Soul Knight: Memories

🌑Cap 10🥋

Acto III: Asesino

Un gran cambio

Existe un gran reino llamado Zembusa, con una capital muy grande y vistosa rodeada de grandes edificaciones. Parecía que le iba muy bien económicamente, se dedicaban en su mayoría al comercio de ropa hecha con telas de los monstruos fuera de la barrera que rodeaban el lugar, el cual era una gran pradera con algunas zonas montañosas y boscosas. Los monstruos de los alrededores solían ser conejos o jabalíes, pero nada especialmente peligroso que no pudieran controlar. Todo parecía ir bien en la capital, no habían problemas políticos ni nada, todo estaba en paz.

Algo cerca de allí viviendo casi en el límite de la barrera que separaba a los monstruos, detrás de la montaña había una pequeña aldea con estilo japones, rodeada de un hermoso lago y árboles de flores preciosas, en esta aldea vivía una familia, o más bien un clan conocidos como los Hakuza, los cuales habían vivido ahí durante años y donde está su único hijo hasta el momento, el pequeño Azen Hakuza de tan solo 12 años.

-Mamá, mamá, hoy por fin es mi cumpleaños, estoy muy emocionado -decía el pequeño acercándose a su madre quien reposaba con las piernas cruzadas tomando una taza de té al costado del lago.

Este chico traía el cabello negro algo puntiagudo y desaliñado, sus ojos eran marrones y tenía una alegre sonrisa en su rostro, llevaba un kimono japones negro con una cinta roja y descalzo.

Su madre tenía un aspecto hermoso y joven, su piel era blanca y delicada, sus rasgos faciales eran finos, su cabello azabache iba recogido con unos palillos y vestía un largo yukata blanco con diseño de flores de sakura.

-Te veo muy contento Az -soltó una pequeña risa la mujer.

-Es que papá me dijo que me mostraría algo especial cuando cumpliera 13 años, estoy muy ansioso por ver que será -dijo emocionado jugando a la orilla del lago-, la última vez no pude pasar tiempo con él por su trabajo... pero estoy seguro que hoy podremos.

-Así que ya es hora... -La mujer vio un pétalo de flor rosado caer en su bebida y cambió su expresión a una más triste-. Az ven acá un momento -llamó con una sonrisa al pequeño. Este le hizo caso y se acercó, la señora dejó su bebida a un lado y lo cargó sentándolo en su regazo-. Az quiero que sepas que pase lo que pase tanto tu padre como yo te amamos mucho y nunca dejaremos que te pase nada malo -le dijo esta mirando los hermosos cerezos que desprendían sus pétalos rodeándolos a ambos, el chico también alzó su vista embobado con lo hermoso que se veía aquel desfile de flores-, también debes recordar que el mundo está lleno de momentos hermosos y llenos de alegría como este, cuanto te sientas perdido sólo recuerda esta escena y tenla en mente.

El chico no entendía porque su madre le contaba todas esas cosas de repente, pero asintió sin más sonriente sin dejar de admirar aquel hermoso paisaje.

(...)

Al caer la noche se encontraban Azen y Mikanko su madre reunidos en la mesa ambos sentados de forma tradicional esperando a comer.

-Se está tardando -decía el chico con mucha hambre ansioso por empezar.

-Espera un poco, seguro está al llegar -dijo la mujer sonriendo amablemente, hasta que de repente sintieron ruidos afuera-, ya está aquí.

Tanto ella como el niño salieron a recibir los visitantes, eran varias personas vistiendo trajes negros que tapaban sus rostros y portando armas filosas como espadas, dagas y mucho más, estos se esparcieron por todo el lugar dejándole paso a alguien más que se veía al fondo, este se notaba más fornido que el resto y de gran tamaño, se quitó la mascara desvelando su rostro con rasgos gruesos y una larga cabellera negra amarrada en una coleta con algunas mechones a costados de su rostro, sus ojos eran filosos y marrones, portaba en su espalda una alabarda estilo japones de gran tamaño. Tenía una expresión seria e intimidante y no era para menos, ya que este era Atzuo Hakuza el líder del clan y padre de Azen que recién llegaba de su trabajo, el cual era un misterio para el niño.