Era sábado por la mañana. Jackson le lanzó el balón a Jaebeom, haciendo que éste marcara otro tanto para ellos. Chris aplaudió y se secó el sudor con su camiseta de los San Francisco 49ers. Jugaban con otros tres tipos que parecían tener muy mal perder. Nike, observaba a un lado. Jackson lo había regañado un par de veces por no dejar de meterse en el juego. Ahora estaba tumbado sin poder hacer otra cosa.
Jaebeom marcó otro tanto, y al hacerlo derribó a uno de sus contrincantes. El tipo se puso de pie con la mirada llena de ira y dio un empujón a Jaebeom. La discusión fue hasta tal punto que Jackson y Chris tuvieron que meterse. Uno de los tipos se encaró con Jackson, demasiado cerca y de forma amenazante. Nike se levantó repentinamente, y se colocó ante Jackson, gruñendo y mostrando los dientes a aquel tipo. Jackson se apresuró a agarrarlo y a tirar de él. Mejor marcharse, a pesar de que esos chicos merecían una buena sacudida.
Se sentaron en las gradas del parque. Jaebeom, aún molesto, despotricaba contra aquellos tipos. Chris miró a Nike y le sonrió.
—Te has ganado un premio. —dijo dándole el trozo que le quedaba de perrito caliente.
—¡No le des esas porquerías! —exclamó Jackson arrebatándoselo antes de que llegara a la boca de su perro.
—¡¿Cómo se te ocurre llamar porquería a un perrito caliente?! —dijo Chris indignado.
Nike lo miró con esos ojitos irresistibles que ponía para que le diera aquel manjar. Jackson no podía evitarlo, aquellos ojos le podían. Suspiró.
—Anda come... —dijo dándoselo. Nike se lo comió de un bocado. Jackson sonrió y le sacudió cariñosamente. —Te hubiera dejado morderlos si no fuera porque después el que tendría problemas serías tú.
Jaebeom soltó una carcajada recordando algo.
—¿Viste la cara del chico cuando Nike se le echó encima?
—Sí. —contestó Chris, echándose también a reír.
—Yo no pude. Tuve que agarrarlo para que no le arrancara la cabeza... Pero seguro que fue memorable.
Una pareja pasó frente a ellos haciendo footing. Jaebeom no pudo evitar clavar sus ojos en la mujer. Rubia, con una malla que le marcaba sus curvas y un top que dejaba poco a la imaginación. A Chris casi se le cayó la baba al ver a su pareja. Con músculos marcados pero sin exagerarlos, un buen bronceado y un cabello color cobre de lo más sensual. Jackson ni se fijó en ellos. Hacía tiempo que no miraba de esa manera a alguien. En realidad, ni lo buscaba. Se sentía de nuevo como en el instituto, todos hablando de amor y de atracción, y él pensando que jamás sentiría ninguna... al menos, de nuevo.
Cuando la pareja pasó de largo, Jaebeom se volvió hacia sus compañeros.
—¿Quieren ver el partido esta noche en mi casa?
—Me apunto. Pero debes traer a ese chico del bar. —dijo Chris con una pícara sonrisa.
Jaebeom lo miró confuso.
—¿Mi amigo Joe?
—Ese. —asintió Chris con una extraña sonrisa.
Jaebeom entrecerró los ojos.
—¿Para qué lo hagas sentir igual de incómodo que me hiciste sentir a mí? —inquirió con algo de rencor.
—En mi defensa diré que Mark... —Chris cerró la boca de golpe.
La atmósfera cambió de repente. Jaebeom y Chris llevaron disimuladamente sus ojos hacia Jackson. Sus hombros se habían tensado. Apartó la mirada con expresión seria. Chris se mordió el labio. Jaebeom carraspeó y se apresuró a cambiar de tema.
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Sólo tres deseos - 爱 // Markson
Hayran KurguTercer libro de la trilogía. → Sólo tres deseos - 爱 Jackson ha terminado la universidad, y se prepara para que su vida de un giro de 180 grados, y pueda cumplir al fin su sueño de ser jugador de la NFL. Junto a él, Mark también está cumpliendo cad...