Luchando por mi vida. #1 Trilogía Vidas.

Capítulo 19.

Maratón 2/3

†Emma†

—Al principio pensé que serías una de esas damas que no les importa su mafia. Pero ya veo que me equivoque._Dijo Gabrielle mientras íbamos de camino a su casa.

El iba de copiloto, y yo iba con Iván y Nacho en la parte de atrás. Nuestros hombres se distribuyeron en distintas camionetas y nos seguían a la distancia.

—Ese es un concepto de mi que tendrán muchos, pero poco a poco se darán cuenta que no es así._Me cruzo de brazos.— Yo misma trabajo por lo mío y mi imperio será el mejor._Dije muy tranquila.

—Eso es bueno._Fue lo único que dijo Gabrielle y el auto quedó en silencio el resto del camino.

La mano de Iván iba en mi pierna y eso me hizo preguntarme y cuestionarme muchas cosas, como:

¿Que estaba haciendo?

¿Era lo correcto?

O la más importante...

¿Cómo presentaría a Iván en esta organización?

¿Sería lo suficientemente bueno, para que no me juzgarán por ello?

Mis manos las removía en mi regazo y mis pensamientos se hacían cada vez más fuertes.

Ya tenía a mi mano derecha y a mí consejero, eso casi todo el mundo lo sabía, solo faltaban dos meses para mí nombramiento y más lo iban a saber.

Al llegar a la casa de Gabrielle no detalle nada y sus señoras de servicio simplemente nos enseñaron nuestras habitaciones; las cuales se encargaron que estuvieran una al lado de la otra, y nos adentramos en ellas.

Cada uno se instaló en su habitación y luego de retocar lo necesario—no me cambié ni nada—, salí al pasillo donde Nacho me esperaba.

Debía hacer negocios desde ya, tenía más cosas que hacer, ya que salía a Rusia mañana por la noche y se suponía, debía llegar el lunes por la mañana.

Así lo había pautado con Aarón.

Mientras caminaba con Nacho, el me iba explicando mi plan con Maximilien y el hecho del secuestro.

—¿Aún está en pie ese plan?_Pregunto el.

—Es el único que tenemos hasta el momento, así que si._Dije viendo a mi al rededor.— Me preocupa que Maximilien no ha dado señales, ¿Dejó su obsesión?

Al preguntarle una leve carcajada salió de su interior y lo mire extraña.

A pesar de que Nacho y yo no teníamos una relación cercana desde hace mucho, nuestra confianza si era mucha.

—Personas como el no dejan ese tipo de cosas así no más._Dicen tan tranquilo como si estuvieramos hablando del clima.— Los Leroux se caracterizan por ser posesivos, y los Dupont por nunca dejar ir lo que consideran suyo.

Una risa amarga salió de mi y el la acompañó.

—Se lo que pasa por tu cabeza Emma._Me hablo en confianza.— Y respondiendo a tu duda, ya que te conozco lo suficientemente bien para saberlo, simplemente haz las cosas bien, diles la verdad. Estás creando una organización, y las personas con las cuales harás negocios y lazos, son de las personas que no les gustan las mentiras. He aprendido eso en el tiempo que he estado aquí.