Capítulo 20.

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Maratón 3/3

†Emma†

Al día siguiente volvimos a la fábrica a ver mejor las diferentes zonas, y también a ver cómo empacaban la droga que llegaría a Francia pronto.

Cuando llegó la hora de partir recogimos nuestras cosas y bajamos a montarnos en una de las camionetas para ir a la pista privada.

Antes, nos despedimos de Gabrielle que estaba con su consejero y con su mano derecha.

—Fue un placer recibirla, ma dame._Tomo mi mano y me besó el dorso.— De más está decir que las puertas de mi casa están abiertas para usted y todos aquellos que vengan en su nombre.

—Muchas gracias, Gabrielle, el placer es todo mío._Digo y le asiento como despedida a las personas a su lado.

—Bueno, sin más que decir, nos vemos._Dice haciendo una pequeña pausa.— ¿En diciembre?._Dice y yo río.

—Ya veremos._Digo antes de subirme en la parte trasera de la camioneta.— Esperemos así sea.

En el camino a la pista, la sonrisa de boba que tenía en el rostro no la quitaba.

Los últimos meses se repitieron en mi cabeza haciéndome soltar un suspiro.

«Todos mis esfuerzos no serían en vano, todo mi sufrimiento no lo sería, todo lo que he hecho no sería en vano».

Me había prometido mientras golpeaba un saco.

Y así fue, ahora tengo un gran trato con el jefe de la mafia italiana y esto apenas es el principio.

En lo que llegamos, todos bajamos e Iván se colocó sus gafas negras antes de tomarme de la mano y llevarme al jet.

Eran al rededor de las seis de la tarde, pero quería hablar con mi escuadrón un momento, y aunque eso no tardaría no quería algún tipo de retraso.

—¡Bueno muchachos!_Digo en el inicio de la escalera.— ¡Ahora es que se viene lo bueno, espero que con esto me demuestren el porque forman parte de este escuadrón!

—¡Si, señora!_Dicen todos y yo sonrió.

Todos subimos al jet y luego de recibir una copa de vino, me senté en uno de los sillones con mi Macbook a seguir trabajando.

Cuando lo hago un gran cuerpo se posa en frente de mi antes de bajar a mi cara.

—¿No descansas? Creo que aquí aprenderás más que en la universidad. Tienes diecinueve años y ya quieren darte todo ese poder... ¿Es normal?

Me pregunta un curioso Iván escaneando lo que hago.

—Si, amor, si descanso, pero ahora no puedo, y pronto cumpliré veinte. Con respecto a la universidad pues no la podré terminar, o mejor dicho ni siquiera comenzar. Pero eso no importa, además... lo del poder si, es normal, ya papá debe pasar su cargo._Digo viéndolo desde mi puesto.— Tranquilo, ¿Si? mejor ven, ayudame.

Digo eso y palmeó el lugar a mi lado.

Tengo un montón de papeles esparcidos por el sofá de mi lado izquierdo, la Macbook nueva en mis piernas dándole seguimiento a las armas que llegarían.

Luchando por mi vida. #1 Trilogía Vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora