Epílogo

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Narra Samantha

Me sentía cerca del abismo. Con una vida sin sentido, sin querer sentir nada... Solo el amor hacia mi hija que eso me hacia pelear por vivir.

Habían pasado 12 años de la muerte de Abril... Y yo nunca me recupere. El pasar de los años me hizo peor. Estoy puro hueso y no me quedan más lagrimas para derramar. Aunque intento ser fuerte por mi hija, no me siento bien, siento a la muerte tocando mi puerta...

A lo largo de este tiempo me he dedicado a trabajar.... Y en mis tiempos libres escribir notas, notas que con el tiempo transforme en una historia.

Es historia se guardo debajo de mi cama... Abi nunca la ha visto, ni creo que la verá.

Hoy me sentía con un peso menos Abi ya habia terminado el colegio y estaba anotada en la prepa el año que viene comienza... Y me siento feliz por lo que he logrado con ella, es muy aplicada en todo, es Abril en el pasado... Es mi pequeño recuerdo en vida...

Esta tarde se quedaría con su tío Osvaldo para jugar con sus primos, ella estaba fascinada con la idea...

Pero en mis planes estaba otra cosa en mente.... Yo planeaba algo para mi futuro no muy lejano.

—Mami ¿Segura de que esta bien de que valla con el tío? Por que si lo deseas puedo quedarme contigo— Si, definitivamente no estoy bien

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—Mami ¿Segura de que esta bien de que valla con el tío? Por que si lo deseas puedo quedarme contigo— Si, definitivamente no estoy bien. Hasta la pequeña lo nota.

—Si hija ve y disfruta— Sonreí para que no se preocupara.

Justo Osvaldo salio a recibirla.

—Te amo mami— Me abrazó, su último tacto de calidez qué sentiré.

—Y yo a ti pequeña— Deposité un beso en su frente al borde de las lagrimas —, Ve, ve con el tío.

—Esta bien, te extrañaré.

—Yo también pequeña.

Se bajo del auto y Osvaldo me saludo desde la puerta de su hogar, me hizo señas de que todo estaría bien. Le di una falsa sonrisa y me fui.

Llegue al carrito de comida en el que Abril me había anunciado su muerte... No podía soltarla, cada cosa me recuerda a ella, pero en este momento quería revivir lo último que hicimos con ella y este carrito es parte de nuestra trágica historia.

Pedí la misma orden que cuando la traje aquí. Pague el dinero y me senté en el mismo banco. Yo la veía a mi lado comiéndose su Hot dog, pero esta ves, no preocupada, si no que con una sonrisa en su rostro. Sus ojitos brillaban y los míos también, charlamos de como estaba yendo todo, le conté mi situación y que no soportaba más sin ella. La necesitaba aquí.

Cuando ella me comentó lo lindo que era todo por allá me alegre por ella, si supiera que esta misma noche me iré con ella al cielo para por fin estar juntas y en paz, sin impedimento alguno.

Siempre Mia | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora