Capítulo 4.

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†Emma†

Esa semana transcurrió de la más tranquila la verdad. Iván y yo no estábamos tan cercanos, de hecho estábamos muy distantes.

Bueno, después de aquello, ¿quién va a estar cercano?

La verdad.

Delante de nuestros padres debíamos de disimular, ya que empezarían con el bombardeo de preguntas, ¿y qué coño pensaba decirles?

¿Oh mamá, papá Iván, el día de la fiesta de gala me hizo tener dos de los mejores orgasmos de mi vida?

No, eso no les agradaría ni un poco la verdad.

Así que preferimos fingir delante de ellos. Por un momento pensé que no me seguiría el juego, pero lo cierto es que él tampoco quería todas esas preguntas.

Natalie sabía todo, de principio a fin, y la verdad no tenía problema alguno con ello.

Ya había pasado la semana que ella pidió para pensar lo de la mudanza a Francia y en la cena diría su decisión...

Esperaba que dijera que sí, porque la idea de mudarme a Francia me emocionaba muchísimo, pero si Nat no iba la idea no sería tan emocionante, y el hecho de que tener que mudarme a la otra esquina del mundo para estudiar sola y estar sin ella no me agradaba ni un poco...

—¡Emma, necesito tu ayuda!_Me grita Natalie despertándome.

Yo me levanto alarmada y muerta del susto, que hasta casi me caigo de la puta cama.

—Me cago en la puta... ¡Qué mierda te pasa tía! ¿Quieres que me dé un maldito infarto?

Aunque si dice que no, no creo que extrañes mucho esto.

Tendría que comprobarse la verdad.

—Lo siento, lo siento, no fue mi intención, es que necesito ayuda con un vestuario, me invitaron a salir y necesito ver que ponerme.

Esto hace que me enoje más de lo que puedo describir... ¿Qué mierda le pasa? Veo que el despertarme así se está volviendo un hábito muy frecuente en ella.

Y es más porque tiene que despertarme por esa mierda.

—¿Desde cuándo tú tienes problemas con tu vestuario?_Digo sarcásticamente y dando a entender mi enfado.— Es más, hoy tienes que decirnos tu respuesta con respecto a lo de Francia. Nos mudamos en dos semanas Nat._Digo y me vuelvo a acostar.

Ella me ve con una mueca no muy convencida con aquello, y eso me hace reír y estar nerviosa en partes iguales.

No quiero que la posibilidad de que diga que no esté cruzando por su mente en estos momentos.

—Calma si, aún tengo algunas horas para seguir pensándolo._Dice ella sentándose en la cama.

Yo le sonrió y cierro los ojos

—Bueno, espero tomes una buena decisión...

—Emma... Ayuda Tía._Dice moviéndome como una maniática.

Yo río histérica y le digo:

—Ah y... Suerte con tu vestuario.

Ella se va hecha una furia y yo vuelvo a quedarme dormida.

Luego de un rato noto como entran a mi habitación y yo me volteo a ver quién es.

—Hola amor._Dice mamá acercándose a mí.— ¿Cómo estás?

Luchando por mi vida. #1 Trilogía Vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora