Capítulo 17

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—¿Por qué tenemos que ir nosotros? —quiso saber Bambam siguiendo a sus tres amigos por las calurosas calles de Seúl.

Youngjae tenía tantas ganas de ir como Bambam, pero al ser su boda, no tenía más remedio que ser el que tiraba de sus amigos para aquellos eventos.

—Porque tú también vas a llevar traje, ¿no? —inquirió Youngjae.

—Pero solo porque me obligas. —contestó Bambam. —Yo podría ir con cualquier cosa.

Mark se metió las manos en los bolsillos y miró hacia atrás sin dejar de caminar.

—Si me hubieras hecho caso a mí y celebrabas la boda en la playa podríamos ir en bañador.

—Sí, pero entonces me hubiera tocado pagar todo a mí. —repuso Youngjae.

—¿Te van a dejar escoger algo? —preguntó entonces Mingyu.

—Me temo que de la boda nada. —dijo, pero sin pena alguna. Sonrió con picardía. —Pero Yifei me ha dicho que tendré todo el mando en nuestra noche de bodas.

Mingyu le devolvió la sonrisa, con mirada cómplice. Bambam chascó la lengua.

—Que cabrón, por eso nos estás arrastrando a una tienda elegante por unos trajes. —refunfuñaba por detrás.

—¿Podremos al menos escoger el color? —quiso saber Mingyu. —Me teñiré el pelo del color de la corbata, por lo que no me gustaría que fuera ni negra ni blanca.

—Será oscuro. —le aseguró de pronto Mark.

Mingyu lo miró sorprendido.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó.

—Porque la reina de las nieves querrá que haga juego con los ojos de su hijito Corgi. —respondió Mark.

Mingyu abrió la boca con un gesto de indignación.

—¿Él tiene que vestirse como nosotros?

—Yifei, o mejor dicho, su madre. —se corrigió. —Quiere que los invitados principales vayan conjuntados. Además tienen que ir emparejados con las damas de honor. Y son cinco.

Bambam compuso una expresión pervertida.

—Eso ya me gusta más.

—Espera, espera. —dijo Mingyu. —Si Jackson se suma a nosotros, Allie ya no querrá ser mi pareja.

Todos pusieron sus ojos en blanco. Youngjae suspiró.

—Mingyu, no creo que para Allie sea muy importante con quien enganchar su brazo.

Mark se carcajeó.

—En eso te equivocas. —dijo. —Esa loca haría lo que fuera por rozar un pelo de Jackson.

Mingyu emitió un gruñido. Mark no supo si fue por la frase en sí, o por haberla llamado loca. Youngjae se paró frente a la elegante tienda de vestidos y trajes de boda. Su fachada era blanca, impecable, con letras elegantes en cursiva y detalles demasiado pomposos.

—Aquí estamos... —anunció entonces. Sus amigos pudieron ver aquella tienda, que con su fachada ya dejaba totalmente claro que aquel no era un sitio para ellos. Youngjae se dio la vuelta y los miró con seriedad. —Sean amables.

Bambam compuso una mueca y se apresuró a seguir a Youngjae que ya entraba. Mark se dispuso a subir el escalón frente a la puerta, cuando escuchó a Mingyu hablar tras de él.

—Espera, Mark. —dijo. Mark se dio la vuelta. —Quiero hablar contigo.

Mark dejó sus hombros caer, y con un resoplo miró al cielo.

Sólo tres deseos - 爱 // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora