28 - Die with a smile

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La habitación del hotel estaba envuelta en una penumbra tranquila, iluminada solo por la tenue luz que entraba desde la ventana. Era una habitación sencilla, decorada en tonos blancos y crema minimalistas. Juanjo y Martin se encontraban uno frente al otro, apenas a unos centímetros de distancia. Había algo en el aire, una mezcla de nostalgia, deseo y una inevitable tristeza, que hacía que cada movimiento, cada suspiro, se sintiera más pesado, más significativo.


Martin había actuado sin pensar. Sin pensar en absoluto en las consecuencias de su propuesta. Y ahora estaba allí mirando al hombre al que había amado durante años, y al que probablemente seguiría amando para siempre. Pero quizás aún no se había dado cuenta de ello.

Juanjo, en cambio, tenía una gran debilidad: la de seguir todas y cada una de las órdenes del menor. Siempre. Desde su primer encuentro. No podía decirle que no. Y ahora que estaba frente a él, con la mirada llena de deseo, ¿cómo podría escapar a su voluntad?


Martin fue el primero en romper el espacio entre ellos, llevando una mano temblorosa al rostro del mayor, acariciando su mejilla con una suavidad que casi le sorprendió. Podía sentir el calor de su piel bajo sus dedos, y la familiaridad de ese contacto trajo consigo una oleada de recuerdos que había intentado enterrar durante años.

—No pienses —susurró Martin, apenas audiblemente, más para sí mismo que para Juanjo. Necesitaba que esta noche fuera simple, que fuera solo un momento aislado de todo lo demás, algo que no arrastrara consigo las complicaciones de sus vidas, de su pasado.


Y así es como ocurrió. Un momento fugaz, casi imperceptible, sin titubeos. Su primer beso, después de cuatro largos años. Sus labios volvieron a encontrarse tímidamente, como si lo hicieran por primera vez.

Cada beso, cada caricia, traía consigo un torrente de emociones, un doloroso recordatorio de lo que habían tenido, de lo que habían perdido. A pesar de sus intentos de mantener la situación bajo control, sentía que el peso del pasado estaba comenzando a hundirlo.

Juanjo, por su parte, estaba luchando con sus propios demonios. Mientras sus manos recorrían el cuerpo de Martin, mientras sentía la familiaridad de sus formas, no podía evitar pensar en todo lo que había sucedido entre ellos, en todo lo que habían pasado juntos y en lo que habían dejado atrás. Quería entregarse por completo a este momento, pero una parte de él no podía dejar de pensar en el mañana, en lo que significaría para ambos cuando la noche terminara.

—Esto... —comenzó a decir Juanjo, pero Martin lo interrumpió, colocando un dedo sobre sus labios.

—No hablemos —pidió, su voz quebrada por la emoción. No quería que las palabras estropearan lo que quedaba de esa noche. No quería pensar en lo que esto significaría para ellos después.

Juanjo asintió, tragándose cualquier objeción que pudiera haber tenido. Cerró los ojos y se dejó llevar por el momento, tratando de dejar atrás las dudas, las preocupaciones, todo lo que pudiera arruinar lo que estaba sintiendo en ese instante.

La habitación estaba en silencio, salvo por sus respiraciones entrecortadas, por el leve sonido de las sábanas arrugándose bajo ellos. Cada movimiento era lento, deliberado, como si ambos supieran que este era su adiós, y quisieran grabar cada segundo en sus memorias.

 Sabía que esta noche no resolvería nada, que no haría desaparecer el dolor ni las complicaciones de su vida, pero al menos, por ahora, le daba un momento de respiro, un momento en el que podía olvidar, aunque fuera solo por un rato, lo que venía después.

The time I spent without youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora