Capítulo 4

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Cuando Nil salió del despacho caminó siguiendo la nube que creó para que lo guiara a la habitación de Nile, la cual no parecía estar ni un poco cerca.

Aquel abrazo seguía sintiéndolo, aunque no estuviese totalmente decaído. Era completamente diferente a cualquier situación íntima que hubiese tenido con su familia. ¿Cómo se encontrarán ellos ahora?

Entonces..., suspiró, pronto lo llamarían a una reunión con el imperio de Eternia para oficializar el acuerdo. No estaba totalmente convencido de simplemente aceptarlo, porque había reaccionado en un arrebato de Nile, pero se le ocurrían dos opciones:

1. Aceptar sin oposición la propuesta y con ayuda del príncipe y el imperio, si es que era posible convencer a alguno de ellos, encontrar un modo de regresar a su mundo y no alterar la vida de la dueña verdadera del cuerpo en el que se encontraba.

2. Escapar de ese destino y buscar la manera de regresar por sus propios medios mientras buscaba la razón de su transmigración a ese mundo. Parecía que podía defenderse solo y no se moriría de hambre si aceptaba hacer misiones a cambio de dinero.

Cuando llegara el día de la reunión podría decidir con cual plan se quedaba, además, podía pedir algunas cosas ya que este compromiso no era algo que alguna de las dos partes hubiese sugerido en primer lugar, aunque por ahora solo estaba suponiendo.

Llegando a su habitación se dio cuenta que parecía un planetario, lo hacía sentir como en casa. Observó detenidamente el espacio en donde pasaría sus últimos días en la Sede luego se tiró con ganas a la cama que le hacía ojitos.

No estaba cansado realmente, pero quería simplemente hacer nada, quizás escuchar música, dibujar o aprender a tocar algún instrumento, pero no quería preocuparse por su futuro en ese momento. Suspiraba.

Pero... podría solicitar una reunión por adelantado con el príncipe y le sugeriría algunas opciones dentro de su matrimonio arreglado, o también podría engatusarlo y que de esa manera aquel futuro monarca le dé libertades.

No, él en primer lugar nunca había tenido una novia y no quería seguir con el juego de venderse a otra nación, aunque fuese por una intención oculta o un bien mayor.

Entonces descansaría ese día, pero le mandaría una solicitud a Su santidad mediante un cartero y esperaría, a lo mejor si iba personalmente después de la vergonzosa escena que hizo con él no le saldrían palabras con suficiente determinación.

Estimado Vincenzo:

Le comento que en este breve tiempo pude comprender y asimilar las riendas que se me han encomendado, y con mucha seguridad le prometo que no lo decepcionaré, porque creo fervientemente, después de nuestra última charla, que los deseos de mi corazón son los mismo que usted tiene para mí.

Tengo una propuesta que me gustaría pudiese tomar en cuenta, ya que el joven príncipe Valerian y yo estaremos comprometidos por un largo tiempo; si todo resulta bien, puede que, para toda la vida, se podrían programar algunas reuniones previas sin que interfieran con el itinerario de la familia real ni de la Sante sede para que llegado el momento importante podamos conectar sin malentendidos o incomodidades.

Sin nada más que expresar, además de mi sincero deseo para que nuestros sentimientos no cambien por circunstancias especiales, espero una pronta respuesta.

Firma con cariño, Nile.

Era una carta de tamaño promedio, por lo que sintió que no había una mala presentación. Llamó a uno de los sirvientes y le entregó la carta cubierta de su don para asegurar la confidencialidad y la dejó ir.

Ahora, antes de no hacer nada, si su petición tenía éxito, tendría que componer un discurso o tener un plan de pautas para saber qué temas hablar con el príncipe. No lo visualizaba en las memorias de Nile, pero recordaba algunas características de su personalidad por los rumores que siempre llegaban hasta a los más recónditos escondites del continente.

El príncipe Alexander Valerian del imperio de Eternia era, según la habladuría popular, una persona sensata que no discriminaba y muy bondadoso con quienes realmente lo necesitaban, no le agradan las personas poderosas ya que estas suelen manipular a los más inocentes e ignorantes. Decían que era apuesto pero no por eso andaba de conquista en conquista, solo que cada año parecía tener una relación seria, pero terminaban rompiendo, aunque nunca hubo pruebas que salieran al público para confirmarlo. Lo que sí es que este evitaba tener conversaciones privadas con cualquier persona, así sea pobre o rica, para evitar rumores, y hasta ese punto podía sonar normal, pero cuando encontraba algo injusto... era la persona más cruel posible (siempre participa en las guerras de fronteras y expansión), por lo que nadie tampoco se animaba a tener una relación cercana con él, por miedo a no cumplir sus estándares.

Siendo así, no podía dar por hecho que él le aceptara una reunión privada, pero podía molestarlo porque iba a ser la futura única persona cercana que tendría por ley.

...

Entonces, si es que el contrato estipula tener un sucesor en cierto tiempo, a Nil no le quedaba otra que cumplir. ¿No se lo podían perdonar porque era una santa? Quería gritar, pero a la vez simplemente echarse en el piso mirando a la nada. Resignado.

Mi meta será volver a mi mundo antes de dicho plazo fijado...

EL JOVEN QUE QUIZO SALVAR A LA SANTA DE UN MUNDO DE FANTASÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora