Capítulo 12: Fuimos adictos

3 1 0
                                    

Me despierto con un suave tacto sobre mi mejilla y mi brazo. Al abrir los ojos me encuentro con una sonrisa que me vuelve loca.

—Buenos días mi amor— dice tras dejar un beso casto sobre mis labios.

—Buenos días— correspondo al saludo y me froto los ojos. Cuando me doy cuenta de una cosa lo vuelvo a mirar y veo que sigue desnudo, el muy descarado no tuvo frío anoche, y yo que casi me congelo— ¿No tuviste frío?

—No— negó con la cabeza y me abrazó— Te dije que me conformaba con el calor corporal.

Negué divertida y besé su cuello.

—¿Debo tomar eso como una provocación, señorita Walker?— pregunta acariciando la piel de mi cintura, bajo la sudadera.

—Tómalo como quieras, Wallace— pongo los ojos en blanco y hago un ademán de levantarme pero me vuelve a acercar a él por el brazo.

—Quédate aquí, mujer— gruñó— Todavía es temprano. Deben ser apenas las siete de la mañana.

—Tengo que ir a clase, Dalek— lo miro con mala cara.

Enarcó una ceja en mi dirección y yo fruncí el ceño, confundida.

—¿Tienes clase los sábados?

Abrí los ojos como platos, fui y miré el móvil, exactamente era sábado y las 7:15 a.m.

Le entrecerré los ojos pero me volví a acostar junto a él.

—¿No tenías clase?— se burla.

—Cállate— espeto, algo cabreada, pero mi tono de voz cambia drásticamente al decir la frase siguiente:— Afuera hay frío.

Y, como es normal, Don ¿No tenías clase? Se empezó a reír a carcajadas en mi cara.

Y, como es normal, no te resististe y lo besaste para "callarlo".

¡Shhhhhh!

—¿Y eso?— preguntó porque lo dejé a mitad de beso.

—Para callar esa boca que tienes— le dije y me acurruqué contra él de modo que mi espalda estaba apoyada sobre su pecho.

Tenía razón, el calor de cuerpo a cuerpo era muy fuerte. Pero no era algo para decir en voz alta y menos admitirlo delante de su persona.

Se acercó a mi cuello y empezó a dejar pequeños besos en él.

—Admite que está boca te vuelve loca— dijo, ya sobre la piel de mi hombro.

Me hice la dormida.

Muy maduro de tu parte, April Walker.

Jodes mucho, conciencia.

Ya quisiera yo.

—Sé que estás despierta— murmuró mientras me dio la vuelta y quedé boca arriba.

Me apoyó sobre su cuerpo y comenzó a hacer como si su mano fuese una personita y bajaba desde mi hombro hasta mi pecho. Ahí tuve que aguantarme cuando le dio un pequeño pellizco.

Me da gracia este hombre.

Siguió con su recorrido hasta mi ombligo donde empezó a hacerme cosquillas y no pude resistirme, empecé a reír como desquiciada.

—Ajá— siguió con sus cosquillas pese a que le pedía que se detuviese— Sabía que no te podías haber quedado dormida tan rápido.

—¡Ya para!— dije intentando soltarme de él— ¡DALEK, DEJA DE HACERME COSQUILLAS! ¡QUE ME QUEDO SIN AIRE!

Protagonistas de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora