Durante el paseo nadie dijo nada, Nil solo mantenía su distancia, aunque no hubo incomodidad alguna. Solo pensaba que, ni bien llegase la reunión en la noche, habría de dejar todo claro y luego de eso podría actuar con cierta libertad.
––Nile... Puede que no estemos haciendo lo que realmente quisiésemos hacer, yo no quiero ser el príncipe... tengo hermanos, pero no son aptos, al menos no todavía. Por lo que, me gustaría saber si tienes también algo que no te guste de tu posición ––Nile no sabía qué diría la Santa en esa situación por lo que solo lo miró fijamente ––No digo que tus responsabilidades sean desagradables, yo sé que tengo un puesto muy importante, y si incluso el pueblo o los demás reinos piensan que somos impecables, sin quejas, yo sé que no es así ––Esto último, Alexandre lo dijo casi ensimismándose.
––Príncipe, verás, algo que sigue punzándome en la cabeza es lo que me tiene así, pero hay temas que nunca deben escapar de nuestras mentes ––el contrario lo miró algo distante, solo asintiendo con la cabeza ––Aun así, te contaré una sospecha que tengo, claro, de un caso aparte.
Era un ambiente extraño, ninguno de los dos estaba desesperado por conocer al otro, pero no podían simplemente ignorar a la persona con la que pactarían un matrimonio indefinido. Ambos sentían el corazón del otro afligido, pero no salían las palabras para preguntar "¿Por qué?".
Solo quedaba seguir la línea superficial que el otro iba dibujando.
––¿Qué es? ––Alexandre solo miraba al frente.
––Pues, desde que me comentaron sobre el compromiso, fue a horas de que ustedes llegaron, me surgió la primera duda "¿Por qué está yendo esto tan rápido?", ahora puedo ver que es por la guerra, pero no tengo claro qué gana la Santa Sede, solo veo a un aliado, y no lo encuentro necesario para nosotros ahora.
––Por mi lado, estaba en el campo de batalla y me llamaron urgentemente... estaba furioso, pensé que les daba miedo a los reyes que falleciese su mejor sucesor a la corona o algo parecido. Aunque cuando llegué al Palacio Real de Eternia, me informaron sobre el matrimonio, claro que no estaba totalmente convencido en ese momento, pero ahora sí lo encuentro conveniente por la misma razón que me cuentas tú.
––¿Entonces dices que no sabes nada más? ¿al menos tienes alguna hipótesis?
––Santa, ––Nil se congeló por la rasposa y cortante voz del príncipe ––creo que, aunque las tuviese, no podría ir especulando libremente sobre ellas, además de este ser un asunto sumamente confidencial, a mi parecer.
Nil no entendía porqué el príncipe había cambiado en una fracción de segundos, ¿acaso dijo algo inapropiado? De todos modos, no le convenía distanciarse de él, Alexandre realmente le había demostrado, en las pocas horas que llevaban conociéndose, que podía al menos colaborar con él.
––Xan... ¿acaso dije algo que te incomodó? No me gusta andar con rodeos, no quiero sentir este extraño sentimiento contigo ––Nil terminó diciendo esto mientras se sentaba a su lado y miraba también al paisaje que Alexandre estaba apreciando.
El príncipe y Nil coincidieron con sus miradas, pero no había odio, entonces, solo entonces, Nil se relajó y puso su mano encima de la de Alexandre. Continuó e hizo que el don compartido circule entre ambos y generó un poco más de este, luego los dos se sintieron mejor y suspiraron.
––Por ahora no quiero hablar, Nile ––el mencionado se quedó en blanco por la inesperada respuesta, pero dejó su mano sobre la del príncipe para no hacer algún movimiento en falso.
––Esta bien... no entiendo muy bien qué fue lo que hice, pero esperaré hablar pronto de nuevo contigo ––Alexandre solo asintió e hizo descender la nube a la puerta del patio floreado, que estaba en medio de la Sede, y caminaron hacia la fuente que los llevaría a cada uno a su habitación respectiva.
El príncipe solo se inclinó a modo de despedida, a lo que Nil respondió por inercia de la misma manera, luego se separaron.
Cuando Nil llegó a su cuarto sin darse cuenta, se tiró a la cama y respiró profundamente. Realmente lo necesitaba, ahora había todavía algo extraño, pero tenía la esperanza de que Alexandre lo apoyaría en lo que le había prometido...
––¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Hoy todo me está yendo mal.
Más tarde sería la reunión, por lo que quizás sería mejor olvidarse de todo ello por ahora y preparar lo que hablaría. Sí, ¡enfócate, Nil!
De repente alguien tocó la puerta de su habitación, rápidamente detectó que era Franz, por lo que lo recibió y, por más que no quería distraerse de su meta actual, pensó que quizás sería la última vez que hablarían en mucho tiempo.
Hablaron de juegos, de cómo le iba a Franz en sus estudios, hobbies, anécdotas y otras cosas. Luego de ello Nil le explicó al pequeño que por cuestiones diplomáticas ya no viviría en la Santa Sede, pero que de vez en cuando regresaría. Por ello, prometieron verse en todas aquellas veces.
Franz la abrazó tan fuerte que sentía que le jalaba un poco el cabello, preso en esos pequeños brazos que quizás no conocían todas las formas de amor que había, se compadeció y lo dejó ser. Nil solo masajeaba la espalda de Franz para que este dejara fluir la bola de nieve que se había atascado en el camino esporádico que él había causado.

ESTÁS LEYENDO
EL JOVEN QUE QUIZO SALVAR A LA SANTA DE UN MUNDO DE FANTASÍA
FantasíaUn joven de 17 años trasmigra a un mundo de fantasía donde se encuentra atrapado en el cuerpo de la sucesora de un gran poder divino, la Santa se la Santa sede. Ahora buscará la manera de regresar a su mundo original, tratando de buscar las razone...