°•☆|THE NEW RESIDENT|☆•°
El día estaba tan oscuro que prácticamente parecía de noche, aunque no lo era. El frío del viento añadía una sensación gélida, pero, curiosamente, ese clima resultaba agradable y perfecto para Capital.
El joven de cabellera castaña desayunaba algo sencillo: un café y unas tostadas con mermelada de frutilla. Llevaba preparado aproximadamente una hora. Su vestimenta consistía en una remera gris con una estrella negra y mangas cortas de color negro. En su brazo izquierdo lucía una pulsera roja y otra de cuero fino de color negro. Completaba su atuendo con unos jeans, cuyos bajos estaban ligeramente doblados, revelando un poco de piel, y unas zapatillas negras y blancas.
Mientras Rodrigo terminaba su desayuno, un maullido lo sacó de sus pensamientos, pero lo que realmente lo distrajo fue sentir que algo había subido a la mesa. Miró hacia enfrente y vio a su compañero felino, Barry, quien lo observaba fijamente mientras se acercaba a él y soltaba un maullido para luego frotar su cabeza contra la mano que sostenía la taza con el último sorbo de café.
El joven sonrió al sentir el suave roce de la cabeza de Barry contra su mano. Era un gesto que el gato solía hacer cuando quería atención o simplemente disfrutaba de la cercanía de su dueño. Bajó la taza con cuidado, colocando su mano libre sobre el lomo de Barry y acariciándolo con ternura.
—¿Ya te despertaste, pequeño? —dijo Rodrigo suavemente, casi en un susurro, mientras Barry ronroneaba en respuesta.
Desde que adoptó a Barry, Rodrigo no lo veía solo como una simple mascota. Para él, Barry era mucho más que eso; el gato siempre le ofrecía una compañía silenciosa y reconfortante. Para nada era agresivo, todo lo contrario, era realmente una ternurita. No era como los otros gatos que habían pasado por su vida. Además, Rodrigo sabía que para Barry él lo era todo, y por supuesto, haría todo lo posible para darle la vida que realmente se merecía.
Rodrigo continuó acariciando a Barry mientras empezaba a mirar por la ventana. Observó cómo las ramas de los árboles se movían gracias al viento exterior. El cielo, cubierto de nubes densas y grises, no dejaba pasar ni un rayo de sol. Todo parecía estar en pausa, como si el tiempo mismo hubiera decidido tomarse un descanso.
Después de unos minutos, Rodrigo dejó de acariciar al felino, se levantó de la silla y llevó la taza vacía, la cuchara y el plato al fregadero. Barry saltó con agilidad al suelo, siguiéndolo de cerca. Rodrigo se agachó para abrir la puerta del mueble de abajo y sacar la bolsa de comida de gato y la botella de agua. Luego, agarró los dos platos de Barry, hechos de porcelana, y repuso los alimentos del felino con delicadeza.
Al terminar de poner las cantidades correspondientes y saludables para el felino, Rodrigo volvió a colocar los platos en su lugar habitual. Barry se acercó a los platos cuando vio que su dueño le daba paso, olfateó la comida primero y luego comenzó a comer. Rodrigo sonrió al ver a su compañero disfrutar de su desayuno. Era una pequeña rutina que seguían cada mañana, tarde y noche, pero nunca dejaba de traerle paz y alegría.
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PRETTY PLEASE _Rodriván_
Fantasia°•☆|Los ángeles deberían ser seres de luz encargados de traer paz, amor y belleza, pero en realidad son crueles y fríos, incluso peores que los demonios...|☆•°