Capítulo 11: "Estás ebrio"

317 49 37
                                    

Su pie golpeteaba con el piso, movía su peso a una pierna y a otra, se acomodaba el traje, veía a la gente pasar y conversar, escuchó la breve charla del presidente de la empresa para darles la bienvenida a todos cuando pasó una hora del inicio de...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Su pie golpeteaba con el piso, movía su peso a una pierna y a otra, se acomodaba el traje, veía a la gente pasar y conversar, escuchó la breve charla del presidente de la empresa para darles la bienvenida a todos cuando pasó una hora del inicio de la reunión. La gente empezó a bailar en la pista, algunos niños pasaban a su lado riéndose y correteándose, las niñas con vestidos bonitos y los niños vistiendo camisas y pantalón elegante. Su primera copa se había convertido en la sexta, una hora terminó en dos, su esperanza se convirtió en decepción.

Le asustaba a sobremanera el cómo últimamente reaccionaba a sus desplantes, como si de verdad se estuviera acostumbrando a ellos y diera por sentado que esa sería la relación de ambos de ahí en adelante. Apretó la copa medio llena, revisando su celular, hace treinta minutos Conan le había escrito para decirle que no iba a poder llegar, con su excusa habitual. Asuntos del trabajo.

No había querido contestarle, por él estaba allí, porque creía que ese evento sería una oportunidad para pasar tiempo juntos después de tanto, si él nunca iba a llegar, Roy no se habría molestado en asistir...

Guardó su celular con un nudo en la garganta, decidiendo pasarlo con un trago de champagne y caminar hacia el balcón del salón para tomar aire. Apoyó los codos en la baranda, viendo hacia las calles, sintiéndose tan solo como nunca antes. A su mente semiebria llegaban recuerdos de todos esos años de relación, años hermosos que había disfrutado al máximo, años que valían la pena porque tenía a conan a su lado.

Recordó los tiempos en los que Conan vivía amaestrado a los pies de sus padres, temeroso de hacer algo que a ellos no les gustara y cómo Roy siempre lo había orillado a arriesgarse para disfrutar sus días de adolescencia al menos un poco. Recordó los ratos en las tardes que pasaban juntos, esa vez que habían ido a lanzarle huevos a la casa de su padre o esa pijamada donde su amistad se convirtió en algo más, y jamás pudieron retroceder.

Bebió de un trago lo que sobraba en su copa y se frotó los ojos llorosos, no iba a llorar por esas cosas, solo estaba ebrio, no podía hacerle una escena cuando sabía que él estaba ocupado con su trabajo. Tenía que...

Apretó la mandíbula sintiendo que la decepción lo absorvía por completo, no quería, pero era difícil no pensar que algo estaba cambiando entre ellos y tenía mucho miedo. Lo amaba con su vida, no quería perderlo, no obstante, la situación lo estaba llevando cada vez más cerca del borde.

Unos pasos a sus espaldas lo alertó, no se movió mucho, tan solo se tragó las lágrimas que casi salían de sus ojos y viró sobre su hombro para ver de quien se trataba. Una llama de esperanza en su estómago encendida con la posibilidad... Pero tan rápido como llegó, está se fue.

Savanah notó en los ojos del castaño la tristeza y se acercó frunciendo el ceño, a pesar de que solo los alumbraba la luz de la noche y el resplandor de las luces del salón, ella pudo notar signos de lágrimas en sus iris.

Por siempre [Mi chico Revoltoso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora