Capitulo 12: Déjame entrenarte

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Gregz caminaba por la aldea humana, su estómago rugiendo mientras buscaba algo para comer. Se detuvo frente a un pequeño puesto que vendía brochetas de carne y otros platillos. Justo cuando estaba por pedir, una bruja con un sombrero negro y cabello rubio despeinado se sentó a su lado. Era Marisa Kirisame.

—Oi, ¿Quieres saber un secreto?
Dijo Marisa, su tono misterioso y siniestro. Gregz frunció el ceño; el apetito que había tenido se desvanecía con cada palabra que ella decía.

El dueño del puesto, un hombre robusto y de mal carácter, notó cómo la presencia de Marisa había arruinado el ambiente.
—¡Oye, bruja! Si vas a estar molestando a mis clientes, ¡Al menos compra algo!
Le gritó, agitando un cuchillo de cocina en su mano.

Gregz suspiró y decidió que no valía la pena quedarse. Pagó su cuenta rápidamente y se alejó del puesto, pero Marisa no lo dejó ir tan fácilmente. Con una sonrisa en los labios, se lanzó detrás de él, manteniéndose a su lado mientras caminaban por las calles de la aldea.

—Vamos, no seas así, ¿No quieres saber qué podría pasar si jugamos con tu habilidad un poco más?
Marisa intentó captar su atención, pero Gregz simplemente silbó, ignorándola por completo mientras seguía caminando.
—¿Qué es lo que realmente quieres con esa habilidad?
Preguntó Marisa, ajustando su sombrero mientras lo miraba con curiosidad.

—Solo quiero vivir en paz, sin que mi vida sea una broma cósmica. Mi habilidad es... Complicada. No la entiendo del todo, y honestamente, preferiría no tenerla. Pero si pudiera controlarla, tal vez podría hacer algo útil, algo que valga la pena.

Marisa sonrió ampliamente.
—Eso suena como una oportunidad para entrenar. Podrías ser más poderoso de lo que piensas si le das una oportunidad. Podría ayudarte.

Gregz se rascó la cabeza, pensativo, y luego esbozó una sonrisa traviesa.
—¿Quieres que entrene, eh? Muy bien, pero primero, escucha esto... Imagina que un youkai hambriento intenta robarle a una bruja... Solo para darse cuenta de que la bruja es peor cocinera que él. Termina huyendo, gritando que prefiere cazar su propia comida antes que comer lo que la bruja preparó.

Marisa parpadeó y, de inmediato, la escena cobró vida en su mente. Visualizó al youkai huyendo despavorido de su propia cocina, maldiciendo su suerte mientras Marisa, con una sonrisa inocente, agitaba una cacerola en el aire.

Aprovechando que Marisa estaba atrapada en la imaginación de la escena, Gregz comenzó a correr hacia Geidontei, dejando atrás a la bruja distraída. 
Llegando a Geidontei, Gregz empujó la puerta con fuerza y entró, respirando agitado. Miyoi, que estaba limpiando una mesa cercana, levantó la vista y lo miró con curiosidad.

—¿Qué te pasa? Pareces haber visto un fantasma.

Gregz sonrió
—Nada, solo estoy listo para el show de esta noche. Es hora de impresionar a la multitud

Justo cuando lo dijo, el viejo del lugar, que estaba de pie detrás de la barra, comenzó a murmurar para sí mismo.
—¿Qué fue lo que dijiste? ¿Qué necesitas un pescado fresco para el evento?

—No, viejo, necesito los fuegos artificiales listos. Ya sabes, para el gran final.

El viejo hizo como si no escuchara bien y respondió
—Sí, sí, fuego de leña... Justo después de que termine de preparar ese guiso de pescado que me pediste...

Gregz apenas había tenido tiempo de recuperar el aliento cuando la puerta de Geidontei se abrió de golpe. Marisa entró a la fuerza, causando un estruendo que hizo que Miyoi soltase un pequeño grito de sorpresa, casi dejando caer la bandeja que llevaba. Gregz sintió una sensación incómoda en su nuca y, cuando se giró, vio a Marisa detrás de él, bailando juguetonamente y sonriendo con picardía.

Touhou x Dead Space (Más Allá del Vacío)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora