† Capítulo 19.

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( Disculpad mi ausencia, he estado hasta arriba de trabajo, pero aquí vengo de vuelta con un nuevo capítulo para vosotros . )


ᅠᅠᅠTYSHARA.

Si hace frío en este patio, apenas permito que mi piel lo sienta. Las noches en Desembarco se hacen eternas desde que llegué con la noticia de que iban a comprometerme con un Bracken al que ni siquiera conozco. Las flores que yacen en mis manos huelen tan bien, que me adentro únicamente en ellas y en la frescura de sus pétalos para evitar pensar en aquel con el que compartiré el resto de mis días. Habladurías dicen que los Bracken son diplomáticos, otros que causan problemas. Según en qué lenguas, los rumores varían de mayor o menor gravedad. Cierro mis ojos, impregnándome de la dulzura de las fresias multicolores a merced de la luna que se aprecia en lo alto de este cielo despejado, empezando a notar una calma que espero nadie pueda romper. 

Estoy sola, no hay barullo a mi alrededor y parezco la reina de un lugar desértico. Los guardias no están a mi alrededor, pero los siento cerca. Ahora, los pensamientos desagradables que causo con mi presencia, pasan a un segundo plano. Ya no pienso qué dirán de mí, de mi virtud perdida, del joven al que perdí por una noche de diversión, aventura y curiosidad. Mas sé que al despertar y volver a mi realidad, volveré a avergonzarme de mis actos, pues estos son los que me han llevado a un matrimonio no deseado para tapar mis vergüenzas. Extraño mi vida, las noches de travesuras con mi hermana cuando corríamos por los pasillos de Roca Casterly sin que nadie nos preocupara. Y sin embargo, ya no puedo siquiera sostener la mirada al frente sin que las lágrimas me invadan. 

De pronto, un impacto me hace abrir los ojos de manera abrupta. Mi corazón se sobresalta, sin comprender qué acabo de escuchar. Ha sido un golpe, tal vez de alguna caída. Persigo el sonido, acercándome a una zona en la que los hombres practican con sus espadas. Tal vez alguien necesite ayuda. Sujeto las faldas de mi vestido con cuidado de no romper las flores, aproximándome a unas gigantescas columnas donde creo que una persona está herida. Y de detrás de la misma, la figura de un joven apuesto emerge rápidamente, chocando contra mi pecho. Una de sus manos sujeta mi cintura, tratando de frenar la fuerza del golpe. Y es entonces cuando mis ojos enfocan la belleza de su hermoso y peculiar rostro; un rostro con tintes femeninos que por un segundo, me confunden hasta que oigo su voz masculina. No había visto hombre similar en ninguna parte de Westeros, o al menos, lo que yo he podido conocer a lo largo de mis travesías. 


ᅠᅠᅠAERON.

No puedo disimular el sudor que cae por mi frente. Las ganas de mirar atrás y comprobar que Davos está bien escondido tras la columna, me consumen. No obstante, dedico a la fémina que poseo delante de mí, una amplia y caballerosa sonrisa, obligándome avanzar en su dirección con tal de hacerla retroceder y proteger a Davos. Sus ojos parecen inmersos en los míos, con un brillo que desconozco. Tal vez sea admiración, o tal vez sea otra cosa que no pretendo averiguar. Apenas me ha dado tiempo a comprobar el estado en el que ese loco inconsciente se encuentra, pero sé que está vivo y consciente, probablemente escuchando la conversación que voy a iniciar con tal de romper el hielo y la tensión tras la caída que he intentado amortiguar con mi cuerpo en la medida de lo posible. Pese al gran dolor en mi espalda, logro inclinarme ante ella, saludándola así. No sé quién es, quizá alguien perteneciente a la familia que gobierna Desembarco, pero algo me hace estar nervioso, incómodo. 

——Mi señor, ¿se encuentra bien? He escuchado un golpe muy fuerte. 

Su voz es suave, aterciopelada. Produce ternura. Todo lo contrario a sus ojos, que lucen tristes. Hay cierto parecido en mí. 

——Disculpadme, estaba entrenando y no he podido evitar perder el equilibrio. 

Ella sonríe, asintiendo. Yo no quiero sonar descortés, ni lo pretendo. Lo único que necesito es alejarla de aquí y poder atender a Davos antes de que esto se llene de guardias. Si no fuera porque las relaciones sociales se escapan de mi control, habría actuado mucho antes con mayor profesionalidad, pero son sus pasos, tratando de acercarse a la columna, lo que me hace reaccionar al instante. 

Mío ( Davos Blackwood x Aeron Bracken )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora