Mis ojos se abrieron con pesadez. Ya era tarde, lo noté porque el sol se colaba con fuerza por la ventana.
—Vístete.
Estuve a punto de dar un respingo. Me volteé hacia mi diestra y me sorprendió encontrarme con un Dalek vestido completamente formal: una camisa negra de botones con los últimos tres sin abrochar, y un pantalón del mismo color bastante ajustado, unas zapatillas Vans. Su pelo iba —como siempre— todo desordenado. Se veía demasiado guapo para ser real.
Parpadeé varias veces en un intento de ver si era irreal, aún por el sueño. Pero resultó que era extremadamente real y se rió en mi cara.
—¿Qué?— Iugh. Qué asco hablar recién levantada.
—Juro que haría esto todos los días con tal de ver esa cara— se acercó a mí, tomando mi mandíbula para plantarme un beso en los labios— Vístete. Te quiero llevar a un lugar.
—¿Dónde?— arrugué la nariz.
—No preguntes.
Gruñí por la falta de información.
Me metí al cuarto de baño. Menos de media hora más tarde salí de allí, con una toalla cubriendo mi cuerpo, y me encontré con la habitación vacía. Sobre la cama había algo como una tela doblada. La desdoblé y me encontré con un hermoso vestido de color azul celeste y tirantes. Al usarlo comprobé que era ceñido al cuerpo y tenía una abertura a cada lado hasta el muslo. Nunca había visto una prenda tan bella como aquella.
Al ponerme los zapatos me senté en el borde de la cama y detallé algo que no había captado hasta ese momento, justo donde antes había un vestido ahora había una nota:
“Siempre he querido verte con un vestido de mi color favorito. Te espero abajo, preciosa”
Sonreí como boba al papel antes de dejarlo donde estaba. Una vez calzada, acomodé un poco mi cabello y tomé una chaqueta conmigo antes de salir.
Tal y como había dicho estaba abajo, apoyado en un coche que nunca había visto, era negro y tenía pinta de tomar grandes velocidades.
Pude ver el momento exacto en el que me detalló de abajo hacia arriba, sin saltarse ningún detalle. Luego su rostro adquirió un característico color rojo.
—Estás hermosa— puso su mano en mi cintura y me acompañó hasta el otro lado del vehículo— ¿Te lo había dicho ya?
—Más de un millón de veces— afirmé.
Abrió la puerta de copiloto para mí. Si por fuera era moderno el coche, por dentro era una pasada.
Mientras yo me cuestionaba para qué servía cada botón y palanquita, Dalek ya se había subido al otro lado. Me miró divertido.
—¿Muchos botones?
Asentí y él soltó una risa suave. Unos instantes después me atreví a hablar.
—Entonces, este es tu color favorito— comenté mirando nuevamente el vestido— ¿Por qué?
—¿No te has dado cuenta aún?
—¿De qué debería de darme cuenta?
Ya íbamos dejando atrás los jardines de la mansión.
—Pensé que eras lista— se burló y yo le di un golpe en el hombro— Auch— se sobó esa zona con una mano mientras la otra se mantenía al volante.
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Protagonistas de nuestro amor
Ficção AdolescenteApril Walker ha pasado ya por su primer amor, lo cual ha dejado su corazón deshecho y renuente a enamorarse otra vez, a permitirle a alguien más que le destruya tan fácil de nuevo. Pero, al parecer, eso no será algo posible con los hermanos Wallace...