–¡Qué buena pinta tiene la comida! –digo mientras me siento a la mesa. Hay mucho marisco, y a mí me encanta el marisco, aunque en casa no podemos comer muy a menudo, ya que es caro.
–Puedes coger todo lo que quieras. Hay comida más que suficiente –me dice Némesis, con una cálida sonrisa.
Luz entra por la puerta, y se queda mirándome como si fuera un fantasma, de nuevo. ¿En serio le doy miedo? Claro, no les cuentan nada de los hombres, como para no tenerme miedo...
–Ven, Luz, siéntate a mi lado, Atenea ya se sentará al lado de Haziel –dice su madre mientras da suaves golpecitos a la silla situada a su lado.
Atenea se sienta a mi lado. Parece feliz y curiosa. Creo que me estoy poniendo rojo otra vez. Es tan guapa, y huele muy bien. Y está muy cerca. Mejor me concentro en la comida.
Hay langostas, cangrejos, langostinos, calamares, mejillones, pulpo, almejas, ostras... Madre mía, esto es el paraíso del marisco. Realmente debo estar soñando.
Empiezo a comer y, Dios mío, esta comida es buenísima.
–Señora, este es el mejor marisco que he probado en mi vida. ¡Me encanta! Muchísimas gracias por la comida.
–No hay de que Haziel, y puedes llamarme Némesis, no me importa. Eres un invitado, no hacen falta tantas formalidades.
–Mi mamá es la mejor cocinera del mundo –dice Luz.
Todos nos quedamos mirándola. Al fin me ha dicho algo, así que le sonrío.
–Tienes toda la razón, Luz –le digo.
Ella sigue comiendo, parece que ya no me tiene tanto miedo, pero no estoy seguro.
–Némesis, ¿sabes algo sobre mi madre?
–La verdad es que no he tenido tiempo de ir a ver cómo está, pero si hubiera algo urgente ya habría venido alguien a avisarnos, así que no te preocupes. Al terminar de comer, puedo llevarte con ella si quieres.
–Te lo agradecería muchísimo. ¿Y qué hay de mi padre? -Cuando le pregunto esto, Némesis para de comer y se queda de piedra.
–¿Qué es un padre? –pregunta Atenea.
¿Tampoco saben qué es un padre?
–Nada, no es nada, hija, sigue comiendo. Luego hablaremos sobre eso, Haziel. Pero no te preocupes.
Uy, ¿la he cagado? Espero no haberme metido en problemas. Sigo comiendo sin decir nada.
Luz empieza a contar lo que ha aprendido hoy en el colegio. Aquí enseñan cosas muy diferentes a lo que nosotros aprendemos. No hay matemáticas díficiles, literatura, geografía... Aprenden a identificar flores, cocinar, cultivar, coser, mecánica, navegación... Creo que también deberían enseñarnos algunas de esas cosas a nosotros.
Terminamos de comer, y me ofrezco a recoger la mesa, pero Némesis básicamente me lo prohíbe. No quiere que haga esfuerzos, por mi herida. No me duele, pero me dice que es por el ungüento, y que debo ir con cuidado, así que me siento en el sofá mientras ellas recogen. La situación es un poco incómoda, no sé qué hacer mientras espero.
–Listo, ya hemos terminado. ¿Vamos a ver a tu madre, Haziel? –me pregunta Némesis, ofreciéndome una chaqueta. –Ya se ha hecho de noche, fuera hace frío. No quiero que te resfríes.
–Muchas gracias –le digo, mientras me ayuda a ponérmela. Es muy suave y caliente, me gusta.
Salimos, y lo que veo me deja sin palabras. Los caminos están iluminados por las farolas. Hay la suficiente luz como para ver, pero es lo suficientemente tenue como para mantener un aura mística, como en una película de fantasía. Y el cielo es lo mejor. Nunca había visto tantas estrellas. Así que esto es lo que se ve en los lugares sin contaminación lumínica.
–Bonito, ¿verdad? No se ven tantas estrellas en la civilización. Y si vas al bosque, se ven aún mejor. La luz de las farolas molesta un poco.
–Es impresionante –digo embobado. Estar en un poblado, rodeado de un precioso bosque, lleno de flores, tenues luces, el sonido no muy lejano del río, la niebla entre los árboles, el cielo estrellado... Esto solo lo había visto en Internet.
–Venga, vamos. La casa de la curandera está muy cerca.
Tenía razón, su casa está a solo 4 cabañas de distancia, en el mismo camino. Su cabaña es más grande, y tiene un símbolo que no sabría describir en un cartel. Supongo que así saben que ahí vive la curandera.
Llamamos a la puerta y entramos. Una mujer de unos 20 años nos recibe, y al verme aparta la mirada. Parece molesta. ¿Qué les pasa conmigo? Es como si estuvieran enfadadas, y no les he hecho nada.
–Miranda, os pido por favor que tratéis mejor al chico. Habéis sido todas muy maleducadas con él. Ha pasado por algo muy duro. Sé que esto es raro para todas, pero por favor, haced el esfuerzo, ¿de acuerdo? Mañana díselo a todas las demás.
La mujer al fin se digna a mirarme.
–Lo siento, pero esto es muy raro. No te lo tomes como algo personal, nos cuesta confiar en ti, pero lo intentaremos.
–Muchas gracias, estoy muy agradecido por vuestra ayuda –se me hace raro dar las gracias por el hecho de que alguien vaya a esforzarse en no odiarme por ser hombre. –¿Puedo ver a mi madre?
Miranda nos guía por un pasillo, y me deja pasar a una habitación llena de camas. Mi madre está en una de ellas, y la curandera a su lado, dándole algo de comer.
La curandera deja el bol de comida en una mesita, y se acerca a nosotros.
–Lo lamento, no he podido venir a verte, pero parece que estás bien –me dice la curandera.
–Hola hijo, ¿cómo estás?
Menos mal, está consciente. Me acerco a su cama. Veo que la han lavado y también le han dado ropa. Parece estar mejor.
–Estoy bien Mamá, ¿y tú?
–Estoy mejor que nunca. Soy feliz. La vida es bella. Y esta comida está buenísima.
–¿Qué? Mamá, hemos naufragado y papá está muerto, ¿y me dices que eres feliz?
–Que le den a tu padre, se lo merecía. Ay, qué bueno está esto. Qué guapo eres hijo, y que grande te has hecho. ¿Has crecido desde la última vez que nos hemos visto? ¿Llevas ropa de mujer?
Estoy flipando. ¿Qué coño le pasa? ¿Se ha golpeado la cabeza o algo? Miro a la curandera, y se pone a reír.
–Tranquilo, es el efecto de un remedio que le he dado para el dolor.
–¿¡Habéis drogado a mi madre!?
_____________________________________________
Muchas gracias por apoyar mi libro ♥ Lo agradezco muchísimo
El próximo capítulo se autopublicará el lunes, 26 de agosto de 2024, 11:00 CEST

ESTÁS LEYENDO
La Isla: Infernum
Random¡Libro completo disponible en Amazon! Haziel y sus padres naufragan en una isla habitada solo por mujeres. Al principio todo parece normal, aparte de la ausencia de hombres, pero poco a poco Haziel va descubriendo todos los secretos y mentiras que...