vendrá a recogerme después del trabajo...
