Capítulo 5.

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†Emma†

Decir que me dolía la cabeza era poco, porque literalmente sentía como si me hubiera levantado de una resaca. Una muy mala, de hecho, de esas que me daban en el instituto después de una noche alocada.

Hablas como si fuera una eternidad de ello.

Deja que haga mi drama en paz. ¿Quieres?

Cuando me desperté que intente moverme no pude evitar el quejido de dolor que salió de mis labios, y antes de notarlo una figura alta estaba a mi lado...

—Mierda Emma, que susto me diste nena._Dice Iván tomando mis manos.

No puede notar muy bien en donde estaba hasta que mi vista se aclaró. Y ¿como no? Estaba en un maldito hospital.

Aquí vamos de nuevo...

¿Sabes? Por un momento quise pasar el día durmiendo plácidamente en aquella camita, sin ningún tipo de preocupación, pero ¿como no?

Teníamos que pasar el día igual que la otra vez... En un hospital.

Ni me lo digas a mí.

—Nena..._Dice Iván sacándome de mis pensamientos.

—Se volvió un hábito tuyo decirme así, ¿no?_Digo intentando estar cómoda en esta maldita cama.

¿Quién estaría cómodo a...?

Calla. No lo hagas peor vale.

Bueno, bueno. Yo solo decía y...

Que calles.

—Algo sí._Dice él.— Pero no tenías objeción alguna cuando te corrías para mí... ¿O sí?

—¿Qué paso?_Pregunto algo confusa al estar aquí. Y desviando el tema.

No desvíes el tema cobarde.

Y sé que mis mejillas estarán más que Rojas.

Te hablo, ¿sabías?

—Te desmayaste, pero antes de poder tomarte en mis brazos caíste y volviste a...

—Tener una contusión._Termino por él para callar mi conciencia.

—Emma... Natalie está afuera y quiere que sepas que no fue su intención.

—Joder._Mascullo.— Si no lo fuera no hubiera insistido en el puto tema, así que, que lo deje.

Él suspira y dice:

—Sé que no querías acabar aquí igual que el año pasado...

—¿Se nota tanto?_Digo sarcásticamente.— Todos los malditos años es lo mismo. Ya no sé qué hacer, te lo juro.

—Si lo sé... Se ha vuelto un hábito algo Cansón la verdad.

Yo suspiro y me volteo para no mirarlo, la verdad no quiero ver a nadie.

Y la verdad es que ya cansa que digas "y la verdad"... En cada oración de la puta vida.

Dios hoy amaneciste más insoportable que nunca.

Sí, te molesta, consíguete otra conciencia imbécil.

Bello pues... Ahora me vuelvo loca.

—Ey también quería decirte que tu móvil no ha parado de sonar... No sé quién sea, pero parece importante._Dice entregándome el móvil y saliendo para darme privacidad.

Luchando por mi vida. #1 Trilogía Vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora