Deckard Shaw lleva una vida aparentemente tranquila junto a su esposa, la encantadora y enigmática Camila Harrison. Sin embargo, la serenidad de su matrimonio se ve interrumpida cuando Camila recibe una oferta irresistible para regresar a su antiguo...
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Todo el equipo se encontraba de vuelta en la base, Letty se encontraba sentada en las gradas después de tener un mini encuentro con Dominic.
—¿Tienes algo?—preguntó Hobbs al pequeño Don Nadie.
—Nada. Solo me informaron que lo que tomaron eran claves nucleares.—le contó a todos— Tiene un arma PEM y claves de lanzamiento nucleares. No sé qué sea, pero tienen algo en la mira.
—¿Y Deckard?—preguntó Hobbs— ¿Y Camila?
—Deckard no sobrevivió y Camila por las cámaras solo ve cómo Dominic la arrastra hacia un auto.—le informó— En otras palabras está en manos de Cipher.
Hobbs se levantó molesto y no dudó en golpear la pared dejándola abollada, todos se quedaron en silencio pensando en cómo podrían acabar con todo ese infierno.
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Camila despertaba en un pequeña celda, la mujer estaba asustada por primera vez en su vida, la había sujetado en una silla sus pies a penas y se movían, al igual que sus manos.
Una pequeña luz iluminó el cuarto dejando de ver a las persona que se encontraban en el cuarto, Camila se sorprendió al ver a Elena atada y su miedo había aumentado cuando vio a Cipher con un bebé en sus manos y a su lado a su pequeña hija sin emoción alguna en su rostro a pesar de tener un arma en su cabeza.
Pudo ver a Dominic detrás de la celda viendo a las personas, la mujer intentó moverse intentando deshacerse de aquel nudo en sus piernas algo que no lograría.
—Que adorables criaturas, ¿No creen?—miró a Dominic—Espero no lastimarlos.
—De acuerdo, psicopata, hice exactamente lo que me ordenaste. No lo hagas.—pidió Dominic.
Camila comenzó a temblar de miedo, se sentía inútil al no poder salvar a su hija ni a Dominic, mucho menos podía salvar al bebé y a Elena.
Sabía muy bien porque la había encerrado, Cipher no podría ganarle puño a puño, sabía que le temía por aquella pelea, así que lo más sabio sería tenerla encerrada.
Pero aún así, esta vez Cipher tenía la ventaja,¿por qué? Tenía su hija y hasta donde había entendido al hijo de Dominic y Elena.
—¿Yo lo provoque?—escuchó el grito de Dom— No los lastimes, te lo suplico.
—No quiero que supliques, quiero que aprendas.
Dominic golpeó el vidrio— ¡¿Aprender que?!
—Entiendo porque hiciste lo que hiciste. De verdad.— él bebé intentaba tomar las manos de su padre, Dominic sintió un dolor en su pecho al no poder cargarlo— Pero te equivocaste, es la consecuencia de eso.
Un hombre sacó su arma recargándola a punto primero a Camila la cual se ganó la atención de Cipher— No, maldita, si me vas a matar lo harás tú. Porque ambas sabemos que no eres nada sin una puta arma o sin tus perros falderos.
—Que carácter para estar al borde la muerte.—sonrió con malicia— Y con tu hija en mis manos.
—Le enseñé lo suficiente para sobrevivir en ambos mundos, ¿o me dirás que ese moretón en tu cara es porque te caíste?—Cipher tragó en seco— No debes subestimar a mi hija, Cipher. Ella también te puede meter una bala en tu cabeza llena de mierda.
El hombre cambió la dirección de su arma para Elena él cual no dudó en dispararle, Camila sintió como la sangre de Elena la salpicó. La morena cerró los ojos con fuerza por la impotencia de haberla salvado.
