Cap. 15

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Esta vez me acompañó una noche tranquila. El sol me dio ánimos para levantarme, preparé mi desayuno y mi bolso para dirigirme hacia el castillo, otra vez el rey quería que le ayudara a escribir uno de sus tratados. Siempre que necesitaba hacerlo solicitaba que le ayudara, como si no existieran más escritores pero lo bueno era que pagaban bien.

Mientras caminaba vi a Gloria con uno de los príncipes, vestía un largo y detallado vestido de color menta acompañado de una sombrilla del mismo color y algunos detalles blancos. Dio un giro para mirar a sus lados y sus bellos y claros ojos clavaron toda su atención e intensidad en los míos, era como si me estuviera llamando. Por unos segundos mi mundo se detuvo, no podía escuchar ni ver a mis alrededores, solo podía divisar aquellos ojos claros y brillantes como la miel. Luego de esos segundos tan largos volví a mi realidad, traída por el recuerdo del trabajo que debía cumplir. 
Continué mi camino hacia el castillo, un guardia estaba esperando en el final de las escaleras, el mismo abrió las puertas del castillo para que pasara. El rey me dio la bienvenida.

Rey: Señorita Elena, cuanto gusto me da verla 

Elena: Digo lo mismo su majestad - Hice una reverencia - Me informaron que necesitaba de mi ayuda, ¿Qué es lo que necesita?  

Rey: Como ya sabrás, siempre solicito tu ayuda para los tratados y sus escrituras, pero hoy será la excepción 

Elena: Bueno en ese caso, estoy dispuesta a escucharlo

Rey: Primero sígueme, iremos a mi estudio 

Lo seguí por aquellos largos y bien decorados pasillos, llenos de cuadros viejos con retratos de antiguos reyes y la familia real actual. Mientras me guiaba vi a una persona conocida, Yole, nunca pensé que trabajaría en la casa real, siempre tan sencilla y con un toque presumido a la vez. Sabía perfectamente como era y a veces podía leer lo que pensaba con tan solo mirarla.

Llegamos a aquél estudio y me invitó a sentarme para comenzar la charla de siempre 

Rey: Como ya te lo dije, este es un caso excepcional, esta vez escribirás un trato de casamiento 

Elena: No sabía que aún los necesitaban, pensé que los dejaron de necesitar 

Rey: No se usan con mucha frecuencia pero en este caso es necesario, sabes como escribirlos, ¿Verdad? 

Elena: Claro, solo necesito los nombres y apellidos de las personas y los motivos 

Rey: Comencemos por los nombres, los casados en este caso son Gloria Orsini y Elisio Visconti 

Elena: Disculpe que lo interrumpa, ¿Pero no se les da un tiempo para elegir?

Rey: Mira, que esto quede entre nosotros, el príncipe Elisio ya nos ofreció mejores cosas, además juró que cuidaría bien de mi hija

Elena: Así que por más que ella escoja a otro, ¿Estará obligada a casarse con Visconti?

Rey: Ya nos vamos entendiendo, ahora sigamos con el trabajo

Físicamente estaba en esa habitación escribiendo en aquella hoja pero, en mi mente, no paraban de pasar imágenes de ellos casándose, ella sin ser feliz y aguantando a aquel hombre que conozco a la perfección. Una pena ahogaba mi corazón, pena por ella, sabiendo que no le caía bien estaría obligada por sus padres, cegados por un par de "veneficios" y por ese tal juramento que hizo Elisio, se notaba que no conocían el verdadero rostro de ese hombre y sus intenciones. 

La voz del rey me dio un choque que me hizo volver a la realidad

Rey: Creo que eso sería todo, es un honor que hayas venido 

Elena: El honor es mío señor, ahora, con su permiso, me retiro 

Rey: Claro déjame acompañarte, mi hija está por llegar y quiero recibirla - Se acercó a mi y me habló cerca de del oído - Que esto quede entre nosotros, espero que no le cuentes a nadie 

Elena: No señor, no le diré a nadie 

Rey: Eso espero, confió en ti 

Al llegar a la puerta, la princesa Gloria estaba entrando. Otra vez aquella mirada, esta vez la desvié al instante e hice una reverencia en forma de despedida, el rey y la reina hicieron lo mismo y al elevar la vista ella me miraba con intensidad, sus ojos parecían estrellas brillantes sin intención de apagarse. Tratando de controlar estos sentimientos tan raros, bajé las escaleras para volver a casa. 

☆𝒞ó𝓂𝑜 𝓁𝒶𝓈 𝒻𝓁𝑜𝓇𝑒𝓈, 𝒞ó𝓂𝑜 𝓉𝓊𝓈 𝒸𝒶𝓇𝓉𝒶𝓈...✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora