El ambiente en la enfermería de U.A. era sombrío. Todos los estudiantes de la clase 1-A estaban allí, mirando con rostros llenos de preocupación a su compañero, Izuku Midoriya, actual Caballero de Sagitario, guardián de la Novena casa. Tres días habían pasado desde que el joven héroe cayó en un profundo estado de inconsciencia. Recovery Girl y el Viejo MAestro Hakurei, se afanaban por estabilizar a Izuku y encontrar una manera de despertarlo, pero hasta ahora sus esfuerzos habían sido en vano.
El mundo entero estaba en caos. Hypnos, el Dios del Sueño, se había revelado al mundo, causando un revuelo sin precedentes. Los civiles estaban aterrados, la prensa inundaba los medios con titulares alarmistas, y la Comisión para la Seguridad Pública de los Héroes se veía obligada a tomar medidas urgentes. Aunque tenían sus propios intereses ocultos, la gravedad de la situación los había obligado a centrarse en calmar a la población y apoyar a los héroes en la gestión de la crisis.
Para los estudiantes de la 1-A y los héroes en general, la aparición de Hypnos y la revelación de la existencia de los caballeros de Athena era un golpe inesperado. Hasta ese momento, los pocos que sabían de ese tema, lo habían tratado de mantener con la absoluta discreción, queriendo evitar todo el problema que causó Hypnos con su revelación, a la par consideraban a Izuku como el puente que uniría dos mundos, ocupando un rol que aseguraba que la coexistencia de dos grupos, uno enfatizado en las amenazas cotidianas que eran los villanos, y los otros enfatizados en amenazas más grandes, era posible. Su caída dejó un vacío de información y comprensión. Lo poco que sabían era superficial y básico, sin profundidad ni contexto. Era como si estuvieran al borde de un abismo sin poder ver lo que había más allá.
Hakurei, en sus esfuerzos por estabilizar a Izuku, había compartido fragmentos de información con los alumnos y profesores de U.A., explicando lo que realmente significaba ser un caballero de Athena. El deber que recaía sobre Izuku y los caballeros iba más allá de lo que los héroes normalmente enfrentaban; era una lucha eterna, no solo contra villanos, sino contra entidades divinas cuyo poder y propósito superaban la comprensión humana.
Salón 1-A:
El estado de ánimo en el curso de héroes 1-A era sombrío y cargado de incertidumbre. La caída de Izuku en un estado crítico había dejado una profunda huella en cada uno de los estudiantes. La revelación del mundo de los caballeros, algo que hasta entonces solo conocían superficialmente, sumado al hecho de que Izuku llevaba ese peso en silencio, los hizo sentir pequeños frente a una responsabilidad mucho más grande de lo que habían imaginado. Antes de todo esto, la clase 1-A solía estar llena de energía, entusiasmo y el sonido constante de risas, discusiones y planes de superación. Ahora, esos momentos habían sido reemplazados por silencios incómodos, miradas ausentes y susurros de preocupación. La motivación que antes los impulsaba se había visto opacada por la tristeza y la incertidumbre sobre el destino de su compañero. La esperanza, el desconcierto y la impotencia se mezclaban en sus corazones, dejando una sensación de vacío que ninguno sabía cómo llenar. La clase, una vez unida y vibrante, ahora parecía apagada, con cada uno lidiando en solitario con la angustia que los embargaba.
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El Legado Dorado
Hayran KurguCréditos a la Imagen de Portada a @Zura7k BNHA x Saint Seiya Lost Canvas No habrá aclaraciones, sólo lee