El Camino Hacia La Luz

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En lo profundo de la prisión, donde el silencio reinaba y las sombras susurraban los ecos del pasado, Kazuto luchaba. No era una batalla de ninjutsu o taijutsu, ni una guerra física, sino una lucha interna, un conflicto en su alma, donde la oscuridad aún intentaba aferrarse a cada rincón de su ser.

Había crecido en las sombras, rodeado de dolor y traición, y aunque ahora la luz empezaba a mostrarse, su desconfianza aún era una barrera difícil de derribar.

Las visitas de Naruto y Sasuke eran constantes, pero no del todo bienvenidas. Aunque Naruto siempre llegaba con una sonrisa y palabras de aliento, Kazuto encontraba difícil confiar. Especialmente en Sasuke, el hombre que, a sus ojos, representaba la traición de su clan y su familia.

Kazuto miraba al Hokage cada vez que entraba a la celda, con una mezcla de recelo y esperanza. Sabía que Naruto no mentía, lo sentía en el brillo cálido de sus ojos. Pero su vida le había enseñado que la esperanza era un lujo peligroso.

Cada visita, sin embargo, comenzaba a derrumbar lentamente las barreras que Kazuto había levantado para protegerse. Naruto, con su paciencia infinita, sabía que para ganar el corazón del joven, debía acercarse con suavidad.

-Kazuto,- dijo Naruto en una de sus visitas, sentándose frente a la celda, justo donde un rayo de luz entraba por la ventana. -Cuando me pediste que me uniera a ti, cuando estabas lleno de rabia y dolor, lo entendí. De verdad lo entendí. Pero no podía traicionar a Boruto, ni a Konoha. No podía abandonar a mi hijo o a las personas que confían en mí. Pero, escúchame, eso no significa que te abandoné a ti. Nunca quise hacerlo.

La voz de Naruto resonaba como un eco en las paredes de la celda, envolviendo a Kazuto en una cálida manta de comprensión. Aun así, Kazuto dudaba. No sabía cómo aceptar esas palabras, cómo dejar que la luz penetrara más allá de la oscuridad que lo había envuelto durante tantos años.

-¿Por qué confías en mí, Naruto? -preguntó finalmente Kazuto, con su mirada fija en el suelo. -Todo lo que he hecho ha sido destruir. Mi existencia misma es una sombra en tu vida y la de Boruto. ¿Cómo puedes querer ayudarme?

Naruto sonrió tristemente.

- Porque sé lo que es estar atrapado en la oscuridad, Kazuto. Y sé lo difícil que es salir de ella. Pero también sé que puedes hacerlo. Porque he visto lo que realmente eres. No eres el odio, ni la ira que intentas mostrar. Eres más que eso.

Las palabras de Naruto eran como una suave brisa que rozaba las heridas de Kazuto, calmando su dolor aunque fuera solo un poco. Pero la herida aún estaba abierta, y la oscuridad aún era fuerte.

Las visitas de Sasuke eran diferentes. Kazuto lo miraba con una mezcla de desdén y resentimiento. Sasuke nunca hablaba demasiado, pero su presencia era como una sombra que Kazuto no podía ignorar.

-No confíes en él tan fácilmente, -le había advertido Kazuto a Naruto una vez, señalando a Sasuke con los ojos - Él es como ellos... como aquellos que me encerraron, que me hicieron sufrir durante años sin piedad.

Sasuke simplemente lo observaba, su rostro inmutable, pero sus ojos decían más de lo que sus palabras podrían jamás. Él sabía lo que Kazuto sentía, porque en algún momento, Sasuke también había sentido el mismo odio, la misma desesperación. Pero no lo presionaba, solo lo acompañaba en silencio, esperando el momento en que Kazuto comprendiera que no estaba solo.

A pesar de todo, era Naruto quien más cerca había llegado de tocar el corazón de Kazuto. Cada día, el joven empezaba a notar algo distinto en sus palabras, algo que lo desconcertaba.

¿Era posible que alguien como él mereciera una segunda oportunidad? ¿Después de todo lo que había hecho?

-Kazuto - dijo Naruto un día, inclinándose hacia adelante, con su mirada más seria que nunca. -Por favor, dame otra oportunidad. Sé que no pude estar contigo cuando más lo necesitabas. Pero ahora estoy aquí. No te traicionaré. No te abandonaré.

El silencio se extendió entre ellos, pero en ese momento, Kazuto sintió que algo en su interior se quebraba. No era la oscuridad desapareciendo del todo, no aún. Pero era como si una pequeña grieta se hubiera abierto, permitiendo que un rayo de luz entrara.

Cuando Boruto llegó a la prisión, Kazuto se sintió extraño, una mezcla de emociones lo envolvía. El poder de Boruto, su luz, era diferente a la de Naruto. Con él, Kazuto sentía algo más, una conexión más profunda, como si fueran espejos reflejando un dolor compartido. Boruto no lo veía como un enemigo, sino como alguien que aún podía ser salvado.

-Kazuto - dijo Boruto con su tono calmado, mientras la luz del atardecer atravesaba los barrotes de la prisión, iluminando los rostros de ambos. - No importa lo que hayas hecho, o cómo te sientas ahora. Yo no voy a dejar que te hundas en esa oscuridad otra vez. No permitiré que lo hagas solo.

Kazuto alzó la vista, observando a Boruto con una mezcla de desconfianza y algo más. Había algo en las palabras de Boruto, en la determinación en su voz, que despertaba algo en él, algo que había estado dormido durante mucho tiempo.

Boruto irradiaba esa luz cálida, esa fuerza inquebrantable que solo alguien que ha conocido el dolor y ha salido adelante podría tener. Era como un faro en la tormenta, una guía para aquellos que se habían perdido en el camino.

-No estoy seguro de cómo hacerlo - murmuró Kazuto, sus palabras apenas audibles. -No sé cómo dejar ir todo lo que siento.

-No tienes que hacerlo solo,- respondió Boruto, acercándose un poco más. -Estoy aquí, Kazuto. Nosotros estamos aquí para ti.

Aquellas palabras, tan simples pero tan poderosas, resonaron en el corazón de Kazuto. La oscuridad aún lo envolvía, pero ahora, por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez, solo tal vez, había una salida.

Y en ese momento, bajo la cálida luz que entraba en la prisión, Kazuto dejó que una pequeña chispa de esperanza comenzara a crecer en su interior, sabiendo que Boruto y Naruto estaban allí para guiarlo hacia la luz.

A medida que el sol se ponía, la celda parecía menos opresiva, como si las paredes que lo habían mantenido atrapado durante tanto tiempo comenzaran a desvanecerse, no por fuera, sino por dentro, en su corazón.

Y así, Kazuto, rodeado de sombras, empezaba a caminar hacia la luz que Naruto y Boruto le ofrecían, poco a poco, paso a paso.

Y así, Kazuto, rodeado de sombras, empezaba a caminar hacia la luz que Naruto y Boruto le ofrecían, poco a poco, paso a paso

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Lazos De Sangre Y Furia (Boruto Uzumaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora