La Luz Que Rompe Las Sombras

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En las ruinas silenciosas de Uzu, el aire estaba cargado de oscuridad, como si la aldea misma hubiera sido tragada por las sombras del pasado. Boruto y Kawaki se enfrentaban a una fuerza invisible que los envolvía, pero su objetivo no era la destrucción, sino la salvación de Yuki, atrapado en una lucha interna contra el poder de Kazuto.

Los ataques de Yuki seguían llegando con una fuerza implacable, pero cada vez que su golpe se dirigía hacia Boruto, Kawaki intervenía, bloqueándolos con precisión y determinación. Los movimientos de Kawaki eran rápidos, fluidos, pero no llenos de furia; había en ellos un entendimiento profundo del dolor que Yuki estaba sufriendo.

- No permitiré que te destruyan, Yuki. No eres nuestro enemigo. He estado en el mismo lugar en el que estás ahora - murnuraba Kawaki.

Mientras Kawaki luchaba físicamente, Boruto sabía que la verdadera batalla no se libraba con los puños. Cerró los ojos, invocando el poder de su Jogan, concentrando su energía en llegar al alma de Yuki, más allá de las sombras que lo mantenían prisionero. Con cada segundo que pasaba, Boruto se adentraba más en la oscuridad que envolvía al joven Uzumaki.

- Puedo llegar hasta ti, Yuki. No dejaré que la oscuridad te consuma - susurraba Boruto.

El poder de Kazuto seguía siendo fuerte, envolviendo a Yuki en cadenas invisibles. Boruto podía sentirlo, podía ver cómo la oscuridad se aferraba a cada parte de su alma. Sin embargo, no se rendiría. Sabía que tenía que romper esos lazos, tenía que liberar a Yuki de ese control, sin importar cuán difícil fuera.

Yuki, en lo más profundo de su ser, estaba arrodillado, atrapado en un abismo de desesperación. Su mente estaba inundada de voces, de recuerdos que lo torturaban, y las cadenas de sombras parecían inquebrantables. Lágrimas invisibles caían de sus ojos, pero no tenía fuerzas para liberarse.

- No puedo... no puedo escapar...- se lamentaba Yuki.

Boruto, al verlo en ese estado, se acercó a él con cuidado, su corazón lleno de compasión.

- No estás solo, Yuki. Estoy aquí para ayudarte. No importa cuán oscura sea la prisión, siempre hay una salida - decía Boruro.

A pesar de las palabras de Boruto, la figura etérea de Kazuto apareció de nuevo en la mente de Yuki, su control sobre el joven aún fuerte.

- No lo dejaré ir. Su dolor es lo que lo ata a mí, y no puedes romper esas cadenas tan fácilmente - exclamó con crueldad Kazuto.

La mente de Yuki se convirtió en el campo de batalla entre Boruto y Kazuto. Kazuto luchaba por mantener su control, pero Boruto, con la luz del Jogan, destruía las sombras que lo mantenían prisionero. Yuki, sintiendo la calidez de la luz, comenzó a llorar, lágrimas de alivio y esperanza.

- Juntos podemos romper esta oscuridad, Yuki. No dejes que te controle - susurró Boruto.

Con cada palabra de Boruto, las cadenas de sombras se desmoronaban, y Kazuto se veía forzado a retroceder. Pero su resistencia era feroz, no estaba dispuesto a dejar ir a su prisionero tan fácilmente.

Las sombras trataban de cerrarse de nuevo, pero Boruto y Yuki, trabajando juntos, lograron expulsar a Kazuto de la mente del joven Uzumaki.

La oscuridad se desvaneció, y Yuki quedó libre al fin, respirando profundamente como si hubiera emergido de un largo sueño. Sus ojos, antes apagados, ahora brillaban con vida nuevamente. Boruto lo miró con una sonrisa, sabiendo que había logrado lo que se propuso: salvarlo.

Yuki, todavía temblando por la experiencia, dejó caer lágrimas de alivio y gratitud.

-Gracias, Boruto... me has salvado de una oscuridad en la que pensé que nunca saldría - dijo Yuki aliviado.

Boruto extendió una mano para ayudarlo a levantarse, mientras Kawaki se acercaba, observando la escena con comprensión. Había una conexión silenciosa entre Kawaki y Yuki, como dos almas que habían sido atrapadas en la misma red de dolor.

- No te culpes por lo que sucedió. Fuiste una víctima, como yo lo fui en el pasado - murmuró Kawaki.

Yuki asintió, pero el alivio de la victoria fue corto. De repente, una sensación fría recorrió el aire. Kazuto, desde las sombras, no había abandonado su intento de destruir a Boruto. Un ataque oscuro se materializó en el aire, dirigido directamente hacia él.

Yuki, con una sensación de alarma, percibió el peligro antes que nadie. Sin dudarlo, se lanzó hacia Boruto, empujándolo fuera del camino del ataque.

- ¡Cuidado, Boruto! - gritó Yuki con intensa angustia.

El impacto fue devastador. En lugar de Boruto, fue Yuki quien recibió el golpe en su propio cuerpo. Una explosión de energía oscura lo envolvió, y los alaridos de dolor de Yuki resonaron en el aire. Su cuerpo cayó al suelo, temblando de dolor, mientras la gravedad de su herida se hacía evidente.

Boruto, horrorizado, corrió hacia él, arrodillándose a su lado. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras observaba a su amigo, gravemente herido, pero aún aferrándose a la vida.

- ¡Yuki! No te rindas... por favor, aguanta. - suplicaba Boruto.

Yuki seguía respirando, aunque débilmente, y el ambiente alrededor se llenó de una angustia palpable. Las sombras de Kazuto aún rondaban, pero Boruto sabía que no podía permitirse caer en la desesperación. Tenía que salvar a Yuki, a Sarada, a Mitsuki... y detener a Kazuto de una vez por todas.

En lo profundo de las sombras, Kazuto observaba, una vez más frustrado por la resistencia de Boruto. Pero, aunque furioso, no se rendiría tan fácilmente.

- Este es solo el principio, Boruto. Tu luz no podrá salvar a todos. No esta vez - susurró con crueldad Kazuto.

Las palabras de Kazuto flotaban en el aire, pero Boruto, ahora más determinado que nunca, sabía que haría todo lo posible para desmentirlas.

- Te detendré Kazuto. No importa lo que hagas, te detendré. Porque ese camino que elegiste es el incorrecto.

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Lazos De Sangre Y Furia (Boruto Uzumaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora