Capítulo 19: "Vuelve conmigo"

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El rubio abrió la puerta con cautela, y se asomó para ver a un bulto en la cama, que respiraba con calma

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El rubio abrió la puerta con cautela, y se asomó para ver a un bulto en la cama, que respiraba con calma. Conan frunció los labios, de repente algo asustado de acercarse a él después de todo lo ocurrido entre los dos. Aún así, cerró la puerta tras él y entró.

Miró a su alrededor con desconfianza y luego se fijó en el hombre envuelto en las sábanas grises de aquella cama, plácidamente dormido como si estuviera en su propia habitación. Su mente lo torturó haciéndolo pensar en como ella pudo haberse aprovechado de su condición, la sola idea de que ella lo tocara casi lo hace enloquecer.

Se acercó a la cama, sentándose al lado de su esposo mientras no podía evitar mirarlo con anhelo. Roy se removió en la cama, frunciendo el ceño. Tenía el cabello desordenado, unas leves ojeras bajo sus párpados y hacía mohínes mientras fruncía el ceño, como si estuviera soñando algo que lo inquietara. Conan dejó sobre la mesita de noche el jugo y las pastillas, mientras lo contemplaba como si fuera la primera vez en años que lo hacía, y de hecho, así parecía luego de su ausencia en el apartamento por estar inmerso en otros asuntos. Asuntos que habían quedado en segundo plano ante la amenaza de perder al amor de su vida.

Su pecho se apretó mientras llevaba su mano al rostro de su esposo, retirando algunos mechones de su cabello para poder deslizar sus dedos por las mejillas cálidas del castaño, quien se removió en su lugar, apoyandose más en la palma de su mano como si reconociera aquel tacto.

—Conan—susurró entre sueños, el aludido tuvo un vuelco en su corazón, observándolo con sorpresa y medio sonrió, ilusionado.

—Aquí estoy—musitó inclinándose hacia él, Roy ronroneó, su mano subiendo para acariciar la de Conan en su mejilla. El rubio sintió la alegría en su pecho por el modo tan familiar en que aquella simple interacción parecía, se inclinó un poco más hacia él y le besó la mejilla con aprensión.

El castaño ladeó el rostro hacia su tacto, frunciendo el ceño al tiempo que sus ojos se entreabrían. Conan al notarlo, se alejó rápidamente como si tuviera miedo de su reacción al verlo allí, y de algún modo, así era.

Roy apretó el ceño, extrañado y se frotó los párpados, mirándolo entre confundido y asombrado.

—¿Conan?—inquirió en voz baja—¿Qué...?

Se apretó la sien mientras se sentaba en la cama, quejándose de dolor.

—¿Dónde estoy?—cuestionó con la voz ronca, mirando a todos lados.

Conan torció el gesto.

—En el apartamento de Savanah Marie—roy viró a verlo incrédulo antes de acordarse de lo ocurrido y aclararse la garganta, sobándose aún la cabeza con una mano.

—Y tú... ¿Cómo supiste que estaba aquí?—murmuró, Conan apretó los labios.

—Ella me llamó—roy suspiró sacudiendo la cabeza y se quitó la sabana de encima, Conan lo miró con melancolía —¿Por qué tuviste que venir precisamente a su apartamento?

Por siempre [Mi chico Revoltoso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora