Han Jisung, un omega con un delicado aroma a lirios y frambuesas, está harto del constante acoso de alfas que no lo dejan en paz. Decidido a poner fin a esto, busca una pareja que lo proteja de tanta atención no deseada.
En medio de su búsqueda, con...
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El sol de la mañana iluminaba el campus universitario, y el bullicio habitual de estudiantes llenaba los pasillos.
Jisung caminaba hacia su clase, pero algo era diferente en su andar. No había rastro de la presencia de Minho a su lado, y su aroma usual, esa mezcla reconfortante de chocolate y durazno, había desaparecido.
La semana de exámenes le había quitado todo, en ello, incluido a su alfa.
Apenas había podido dormir y había descuidado levemente su imagen.
Minhyuk, uno de los alfas que solía molestarle en compañía de otros, lo notó de inmediato. Estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados, pues estaba esperando a entrar a su primera clase. Sus ojos se entrecerraron mientras seguía a Jisung con la mirada, un solo pensamiento rondándole la cabeza.
«¿Dónde está su novio?», pero lo que más llamaba su atención, no era la ausencia del alfa, sino el cambio en el aroma de Jisung. Desde la pequeña discusión que habían tenido sus amigos y el omega, estaba acostumbrado a verle pasar de la mano del Minho o, en consecuencia, con una sonrisa oliendo a él.
Algo había cambiado, Minhyuk estaba seguro de ello, pero no podía permitirse distraerse demasiado. Tenía otros problemas comiéndole la cabeza durante los últimos días.
Mientras Jisung desaparecía de su vista al subir las escaleras, Minhyuk dirigió la mirada a sus amigos y se sumergió en sus propios pensamientos. No estaba tan interesado en escuchar los regaños que Kihyun le estaba dando a Hyunwoo por haber olvidado hacer su tarea por milésima vez.
Por lo menos, la atención de los dos no estaba puesta sobre él. Últimamente, se sentía un extraño junto a ellos, como si los años de amistad que habían compartido se hubieran resumido a nada, pues lo único que los había estado manteniendo unidos durante los últimos meses, era esa rivalidad absurda que Hyunwoo le tenía a Jisung.
Apenas habían tenido tiempo de hablar entre ellos y cuando lo hacían, toda la conversación se basaba en ese omega de aroma a lirios y frambuesas.
Minhyuk soltó un suspiro, mientras miraba como Hyunwoo rodaba los ojos a lo que sea que Kihyun le hubiese dicho.
Esa era su dinámica ahora, pues Kihyun era el único que parecía querer mantener el grupo unido.
Él por su parte, sabía que no podría durar mucho tiempo con ellos si las cosas seguían así. Pues, la preocupación lo había estado consumiendo en silencio durante semanas.
Aunque había logrado mantener la compostura ante los demás, pocos sabían su realidad. Su familia estaba atravesando un momento difícil. Sus padres, a quienes había visto siempre tan fuertes y capaces, luchaban con sus deudas para poder llegar a fin de mes. Las facturas habían comenzado a acumularse, y la presión de encontrar una solución recaía cada vez más sobre sus hombros al ser el hijo mayor.
