-Arriba chicos. ¡A desayunar! -Nos levanta Némesis. ¿Volvió anoche? ¿O acaba de llegar?
-Pero mamá, es sábado, hoy no hay colegio -se queja Atenea.
-Lo sé, pero tengo noticias. Así que, ¡arriba!
Vamos al baño, Atenea me cura la herida... Lo de todas las mañanas, no hace falta repetirlo, ¿no?
Nos sentamos a la mesa para desayunar, pero lo que de verdad queremos saber es qué noticias hay. Luz parece muy feliz, así que ya debe estar bien. Me alegro mucho.
-¡¡Mamá, cuéntaselo, cuéntaselo!! -dice Luz, superemocionada. ¿Qué estará pasando?
-Bueno, tenemos grandes noticias. Luz no tiene apendicitis. ¡Ha tenido su primera menstruación! No tenía dolor de barriga, era dolor premenstrual. ¡Ya es toda una mujer!
Atenea se queda en silencio, y yo no sé qué decir. No sabía que la menstruación podía venir tan temprano.
-Enhorabuena, Luz, ¿estás contenta? -es lo único que se me ocurre decir.
-¡Sí! ¡Al fin podré saber las cosas de adultos!
-¿Atenea, no vas a decirle nada a tu hermana? -pregunta Némesis.
-Claro, enhorabuena, Luz... -dice Atenea. No parece feliz. ¿Envidia?
-Bueno, también hay buenas noticias para ti, Haziel. Hemos decidido que vamos a adelantar la próxima visita a la civilización, así que tu madre podrá ir a un hospital.
-¿¡En serio!? ¡Dios mío, eso sería genial! -esta noticia me llena de alegría y esperanza. Al fin podré volver a casa, y mamá se curará-. Pero creía que no podía viajar.
-Bueno, la verdad es que tu madre está bastante mal, así que es la única opción que nos queda. No tenemos nada que perder.
Entonces sí que está muy mal. Pero tengo esperanza, en nuestros hospitales sabrán qué hacer.
-Vamos a usar uno de los barcos rápidos, para llegar lo antes posible. No vamos a llevar muchas mercancías, así que nos bastará. Voy a acompañar a tu hermana en persona, así que te quedarás con tu tía, ¿vale Atenea?
-¿Qué va a hacer Luz en mis tierras? -le pregunto a Némesis. No sabía que también venía.
-Qué pregunta tan tonta, Haziel. ¡Voy a encargar a mi hija! ¡Estoy tan emocionada! -dice Luz.
Me la quedo mirando, sin saber qué decir, otra vez. Luego miro a Némesis, cuya mirada dice "cállate".
Atenea ya me había dicho que algunas tienen hijas a una edad muy temprana, pero... No sé. Está mal. Muy mal. No me esperaba que pasase de verdad. Es demasiado pequeña.
Estoy empezando a pensar en ir a la policía al volver a casa, pero ¿qué les digo? "Señor agente, hay una isla llena de mujeres locas que obligan a sus hijas a reproducirse cuando aún ni siquiera han llegado a la adolescencia". No creerán a un chico de 16 años. Además, no sabría decirles dónde está esta isla.
-Y, ¿cuándo será? -pregunto. Cuanto antes vean a mi madre, mejor.
-¡El lunes por la mañana salimos! Se espera buen tiempo, será genial -dice Luz. Está super ilusionada. ¿Sabe acaso cómo se ''encarga'' una hija?
-¿¡Qué!? ¡El lunes cumplo dieciséis años! ¡Se supone que la hija de la jefa tiene una gran fiesta para su cumpleaños número quince, pero como Luz estuvo enferma el año pasado me prometiste que lo celebraríamos a lo grande este año! -grita Atenea. No tenía ni idea de que el lunes era su cumpleaños.

ESTÁS LEYENDO
La Isla: Infernum
Rastgele¡Libro completo disponible en Amazon! Haziel y sus padres naufragan en una isla habitada solo por mujeres. Al principio todo parece normal, aparte de la ausencia de hombres, pero poco a poco Haziel va descubriendo todos los secretos y mentiras que...