Esta vez me acompañó una noche tranquila. El sol me dio ánimos para levantarme, preparé mi desayuno y mi bolso para dirigirme hacia el castillo, otra vez el rey quería que le ayudara a escribir uno de sus tratados. Siempre que necesitaba hacerlo solicitaba que le ayudara, como si no existieran más escritores pero lo bueno era que pagaban bien.
Mientras caminaba vi a Gloria con uno de los príncipes, vestía un largo y detallado vestido de color menta acompañado de una sombrilla del mismo color y algunos detalles blancos. Dio un giro para mirar a sus lados y sus bellos y claros ojos clavaron toda su atención e intensidad en los míos, era como si me estuviera llamando. Por unos segundos mi mundo se detuvo, no podía escuchar ni ver a mis alrededores, solo podía divisar aquellos ojos claros y brillantes como la miel. Luego de esos segundos tan largos volví a mi realidad, traída por el recuerdo del trabajo que debía cumplir.
Continué mi camino hacia el castillo, un guardia estaba esperando en el final de las escaleras, el mismo abrió las puertas del castillo para que pasara. El rey me dio la bienvenida.Rey: Señorita Elena, cuanto gusto me da verla
Elena: Digo lo mismo su majestad - Hice una reverencia - Me informaron que necesitaba de mi ayuda, ¿Qué es lo que necesita?
Rey: Como ya sabrás, siempre solicito tu ayuda para los tratados y sus escrituras, pero hoy será la excepción
Elena: Bueno en ese caso, estoy dispuesta a escucharlo
Rey: Primero sígueme, iremos a mi estudio
Lo seguí por aquellos largos y bien decorados pasillos, llenos de cuadros viejos con retratos de antiguos reyes y la familia real actual. Mientras me guiaba vi a una persona conocida, Yole, nunca pensé que trabajaría en la casa real, siempre tan sencilla y con un toque presumido a la vez. Sabía perfectamente como era y a veces podía leer lo que pensaba con tan solo mirarla.
Llegamos a aquél estudio y me invitó a sentarme para comenzar la charla de siempre
Rey: Como ya te lo dije, este es un caso excepcional, esta vez escribirás un trato de casamiento
Elena: No sabía que aún los necesitaban, pensé que los dejaron de necesitar
Rey: No se usan con mucha frecuencia pero en este caso es necesario, sabes como escribirlos, ¿Verdad?
Elena: Claro, solo necesito los nombres y apellidos de las personas y los motivos
Rey: Comencemos por los nombres, los casados en este caso son Gloria Orsini y Elisio Visconti
Elena: Disculpe que lo interrumpa, ¿Pero no se les da un tiempo para elegir?
Rey: Mira, que esto quede entre nosotros, el príncipe Elisio ya nos ofreció mejores cosas, además juró que cuidaría bien de mi hija
Elena: Así que por más que ella escoja a otro, ¿Estará obligada a casarse con Visconti?
Rey: Ya nos vamos entendiendo, ahora sigamos con el trabajo
Físicamente estaba en esa habitación escribiendo en aquella hoja pero, en mi mente, no paraban de pasar imágenes de ellos casándose, ella sin ser feliz y aguantando a aquel hombre que conozco a la perfección. Una pena ahogaba mi corazón, pena por ella, sabiendo que no le caía bien estaría obligada por sus padres, cegados por un par de "veneficios" y por ese tal juramento que hizo Elisio, se notaba que no conocían el verdadero rostro de ese hombre y sus intenciones.
La voz del rey me dio un choque que me hizo volver a la realidad
Rey: Creo que eso sería todo, es un honor que hayas venido
Elena: El honor es mío señor, ahora, con su permiso, me retiro
Rey: Claro déjame acompañarte, mi hija está por llegar y quiero recibirla - Se acercó a mi y me habló cerca de del oído - Que esto quede entre nosotros, espero que no le cuentes a nadie
Elena: No señor, no le diré a nadie
Rey: Eso espero, confió en ti
Al llegar a la puerta, la princesa Gloria estaba entrando. Otra vez aquella mirada, esta vez la desvié al instante e hice una reverencia en forma de despedida, el rey y la reina hicieron lo mismo y al elevar la vista ella me miraba con intensidad, sus ojos parecían estrellas brillantes sin intención de apagarse. Tratando de controlar estos sentimientos tan raros, bajé las escaleras para volver a casa.
ESTÁS LEYENDO
☆𝒞ó𝓂𝑜 𝓁𝒶𝓈 𝒻𝓁𝑜𝓇𝑒𝓈, 𝒞ó𝓂𝑜 𝓉𝓊𝓈 𝒸𝒶𝓇𝓉𝒶𝓈...✿
Romanceℍ𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 𝕦𝕓𝕚𝕔𝕒𝕕𝕒 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕤𝕦𝕣 𝕕𝕖 𝕀𝕥𝕒𝕝𝕚𝕒 Una poeta del siglo XV se enamora de una princesa. Esta, como muestra de amor le envía cartas, cada una con hermosos poemas pero de manera totalmente anónima. La princesa perdidamente...