🌑Cap 12🥋

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Orgullo de asesino

Cuando comenzó a amaneces llegó Atzuo junto con varios miembros del clan, al ver el desastre y los cadáveres rápidamente corrieron buscando sobrevivientes, el jefe llegó a donde se encontraba Azen, este estaba bañando en sangre arrodillado en el suelo mientras abrazaba el cadaver de su madre, Atzuo vio la escena y entendió lo que había pasado, no derramó ninguna lágrimas, pero en sus ojos se sentía la frustración y la rabia por lo que había pasado.

Más tarde comenzaron a enterrar los cuerpos y hacerles una especie de velorio tradicional, Atzuo se encontraba sentado frente al lago junto a su hijo.

-Cuantos mataste -le pregunto rompiendo el silencio de una manera abrupta.

-12 -le respondió desanimado ¿Es necesario llevar la cuenta?

-Te lo dije antes, una vez mates a 200 llegará la hora de darte una nueva arma, la verdadera que demostrará tú valor como asesino.

-Ya veo -fue todo lo que respondió de manera inexpresiva mientras observaba los pétalos de cerezo caer en el lago, era una vista que le traía recuerdos.

(...)

Al otro día decidió visitar la frontera de la montaña esperando encontrarse con sus amigos, que efectivamente allí estaban, pero sus rostros no parecían mejores que el de él.

-Az llegaste, pensé no vendrías más, me estaba preocupando -hablaba Hend algo nervioso intentando forzar una sonrisa.

-He estado algo... ocupado ¿Pasó algo? No tienen buena cara -les preguntó con curiosidad.

-La verdad es que si pasó algo -le respondió Hend y el otro príncipe bajó la mirada triste-, los asuntos políticos de nuestras familias no salieron bien, por desgracia tanto él como yo vamos a abandonar la ciudad.

-¿Qué...? Entiendo que Sel se vaya porque no es de aquí ¿Pero por qué tú tambien? -preguntó aguantando las lagrimas por la noticia.

-Descubrieron que mi padre contrató asesinos para deshacerse de varios generales corruptos del reino -comenzó a explicar Hend-, eso desencadenó en que un grupo de caballeros reales se revelaran en contra de él, lo destrozaron y ahora quieren que deje la ciudad, obviamente al ser de su familia me tengo que ir también.

-No puede ser... -exclamó Az sorprendido dándose cuenta que eso posiblemente tuvo que ver con el ataque anoche a su casa-. ¿Pero dónde vas a vivir ahora?

-Por eso no hay problema, a pesar de todo mi papá se hizo muy amigo del de Hend -habló Sel interrumpiendo-, le ofreció que fuera a nuestro reino y se quedara allí.

-Por eso se van los dos juntos... -decía Azen bajando la mirada-, justo cuando necesitaba a un par de amigos pasa esto... yo... -apretó sus dientes comenzando a soltar lágrimas a montones.

-De verdad lo siento, hubiera querido pasar más tiempo contigo, pero los problemas de los adultos nos persiguen -decía Hend lanzándose a abrazar al chico entre lágrimas también.

-Yo también lo siento Az -Sel se unió al abrazo llorando también-, si algún día me hago rey intentaré por todos los medios de que las cosas no terminen así, haré todo lo posible por crear un reino donde todos vivamos en paz.

Y así los tres chicos se despidieron en aquel que era su lugar favorito, sin saber si algún día volverían a verse.

Pasaron los años y Azen creció, ahora tenía 17 y era más alto y fornido que antes, su cabello ahora eras lazio y arreglado siendo largo hasta sus hombros con un gran cerquillo que tapaba su frente y parte de sus ojos, además ahora siempre llevaba un mono completo de mallas  negro con rayas rojas, con guantes sin dedos y una funda de su katana pequeña a un costado de la cintura. Ya había realizado varios trabajos de asesinato en la capital, por suerte su padre Atzuo logró controlar la rebelión de la capital y no tuvieron más ataques, pero aún así siguieron trabajando para ellos.

Soul Knight: MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora