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El día había transcurrido con normalidad. Después de las clases, me despedí de mis amigas y comencé a caminar hacia mi casa, como lo hacía todos los días. El cielo empezaba a teñirse de tonos anaranjados mientras el sol se escondía en el horizonte. La brisa suave me acariciaba el rostro, y aunque el ambiente parecía tranquilo, algo en el aire me ponía nerviosa. Tal vez era el recuerdo de la conversación con Jennie o simplemente el cansancio acumulado de la semana, pero no podía evitar sentir una extraña inquietud.

Mientras caminaba por una calle menos transitada, noté que un auto negro avanzaba lentamente detrás de mí. No le di importancia al principio, pero al doblar en la esquina y ver que el auto también lo hacía, mi corazón comenzó a latir más rápido. Aceleré el paso, intentando calmarme y pensando que tal vez solo era coincidencia.

Pero entonces, antes de que pudiera reaccionar, el auto se detuvo bruscamente a mi lado. Dos hombres vestidos de negro bajaron rápidamente y uno de ellos me agarró por el brazo con fuerza. Intenté gritar, pero una mano se posó sobre mi boca, silenciándome al instante. Sentí el pánico invadiendo mi cuerpo mientras luchaba por liberarme, pero su agarre era demasiado fuerte.

—Tranquila, no te haremos daño —dijo uno de ellos, con una voz profunda y calmada que no combinaba con la situación—. Solo ven con nosotros.

Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, uno de los hombres se acercó más y susurró en mi oído, con una voz suave y perturbadora:

—¿Adivina quién te ama?

Esas palabras me helaron la sangre. Quise preguntar qué significaban, pero no tuve tiempo. Sentí una aguja pinchando mi brazo, y el mundo a mi alrededor comenzó a desvanecerse rápidamente. Lo último que escuché antes de perder el conocimiento fue el sonido del motor arrancando y el eco de las palabras resonando en mi mente.

Desperté con un dolor sordo en la cabeza, sintiendo que todo mi cuerpo pesaba toneladas. Abrí los ojos lentamente, parpadeando varias veces hasta que mi visión se aclaró. Lo primero que noté fue la suavidad de las sábanas bajo mí, un contraste extremo con la frialdad del suelo de la calle. Me incorporé rápidamente, mirando a mi alrededor con el corazón acelerado.

Estaba en una habitación inmensa y lujosa, decorada con muebles elegantes y sofisticados. Las cortinas eran de un color dorado suave, y un enorme ventanal dejaba entrar la luz del sol de la mañana. El ambiente era cálido, pero esa calidez no hacía nada por aliviar el terror que sentía en mi pecho.

Mi mente corría en todas direcciones, intentando entender qué estaba pasando. No tenía ni idea de dónde estaba, pero una cosa era segura: no estaba en un lugar cualquiera. Era evidente que esto no era un secuestro al azar. Cualquiera que fuera el responsable, tenía recursos y había planeado todo con precisión.

Entonces, una idea aterradora se coló en mi mente. Si solo me querían para una noche, me habrían llevado a un hotel. Pero esto... esto era diferente. Estaba en una mansión, rodeada de lujo y seguridad. No se trataba de un simple capricho o deseo pasajero.

Juan Guarnizo. El nombre resonó en mi mente como una sentencia. Las historias y rumores que había escuchado no parecían tan descabellados ahora. Él no me había secuestrado solo para satisfacer un deseo momentáneo. Esto era mucho más que eso. Quería algo serio conmigo, y esa idea me aterraba más que cualquier otra cosa.

Me levanté de la cama, tambaleándome un poco, y caminé hacia la puerta. La manija se movió con facilidad, pero al abrirla, un hombre de pie en el pasillo me miró con una expresión que dejaba claro que no iba a dejarme salir.

—No intentes irte —dijo con voz firme pero no amenazante—. Juan estará contigo en unos minutos.

Mis pensamientos eran un caos. No sabía qué iba a pasar, pero una cosa era segura: mi vida nunca volvería a ser la misma.

𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆: In The Morning 🚬💵 Juansguarnizo X Tnજ⁀➴𝑰ssabel ⌇🟡 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora