Luchando por mi vida. #1 Trilogía Vidas.

Capítulo 13.

Bueno, como se que nadie lee la nota de la autora les dejo aquí el hecho de que luchando por mi vida tiene grupo de WhatsApp... para los que quieran unirse escribanme a mi Instagram o por aquí mismo para dejarles el link del grupo. Besos.

Ahora a leer:

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†Emma†

La traición es algo que no se perdona... somos una generación en la cual creemos que mentir o mentirles a las personas que decimos "amar", está bien, y no es así.

Mi madre me traicionó, mi hermano de alguna manera me traicionó, y a lo largo de mi vida distintas amistades lo han hecho.

Suelo pensar que todo lo podemos perdonar, hasta lo que creemos imperdonable de alguna manera.

Pero en estos momentos, lo que él hizo no lo tiene, e intento hacerlo, pero me es imposible.

Algo así no se perdona a la ligera, porque él marcó todo de él en mí. Me arruinó la vida y terminó haciéndose el listo en todo esto.

Pensó que al mi madre echarme, el karma no lo encontraría de algún modo... pero se equivocó. Porque nadie se salva de un M.B.

¡Eso nena!

-¿Q-quién eres?_Pregunto mi querido Robert asustado luego de un rato.

-En estos momentos tu peor pesadilla, pero si nos vamos unos años atrás, sería la niña a la cual violaste tan brutalmente hace ya un tiempo._Me siento en una silla enfrente de él.- No sé si me recuerdas.

-No sé dé que me hablas, yo jamás haría eso, ¡tengo dos niñas!_Grita asustado.

-¡Pero mira! Qué gran sorpresa, ¿tienes dos nenas?_Pregunto viéndolo fijamente.- Pues les ahorraré un padre tan miserable como tú.

Todos empezaron a reír con el show que tenían al frente, pero él al decir eso sus ojos se cristalizaron por las ganas de llorar, sabía a qué se debía, era muy cobarde.

-Por favor, mátame, pero no le hagas nada a mis niñas, por favor, solo eso._Suplica entre llantos.

-Si te soy sincera, tus nenas en estos momentos no me importan, pero si tú no colaboras... morirán._Digo con simpleza.- Así que creo que no te conviene no hacerlo... aunque puedo divertirme un poco, pero eso sería muy enfermo de mi parte.

-Te lo pido... Haré lo que quieras, pero no les hagas nada, por favor._Llora.

-Eso es lo que te conviene, pero mientras me voy a divertir, para que te quede todo bien claro._Digo tomando un cuchillo y dejando mi arma de lado.- ¿Así que, por donde empezamos?_Pregunto pasando el cuchillo por su garganta.

Él palidece en ese mismo instante y yo me apresuro a decir:

-Oh, no, tranquilo, aún no morirás._Digo y su semblante cambia.- O por lo menos no tan rápidamente. Y muchos menos sin darme lo que quiero.

Al decir eso, clavo muy lentamente el cuchillo en su pierna, haciendo que esta se desangre con un pequeño-gran-chorro.

Él, aúlla de dolor haciendo que mi satisfacción crezca. Y las ganas de torturarlo sean cada vez más fuertes.
-¡Ay querido! ¿Te dolió?_Pregunto con sarcasmo para luego añadir muy maquiavélicamente.- Porque a mí no.

Al decir eso mi familia me llena de aplausos, la sangre corre por el cuchillo mientras lo veo con satisfacción.

-Y eso que solo ha sido una pierna.