⛪Cap 13🌟

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Acto IV: Sacerdote

Prisioneros

En una montaña existía una pequeña aldea llamada Axia, donde sus habitantes vivían en paz alejados de cualquier criatura peligrosa, había una joven mujer de esbelta figura y cabello rubio recogido con una trenza, que caía a su lado del cuerpo, sus ojos eran azules y vestía un gran vestido largo de color blanco, danzaba sin parar mientras tarareaba una pequeña melodía, traía en sus brazos una pequeña bebé que tenía emocionada con aquella música.

Todo parecía estar en paz... Hasta que un ejército de bandidos a caballo llegaron al lugar, vestían con ropas haraposas y llevaban algunas armas de fuego, además de sables, armaron todo un caos en el pequeño pueblo, incendiaron las casas, mataron a los habitantes y saquearon todo el oro del lugar. Aquella mujer se encontraba de rodillas con lágrimas en sus ojos tratando de calmar el llanto de la pequeña que no paraba, hasta que se escuchó un disparo... y su canto se detuvo.

-¿Qué hacemos con ella? -preguntó uno de los soldados cargando la bebé en sus brazos.

-Al jefe le gustan los niños para tener mano de obra, llevala, alguien se encargará de ella hasta que tenga edad -respondió otro soldado viéndola de reojo.

Alejados de allí en una zona volcánica, había un enorme castillo de piedras volcánicas rodeado de magma, se llama Leviathan aquel lugar y era donde vivían aquellos bandidos, ya se habían acostumbrado al lugar, dentro del castillo tenían todo lo robado y en los alrededores habían varios esclavos trabajando, la mayoría de ellos siendo niños con un collar con rubíes rojos en el cuello.

Allí se encontraba aquella bebé que luego de 10 años creció hasta ser una pequeña niña de cabello rubio, siendo este descuidado y puntiagudo, ojos azules afilados y algunas cicatrices en su cuerpo. Desde que tuvo edad para trabajar la pusieron a ello, todos los esclavos tenían picos y carretas y se dedicaban a minar todo los alrededor en busca de minerales para su jefe, el cual se encontraba dentro del castillo sentado en su trono como si nada, llevaba un pantalón de piel oscura y grueso con un par de botas marrones, no tenía camisa dejando su torso desnudo a excepción de una gruesa capa de piel de lobo sobre sus hombros, quedando con la cabeza de este como sombrero, además poseía en su mano derecha un extraño báculo dorado con una gema roja en el centro, su cabello era marrón y corto siendo tapado por la cabeza de lobo, dejando sólo algunos pocos en la frente y sus ojos eran oscuros, además tenía una barba filosa por todo su rostro.

La niña seguía golpeando con fuerza con su pico contra una roca, pero casi ni se rompía, la siguió golpeando un par de veces hasta que se enojó y lanzó el pico muy lejos golpeando a uno de los guardias.

-Maldita enana -el guardia llamó a varios más y atacaron a la pequeña, esta envuelta en furia se defendió lanzando golpes por todos lados hasta que la dejaron inconsciente.

-Esa niña es muy problemática y agresiva, no se porque no nos deshacemos de ella -decía uno de los bandidos rascándose la cabeza al lado del trono del jefe.

-Jajajajajaja nunca me aburro viéndola, a pesar de que somos más fuerte siempre nos ataca, es una chica salvaje -decía este viéndola lamiéndose los labios-, no podemos deshacernos de más esclavos, cada ves se hace más difícil conseguir nuevos, y aún no encuentro lo que estoy buscando -miró de reojo la gema de su bastón-, que se concentren más en el área este, trae a los de otras áreas si es necesario, algo me dice que estará ahí.

El soldado asintió y se retiró del lugar. Algo lejos de allí los soldados que cargaban a la niña la metieron en una celda lanzándola al suelo, esta se levantó quejándose un poco de los dolores en su cuerpo.

Soul Knight: MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora