Sombras Y Destellos

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En la profundidad de la cueva, envueltos por el poder abrumador de Itachi Uchiha, Boruto, Sarada, y Mitsuki se encontraron atrapados en un estado de completa impotencia.

Las alas de Itachi se desplegaban majestuosamente, proyectando sombras que parecían devorar la luz, creando un ambiente de una intensidad casi insoportable. El aire mismo parecía vibrar con su presencia, como si la cueva estuviera viva, respirando al ritmo del poder del Uchiha.

Boruto luchaba por moverse, por liberar su cuerpo de la fuerza invisible que lo mantenía prisionero, pero sus esfuerzos eran en vano. Era como si cada fibra de su ser estuviera atada a un hilo de oscuridad que Itachi controlaba con un simple pensamiento.

Sus ojos se encontraron con los de Sarada y Mitsuki, quienes también estaban inmovilizados, sus rostros marcados por una mezcla de asombro y desesperación.

Itachi avanzó lentamente, sus ojos profundos y enigmáticos se fijaron en Sarada, y aunque su expresión permanecía inmutable, había una intensidad en su mirada que dejaba claro que estaba midiendo cada aspecto de su sobrina. Su voz, cuando habló, fue tan suave como el susurro de una brisa, pero cada palabra llevaba el peso de su autoridad y experiencia.

- Creíste que podías dominar el poder del Sharingan tan fácilmente - dijo Itachi, sus palabras cortando el aire como una hoja afilada - Pero este poder es una maldición tanto como es un regalo. Aquellos que lo poseen están destinados a enfrentarse a sus propios demonios, a luchar contra la oscuridad que inevitablemente los consume. Y tú, Sarada, estás apenas comenzando a comprender lo que significa ser un Uchiha.

Sarada sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Aunque había oído historias sobre Itachi, sobre su poder y su papel en la historia del clan Uchiha, nunca imaginó enfrentarlo en estas circunstancias. El aire alrededor de ella parecía volverse más pesado con cada segundo que pasaba bajo la influencia de Itachi, como si la misma cueva estuviera conspirando para aplastar su espíritu.

- No subestimes lo que puedo hacer - replicó Sarada con voz firme, aunque su cuerpo temblaba bajo la presión - He aprendido mucho, y seguiré aprendiendo. No seré consumida por la oscuridad, no como otros antes que yo.

Itachi inclinó la cabeza ligeramente, como si considerara sus palabras.

- La confianza es necesaria, pero el exceso de ella es peligroso. Recuerda, Sarada, que el poder por sí solo no define a un Uchiha. Es la voluntad de sacrificio, la capacidad de ver más allá de uno mismo, lo que realmente te permitirá superar las sombras que te persiguen.

Boruto, aún atrapado en la tensión que envolvía la cueva, sintió cómo la desesperación comenzaba a deslizarse en su mente. No podía soportar la idea de que Sarada estuviera en peligro, que estuvieran todos atrapados en la voluntad de Itachi. Intentó una vez más moverse, pero fue como si todo su cuerpo estuviera hecho de piedra.

Mitsuki, quien siempre había sido el más sereno de los tres, observó a Itachi con una intensidad inusual en él. Aunque no podía moverse, su mente estaba en constante actividad, buscando cualquier resquicio, cualquier debilidad que pudiera utilizar para liberarse.

Pero lo que Mitsuki comprendió fue que no era la fuerza física o el poder del chakra lo que necesitaban en ese momento. Era algo más, algo que tenía que ver con la naturaleza misma del poder que enfrentaban.

- Itachi - dijo Mitsuki, su voz baja pero firme - ¿por qué haces esto? No somos tus enemigos. Queremos lo mismo que tú: proteger a aquellos que amamos y preservar lo que es importante.

Itachi giró su atención hacia Mitsuki, su mirada penetrante y evaluadora.

- Tus palabras son ciertas, Mitsuki, pero el camino para lograrlo no es tan claro como crees. El poder puede cegarte, puede hacerte creer que estás haciendo lo correcto cuando, en realidad, estás solo alimentando la oscuridad.

Las palabras de Itachi resonaron en la mente de Boruto. A pesar de la situación en la que se encontraba, no podía ignorar la verdad en lo que Itachi decía.

Había estado tan concentrado en el poder y en la batalla, que había olvidado lo que realmente importaba: proteger a aquellos que amaba y encontrar una manera de salvar a su padre sin ser consumido por la misma oscuridad que enfrentaba.

En ese momento, Boruto sintió una chispa de luz en su interior, una chispa que no podía ser extinguida ni siquiera por el poder de Itachi.

Con un esfuerzo monumental, comenzó a concentrarse en esa chispa, en la luz que había heredado de Naruto, una luz que siempre había sido su guía. Lentamente, esa luz comenzó a expandirse dentro de él, empujando contra la oscuridad que lo rodeaba.

- Papá...- susurró Boruto, su voz llena de determinación - No importa cuán oscura sea la noche, siempre habrá una luz que la atraviese. Y esa luz... soy yo.

Con esas palabras, la luz dentro de Boruto explotó, un estallido de chakra que rompió las cadenas invisibles que lo mantenían prisionero. La cueva, que había estado sumida en sombras, se llenó de un resplandor azul brillante, irradiado por el Jogan de Boruto, cuya fuerza sorprendió incluso a Itachi.

Itachi observó el estallido de luz con una mezcla de sorpresa y respeto.

- Así que esa es tu verdadera fuerza, Boruto - murmuró - La luz que desafía la oscuridad... interesante.

Sarada y Mitsuki, sintiendo la liberación del poder de Boruto, también lograron romper las ataduras que los mantenían prisioneros. El ambiente de luz y oscuridad que había creado Itachi comenzó a disiparse, dejando a los tres amigos libres una vez más.

Itachi, viendo la determinación en los ojos de Boruto, Sarada y Mitsuki, se inclinó levemente, como un gesto de reconocimiento.

- Han demostrado tener la voluntad necesaria. Pero recuerda, Sarada, que este es solo el comienzo. El poder de un Uchiha no debe ser tomado a la ligera, y el camino que has elegido está lleno de sombras. Pero ahora veo que no estás sola en este camino.

Con esas palabras, Itachi comenzó a desvanecerse, sus alas negras y rojas plegándose alrededor de su cuerpo como un manto de sombras. Pero antes de desaparecer por completo, dirigió una última mirada a Sarada.

- El futuro de nuestro clan está en tus manos, Sarada. No olvides lo que has aprendido hoy.

Y con eso, Itachi se desvaneció en la oscuridad, dejando a Boruto, Sarada y Mitsuki solos en la cueva, rodeados por la tranquilidad que seguía a la tormenta.

Los tres se quedaron en silencio por un momento, recuperándose de la intensa experiencia que acababan de vivir. El poder de Itachi había sido inmenso, pero lo que habían aprendido de él era aún más valioso.

Sarada, respirando hondo, se volvió hacia Boruto y Mitsuki, su expresión seria pero determinada.

- Debemos seguir adelante. Hemos visto lo que el poder del clan Uchiha puede hacer, pero también hemos visto que podemos resistir. Vamos a encontrar a tu padre, Boruto, y a detener a Kazuto de una vez por todas.

Boruto asintió, su Jogan aún brillando con la luz que había liberado en su interior.

- Sí - dijo con firmeza - Vamos a salvar a mi padre, y no permitiremos que la oscuridad de Kazuto gane.

Con renovada determinación, los tres amigos salieron de la cueva, dejando atrás el encuentro con Itachi, pero llevando consigo las lecciones que habían aprendido.

El camino por delante era incierto, pero sabían que, mientras permanecieran juntos, la luz siempre encontraría una manera de prevalecer.

El camino por delante era incierto, pero sabían que, mientras permanecieran juntos, la luz siempre encontraría una manera de prevalecer

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Lazos De Sangre Y Furia (Boruto Uzumaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora