「Capitulo 18」

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Capítulo dieciocho:    

❝ Pequeños actos de servicio. ❞   


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Jisung despertó con una sensación de aturdimiento, sus ojos no podían acostumbrarse a la luz en su habitación, ya que el sedante todavía nublaba sus sentidos.

Apenas recordaba lo que había sucedido por la noche ya que no podía dejar de pensar en el extraño calor de su cuerpo.

Sus celos nunca antes se habían sentido de esa manera; no había necesidad ni lubricación, solo sentía su aroma tornarse dulce y su temperatura subía un poco, nada más. Podía continuar con su día de forma normal, aunque faltaba a clases, excusándose luego con una constancia médica. Lo pasaba como si fuesen pequeñas vacaciones, aprovechando para leer o jugar videojuegos en su computador.

Quiso tomar un baño y, con un suspiro, intentó levantarse, pero el malestar lo hizo volver a recostarse de inmediato. Sentía todo su cuerpo quemar, lo cual le parecía realmente incómodo.

Sabía que lo que estaba sintiendo era normal, que la forma en la que él pasaba sus celos no lo era, pero, ¿debía sentirse así de... incómodo?

Jisung aceptó que sería un día difícil, en el momento en que sintió su trasero humedecerse, así que decidió quedarse en cama un rato más. Tenía que tomar un baño, pero no sentía las fuerzas necesarias para levantarse.

Sin saber qué hacer para calmar su malestar, tomó su teléfono, dándose con la sorpresa de que, aparte de los múltiples mensajes de Minho, eran las diez y media de la mañana.

"Buenos días" decía el primero, había sido enviado a las ocho. Jisung sonrió tomando una de sus almohadas para abrazarlas y ya sintiéndose un poco más cómodo, siguió leyendo, "Estás bien?", "Cómo te sientes?", "No me dijiste qué pasó y me preocupé bastante", "Espero mejores", "Jisung, ¿sigues dormido?", "hola :(", "escríbeme cuando puedas, ¿sí?". Todos tenían una diferencia de quince o diez minutos entre ellos, el último había sido enviado hacía no más de media hora.

Jisung sonrió levemente, agradecido por la preocupación del alfa. Así que decidió llamarlo, escuchar su voz le transmitía la paz que en ese momento necesitaba. Minho contestó al segundo timbre.

—Jisung, ¿estás bien? —preguntó Minho, su tono preocupado hizo que Jisung se acurrucara al abrazar su almohada.

—Estoy mejor —mintió con suavidad, intentando no preocuparle más—. Me siento mal, pero estaré bien.

—¿Qué fue lo que pasó?

—El celo —respondió con las mejillas rojas, por el calor y la vergüenza—, nada del otro mundo.

—¿Por qué no me dijiste nada? Estuve tan preocupado...

—Lo siento —murmuró—. Mi madre me inyectó un sedante y desperté hace poco... por cierto... mañana no podré verte.

Aromas de Verano 「Minsung 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora