Cuando Nil terminó su "sesión" con el dios Céfiro, abrió los ojos y vio todo de la misma manera en lo que recordaba haberlo dejado. Solo que ahora el príncipe parecía recobrar la conciencia.
––Príncipe, ¿cómo se siente? ––Nil le extendió la mano para ayudarlo a reincorporarse mejor en su lugar–– Creo que no recuerda nada, pero me alegra informarle que su núcleo ya está purificado, solo queda una cantidad insignificante ––Alexandre ya despierto por completo, estaba maravillado––. Te recomiendo que lo más pronto posible purifiques ello. Antes de salir de la Santa Sede.
––Nile, no, Santa ––Alexandre seguía comprobando la condición de su cuerpo––, muchas gracias, de verdad ––lo decía tranquilo, pero sus ojos brillaban como una galaxia, y eso era suficiente para Nil.
Se quedaron callados mientras Gael volaba lentamente alrededor de ellos. Era un alivio haber podido ayudar.
––Nile, no quiero ser inoportuno, pero creo que tienes que prepararte para partir. Saldremos en dos horas al Imperio de Ralerd. Y yo, por mi parte, haré lo que me has dicho.
––Alexander, espera ––el aclamado se detuvo y volvió su mirada–– ¿podrías prometerme una cosa?
––¿Qué te preocupa?
––Quisiera que me compartieras tus planes a partir de ahora. No soy quién para controlarte, si eso es lo que crees que pretendo; pero quiero saberlo porque no me siento muy segura fuera de la burbuja de la Sede, y tú eres el foráneo con quien compartiré mi futuro.
––Nile, ten por seguro que haré lo que esté en mis manos para que ambos logremos nuestros objetivos. Y quizás también podamos obtener nuestra libertad... eso me gustaría ver también en tus ojos ––Alexandre parado, mirando hacia abajo a Nil sonrió levemente.
Se dio la vuelta sin impaciencia y se retiró del jardín.
Nil pensó que el abrigo de Alexandre realmente le daba un aspecto dramático a su salida. Pero espabiló y se volvió a su habitación para guardar cosas importantes.
Ninguno de los dos notó que "Gael" había desaparecido tanto del aire como de la tierra. Nadie sabía que aquella blanca mariposa ya había cumplido su misión.
––¡Santa Nile! Pensé que la vería más pronto, de cualquier forma, ya guardé todas las vestimentas y accesorios que necesitará para el viaje en su equipaje. ¿Hay algo que quisiera que guarde en una maleta portátil aparte?
Alaru, la nana de la Santa, parecía realmente dedicada a su trabajo o cualquier ayuda que se le pudiese ofrecer a Nile. ¿Sería importante la participación de ella en su investigación? Tendría que consultarle en la siesta que tomaría ni bien pudiese.
––Pues, déjeme ver que cosas podrían ser de ayuda, recuerde que participaré en la guerra y la ropa y demás cosas tienen que servirme más que nada para eso.
––Claro, guardé más prendas y armaduras que vestidos de gala ––ella realmente había pensado un paso más allá–– Pero quizás hay objetos que usted misma le gustaría verificar que fueron guardados, esperaré en la sala del personal.
––Bueno... finalmente solo... Cierto, la mariposa ya no me sigue más. Puede que no fuese confiable, pero al menos me hacía compañía.
Observó a su alrededor y parecía que todo esta intacto, pero el guardarropa estaba casi vacío. Guardó la libreta en la maleta portátil y luego no se le ocurrió hacer nada más. Eso era triste, nada de lo que veía era de él y aun así tenía que fingir que le importaba.
––Quizás ahora sería beneficioso almacenar lo más que puedo del don de la Sede mientras tomo una siesta ––.
Se echó en "su cama" y se cubrió con una manta liviana. Luego todo se oscureció.
––Nil... ¿cómo es que apareciste de repente? ––la Santa decía pausadamente mientras Nil se recomponía del suelo.
––¡Santa! Pensé que estarías en un apuro, pero estás aquí, a salvo ––respiró mientras se tranquilizaba ––hablé con el dios Céfiro y me contó algunas cosas.
––¿Cómo lo lograste? No te dije que lo intentaras antes porque tampoco esta segura de que lo lograrías.
––No estoy seguro, estaba tratando de purificar el don del príncipe y de repente comencé a hacerlo con el poder prestado de Céfiro, y ya sé lo que vas a decir, sí, antes de eso estaba utilizando directamente parte de tu almacén per-
––Dioses... mira, me alegro de que lo hayas descubierto, pero no temas preguntar ese tipo de cosas básicas al sistema, para evitar complicaciones.
––¿Qué sistema? ––Nil creyó que le iba a dar un paro cardiaco, todo este tiempo creyó que realmente estaba solo.
¿Acaso era lo que él pensaba que era?
ESTÁS LEYENDO
EL JOVEN QUE QUIZO SALVAR A LA SANTA DE UN MUNDO DE FANTASÍA
FantasyUn joven de 17 años trasmigra a un mundo de fantasía donde se encuentra atrapado en el cuerpo de la sucesora de un gran poder divino, la Santa se la Santa sede. Ahora buscará la manera de regresar a su mundo original, tratando de buscar las razone...